Por Cambio16
24/08/2017
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El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, entregó esta semana un convencido mensaje de esperanza al pueblo de Venezuela, al que le reiteró que Estados Unidos está con ellos y le expresó su confianza de que tiene «un futuro de libertad».
«Estamos con ustedes y estaremos con ustedes hasta que se restaure la democracia en Venezuela«, señaló hoy Pence ante centenares de venezolanos congregados en la Iglesia católica Nuestra Señora de Guadalupe, en Doral, ciudad aledaña a Miami donde reside una numerosa comunidad de exiliados del país latinoamericano.
El mensaje repetido por Pence fue el de «esperanza» por el futuro de Venezuela, y el de la pronta restauración de las libertades civiles y democráticas en ese país para superar una época dominada por la «dictadura» y la «opresión» del Gobierno de Nicolás Maduro.
El vicepresidente no mencionó expresamente la opción militar, deslizada días atrás por el mandatario estadounidense, Donald Trump, pero manifestó que si bien EEUU. considera «todas las opciones», tiene «confianza» de que, junto con los países de América Latina, se logrará una «solución pacífica» a la situación en Venezuela.
Asimismo, lamentó que el que fue uno de los países más ricos de la región se transformé en uno de los más pobres y advirtió de los riesgos que el colapso venezolano «arrastre a todos».
«El narcotráfico va a llevar a la inmigración ilegal y va a poner en peligro todo el hemisferio occidental», aseveró Pence ante un auditorio entregado, que en más de una ocasión cortaron al vicepresidente con gritos por la libertad de Venezuela.
Pence pidió un aplauso para el exilio venezolano en Miami, con quienes antes sostuvo un encuentro privado, en compañía del gobernador de Florida, Rick Scott, y los congresistas Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, ambos de origen cubano.
Junto a los venezolanos
Entre los 15 representantes del exilio reunidos con Pence, figuraron activistas, políticos, magistrados y exfuncionarios públicos, como Warner Jiménez, exalcalde opositor del municipio de Maturín, y Ramón Muchacho, exlcalde del municipio Chacao, quien fue condenado a 15 meses de prisión por permitir los bloqueos y barricadas de las manifestaciones opositoras.
Entre los reunidos con Pence figuró también Carlos Vecchio, líder de Voluntad Popular, el partido del opositor Leopoldo López, y quien dijo a la prensa antes del encuentro que agradecía las sanciones impuestas por la Administración Trump a funcionarios de Venezuela, pero agregó que hacen falta «decisiones más firmes».
En esa línea, varios exiliados abogaron porque EE.UU. incluya a la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en la lista de Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), con lo cual «se impediría comprar o vender petróleo a Venezuela» por parte EE.UU. y de los países aliados, tal como señaló hoy la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex).
El discurso completo
.@VP: Nuestra resolución inquebrantable; nuestra convicción clara. Trabajando juntos, lograremos solución pacífica a la crisis en Venezuela. pic.twitter.com/JHA2gB83Ab
— USA en Español (@USAenEspanol) August 24, 2017
Gobernador Scott, senador Rubio, representante Diaz-Balart, gracias por esas alentadoras palabras. Estos son tres grandes líderes y tres grandes defensores de la libertad. (Aplausos).
Alcalde del condado de Miami-Dade Giménez, alcalde Bermúdez y distinguidos invitados, es para mí un gran honor estar hoy aquí con ustedes en este magnífico lugar de culto, la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe. Me siento sumamente conmovido de estar en esta iglesia, que es un modelo de ministerio cristiano y de caridad, y un símbolo de esperanza para tantos de nuestros hermanos y hermanas venezolanos.
¿Podrían unirse a mi en agradecimiento al arzobispo Wenski y al padre Mago por su liderazgo de esta comunidad y por ser las manos y los pies de Cristo? (Aplausos).
Y a todos ustedes les digo lo siguiente: les traigo saludos de un defensor de la libertad en el Hemisferio Occidental, en el mundo en general, y para todas las personas nobles de Venezuela, el 45º presidente de los Estados Unidos de América, el presidente Donald Trump. (Aplausos).
El presidente me envió aquí, al igual que me envío a América Latina la semana pasada, con un mensaje muy sencillo para todos ustedes y para el pueblo de Venezuela: estamos con ustedes y los seguiremos acompañando hasta que se restablezca la democracia en Venezuela. (Aplausos).
Ahora bien, la última vez que estuve aquí acompañé al presidente Trump, cuando él tomó otro paso decisivo para mantener su promesa con el pueblo estadounidense y canceló el acuerdo sesgado que entabló con Cuba el gobierno anterior. (Aplausos).
El presidente anunció una nueva política para apoyar las casi seis décadas de lucha del pueblo cubano por la libertad, que garantizará que ya no se destinen dólares estadounidenses a mantener un monopolio militar que explota y somete a abusos a la población.
Durante la presidencia de Donald Trump, el mensaje siempre será “¡Que viva Cuba libre!” (Aplausos).
Y como lo señaló el presidente Trump ese día, durante su gobierno, sabemos que es mejor para Estados Unidos y para nuestro hemisferio que haya libertad para todo nuestro pueblo y un futuro donde todas las personas de este hemisferio, en cada país, puedan hacer realidad sus sueños.
.@VP: Como dijo @POTUS Trump, una "Venezuela estable y pacífica está en el mejor interés de todo el hemisferio" pic.twitter.com/BUaepWy35D
— USA en Español (@USAenEspanol) August 24, 2017
Ese es el espíritu que transmitimos en nuestros lazos de asociación en todo el Hemisferio Occidental.
La semana pasada, el presidente Trump me envió a América Central y del Sur, como el primer miembro de nuestro gobierno en visitar la región, con el fin de llevar un mensaje: durante la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos antepondrá siempre la seguridad y la prosperidad de los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos primero, no significa solo los Estados Unidos. (Aplausos).
Y como lo ha señalado el Presidente, en sus propias palabras, “Estados Unidos está junto a todas las personas de nuestro extraordinario hemisferio que aspiran a ser libres”, y nuestro gobierno trabaja hombro a hombro con naciones libres de toda América Latina para convertir esta visión en realidad.
Estados Unidos está con nuestros vecinos en el Hemisferio Occidental porque nuestra seguridad y nuestra prosperidad están estrechamente interconectadas. Nuestros intereses están alineados. Nuestros valores son los mismos, y nuestro derecho inalienable a la libertad pertenece a todo nuestro pueblo de este Nuevo Mundo.
Una América Latina próspera significa que Estados Unidos será próspero. Una América Latina segura significa que Estados Unidos será más seguro.
Y el progreso de la libertad y la democracia en América Latina, favorece la causa de la libertad en todos lados. (Aplausos). Porque cuando los pueblos libres se unen, no hay nada que no puedan lograr. Y hoy, al contemplar a toda América Latina, sé que los vientos de progreso están a nuestro favor.
La semana pasada, pude ver en toda América Latina la apertura de nuevas vías hacia la prosperidad, que generan nuevas oportunidades de progreso. Y consideramos que esto es sumamente positivo. Confiamos en que los líderes de nuestras naciones podrán llegar incluso más lejos en el futuro.
En Colombia, insté al presidente Santos a consolidar la paz en ese extraordinario país y ofrecí el apoyo de Estados Unidos en la medida que transitan ese camino.
En Argentina, felicité al presidente Macri por su audaz reforma, que está restableciendo la economía argentina y renovando su liderazgo en el mundo.
En Chile, me reuní con la presidenta Bachelet, y le agradecí a ella y a su país por seguir siendo un ejemplo de reformas para el libre mercado.
Y concluí mi viaje en Panamá, donde visité esa excepcional vía hacia la prosperidad, el Canal de Panamá, y les agradecí por toda su cooperación en materia de seguridad y comercio. (Aplausos).
Pero más allá del progreso en nuestras economías, no debemos olvidar que la seguridad es la base de nuestra prosperidad. Y también en este plano América Latina ha hecho enormes esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos de la región.
Y como tantos de ustedes en esta sala lo saben, la amenaza más inmediata para la seguridad de América Latina es la amenaza de la delincuencia transnacional y el narcotráfico que sostiene ese fenómeno.
El narcotráfico es una fuente inagotable de violencia, criminalidad y corrupción, que victimiza a personas de todos los sectores sociales en cada rincón de nuestro hemisferio. No solo trae drogas ilegales, sino que además propicia la migración ilegal, cuando las familias huyen del caos en busca de una vida mejor.
El pueblo de América del Sur y Central convive a diario con sus consecuencias, y aquí en Estados Unidos las drogas ilegales han envenenado a nuestros niños, destruido a nuestras familias y devastado a demasiadas comunidades.
Mientras exista, el cáncer de la criminalidad, la corrupción y las drogas seguirá frenando el progreso de América Latina. Pero como lo pude apreciar en mi viaje, las naciones y los pueblos de la región están comprometidos con actuar contra esto. Y ahora mismo, gobiernos de toda la región están tomando medidas importantes para proteger a sus pueblos y ofrecerles oportunidades genuinas que favorecerán la seguridad de todos. (Aplausos).
Y permítanme asegurarles, que los Estados Unidos tiene un firme compromiso con la seguridad de América Latina. Al trabajar con nuestros aliados en la región, podremos enfrentar y superar a todos aquellos que se atrevan a amenazar nuestro bienestar y, juntos, daremos inicio a una nueva era de seguridad para nuestro pueblo y para todos aquellos que tienen este hemisferio por hogar.
Como lo manifesté a cada uno de estos líderes con los que me reuní la semana pasada, durante la presidencia de Donald Trump, los Estados Unidos seguirá tomando medidas decisivas para abordar la demanda de drogas ilegales en nuestra nación. Seguiremos reforzando nuestras fronteras, intensificaremos la aplicación de la ley en el ámbito interno y redoblaremos nuestro esfuerzo por sacar a delincuentes peligrosos, pandilleros y narcotraficantes de las calles de Estados Unidos. (Aplausos).
Y para proteger al pueblo de Estados Unidos, también seguiremos trabajando con todas las naciones de nuestra región en la lucha contra la producción de drogas y las organizaciones de delincuencia transnacional. Apoyaremos las medidas tendientes a fortalecer los sistemas judiciales, para poder lidiar de manera más eficiente con los traficantes.
Amigos míos, mi viaje a América Latina afianzó mi convicción de que tenemos un próspero futuro. Pero también me convenció de que nuestro futuro podría y debería ser más próspero si todas las naciones en el Hemisferio Occidental compartieran cabalmente nuestra herencia de libertad.
Durante los últimos cincuenta años, gran parte de América Latina se ha encaminado hacia la libertad y el progreso. Sin embargo, mientras pronunciamos estas palabras, Venezuela ha ido en la dirección contraria, hacia la dictadura, en vez de la democracia; hacia la opresión, en vez de la libertad; y hacia el pasado, en vez del futuro.
Como todos los aquí presentes lo saben muy bien, vemos en Venezuela que la tragedia de la tiranía se manifiesta ante nuestros ojos.
Apenas la semana pasada, en Cartagena, Colombia, mi esposa Karen y yo nos reunimos con valientes ciudadanos venezolanos que habían huido del horror vivido en su patria. Allí, en la Capilla del Calvario, rezamos con ellos una oración, y escuchamos las desgarradoras historias de distintas familias.
.@VP: Hablé con venezolanos que se han sufrido o han visto familias sufrir a causa del régimen de Maduro. #VPinFL https://t.co/kIyQBQ8MCu
— USA en Español (@USAenEspanol) August 24, 2017
Hablé con una abuela que había rescatado a sus nietos de Venezuela una semana antes. Me contó, con lágrimas en los ojos, que en su localidad de origen, en Venezuela, los niños se levantaban a las 4:00 de la mañana tan solo para conseguir un cupón, y que luego esperaban un día entero para poder comprar con este una sola hogaza de pan.
Todas las personas con las que hablamos nos contaron la misma historia desgarradora de pobreza, familias que no pueden encontrar comida y los medicamentos que necesitan, y niños inocentes que literalmente perecen cada día de hambre y privación.
Este no es el destino que el pueblo venezolano hubiera elegido para sí mismo. Ninguna pueblo libre ha elegido jamás dejar el camino de la prosperidad por el de la pobreza. Ninguna pueblo libre ha elegido jamás convertir lo que fue una vez, y debería seguir siendo, uno de los países más ricos de Sudamérica en uno de los más pobres y más corruptos.
Pero esa es hoy la situación del pueblo venezolano. Han sido llevados hasta este punto por la brutalidad y la barbarie del régimen de Maduro.
Hace unos instantes, hablé con algunos de los que están aquí hoy, que han sufrido o visto sufrir a sus familias a manos del régimen de Maduro.
Me reuní con Daniela Schadendorf, cuyo padrastro, Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, fue encarcelado hace unas semanas por oponerse valientemente al régimen de Maduro que debilita la democracia. (Aplausos.)
Hablé con Alejandro Rebolledo y Antonio Marval Jiménez, dos jueces venezolanos obligados al exilio por apoyar el imperio de la ley, y otros que huyeron de su patria y se enfrentaron a la detención por sus creencias.
¿Podrían ponerse en pie brevemente aquellos con quienes me reuní hoy? ¿Podrían unirse a mí para agradecer a estos héroes de la libertad de Venezuela que han sacrificado tanto, pero que seguirán luchando por la libertad de su patria? (Aplausos.)
Nunca me olvidaré de estas historias. Escuché la trágica historia de María Eugenia Tovar, que trajo una foto de su hija, Génesis Carmona, asesinada por el régimen de Maduro.
Esta madre llora por ella todos los días. Y todos los que amamos la libertad lloramos con usted, María. (Aplausos.) Lloramos por los más de 130 valientes venezolanos que murieron en la lucha por restaurar la democracia en su patria, estos hombres y mujeres son héroes. Son mártires en la causa de la libertad, y nunca los olvidaremos. (Aplausos.)
El pueblo venezolano está sufriendo cada día. Pero como les dije a los hombres y mujeres con quienes me reuní hoy, pueden saber con confianza que durante la presidencia de Donald Trump, les escuchamos, estamos con ustedes. (Aplausos.)
Y como dijo el Presidente: “no nos quedaremos de brazos cruzados mientras Venezuela se desmorona”. (Aplausos.)
Estados Unidos seguirá manteniéndose junto con las naciones libres de todo nuestro hemisferio hasta que la democracia sea restaurada para el pueblo venezolano.
Permítanme tomar un momento para agradecer al Gobernador Rick Scott por su firme liderazgo por la gente de Venezuela y las acciones que tomó la semana pasada aquí en la Florida. (Aplausos.)
Y permítanme también dar las gracias al Senador Marco Rubio, por ser tan, y tan elocuente defensor de la libertad en nuestro hemisferio y en todo el mundo. (Aplausos.)
Como vi de primera mano en mi viaje, Latinoamérica está esencialmente unida en la condena al régimen de Maduro y pide la restauración de la democracia para el pueblo venezolano. Pero hay más trabajo por hacer.
País tras país ha tomado medidas concretas para aislar y castigar al régimen de Maduro. Los cuatro miembros del Mercosur votaron por unanimidad para suspender a Venezuela en su organización comercial.
Y no menos de 12 naciones de todo el Hemisferio Occidental se unieron para firmar la Declaración de Lima, enviando un poderoso mensaje de que los pueblos libres de las Américas estarán con el pueblo venezolano y enfrentarán a sus opresores. (Aplausos.)
Y ayer, el presidente panameño Juan Carlos Varela anunció una nueva política en apoyo de nuestros esfuerzos para exigir a los venezolanos obtener un visado antes de entrar a Panamá. Este es un paso fuerte de Panamá para aislar aún más al régimen de Maduro por sus tácticas brutales para socavar la democracia, para negar refugio seguro a su círculo íntimo corrupto y criminal.
El Presidente y yo estamos agradecidos por la firme posición de Latinoamérica en favor de la libertad, pero instamos a los países de la región a hacer más, mucho más. (Aplausos.)
Y pueden estar seguros: Con el liderazgo del Presidente Donald Trump, los Estados Unidos de América seguirá utilizando todo el poder económico y diplomático estadounidense hasta que se restablezca la democracia en Venezuela. (Aplausos.)
Por instrucción del Presidente Trump, Estados Unidos ya ha emitido tres rondas de sanciones dirigidas contra Maduro y su círculo íntimo. Y hay más por venir. (Aplausos.) Y continuaremos actuando hasta que el régimen de Maduro celebre elecciones libres y justas, libere a todos los presos políticos y acabe con la represión del pueblo venezolano. (Aplausos.)
Nuestra resolución es inquebrantable; nuestra convicción es clara. Y aunque el Presidente Trump ha dicho que “tenemos muchas opciones para Venezuela”, seguimos confiando en que trabajando juntos con todos nuestros aliados de Latinoamérica, podremos lograr una solución pacífica a la crisis que enfrenta el pueblo venezolano.
Hacemos esto porque es lo correcto. ¡El derecho fundacional del pueblo venezolano siempre ha sido y siempre será la libertad! (Aplausos.)
AUDIENCIA: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
VICEPRESIDENTE: Hacemos esto porque, como ha dicho el Presidente Trump, una “Venezuela estable y pacífica es en el mejor interés de todo nuestro hemisferio”.
Compartimos el mismo valor. Compartimos la misma herencia de la libertad. Compartimos el mismo futuro. El colapso de Venezuela nos afectará a todos.
Conducirá a más tráfico ilegal de drogas, con sus consecuencias criminales y mortales irradiando hacia el exterior. El colapso de Venezuela en una dictadura conducirá a más migración ilegal, corroyendo nuestras fronteras, sobrecargando nuestras economías. Y el colapso de Venezuela, en última instancia, pondrá en peligro el bienestar de todos los que llaman hogar al Hemisferio Occidental.
No podemos dejar que eso suceda. No dejaremos que eso suceda. (Aplausos.) Porque los venezolanos son nuestros hermanos y hermanas en libertad, su sufrimiento arde en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Todos vivimos en el mismo vecindario. Tenemos éxito cuando nuestros vecinos tienen éxito. Tenemos dificultades cuando nuestros vecinos tienen dificultades, y así continuaremos actuando junto con nuestros socios y aliados en esta región en la lucha por la libertad de Venezuela. Y creo de todo corazón que Venezuela volverá a ser libre una vez más. (Aplausos.)
AUDIENCIA: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
VICEPRESIDENTE: Como Simón Bolívar mismo declaró para todas las épocas: “Un pueblo que ama la libertad, al final será libre”. (Aplausos.)
Amigos míos, la libertad es la herencia y el legado de todos los pueblos de este Nuevo Mundo. En los largos anales de la libertad, nombres como Bolívar, San Martín, Martí están con Washington, Jefferson y Lincoln.
Cada uno sostuvo en alto la antorcha de la libertad en su tiempo. Y ahora nos la han pasado a nosotros, para que la llevemos, para mantenerla encendida en este hemisferio y encenderla con un nuevo brillo que pueda iluminar y confortar a todos con su resplandor e inspirar al mundo.
Esta es, pues, nuestra tarea, y bajo el liderazgo del presidente Donald Trump, sé que lo conseguiremos porque tengo fe. (Aplausos.) Tengo fe en los buenos pueblos de Centroamérica y Sudamérica. Tengo fe en los principios intemporales que nos unen. Y tengo fe en Dios -(aplausos)- cuya palabra prometió hace mucho tiempo que: “Donde esté el Espíritu del Señor, habrá libertad”. (Aplausos.)
Sentí ese espíritu mientras orábamos con esos valientes venezolanos en la Capilla del Calvario hace apenas una semana. En ese momento fui testigo del poder de la fe para traer esperanza a los desesperados, para traer alegría a los oprimidos. Vi a hombres y mujeres que por derecho debían estar desesperados, pero en cambio confiaban en la creencia de que habrá mejores días para sus familias y su gente.
Y mientras estábamos de pie, tomados de la mano y ofreciendo peticiones desde nuestros corazones, solo pude pensar en otra promesa, en ese Antiguo Libro que dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
El pueblo de Venezuela tiene una esperanza, y el pueblo de Venezuela tiene un futuro de libertad. (Aplausos.)
Así que cierro con una oración para que Dios los bendiga a todos ustedes, muchos de los cuales están lejos de casa pero nunca han olvidado a los que se han quedado atrás; una oración para el pueblo estadounidense que cuida y defiende la libertad no solo para nosotros mismos sino para todos nuestros vecinos, e inspiramos al mundo.
Que Dios bendiga al pueblo de Venezuela. Que Dios bendiga al pueblo de Latinoamérica. Que Dios nos conceda la sabiduría y la resolución para ver nuestro camino hacia la libertad en este Nuevo Mundo y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América. (Aplausos.)