Las emisiones ligadas a la quema de combustibles fósiles de dióxido de carbono siguen en alza en el planeta. Datos preliminares, ofrecidos por la Organización Meteorológica Mundial, apuntan que en los seis primeros meses de 2023 han crecido 0,3% respecto al mismo período de 2022. Un equipo de investigadores ha descubierto que el dióxido de carbono se convierte peligrosamente en un gas de efecto invernadero más potente a medida ante los cambios del clima.
El estudio estuvo dirigido por científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y Terrestres de la Universidad de Miami. Y ha sido divulgado en la revista Science mientras los líderes mundiales se reúnen en Dubái, en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28.
«Nuestro hallazgo significa que a medida que el clima responde al aumento del dióxido de carbono, el propio dióxido de carbono se convierte en un gas de efecto invernadero más potente», dijo Brian Soden, profesor de ciencias atmosféricas en la Escuela Rosenstiel. «Es una confirmación más de que las emisiones de carbono deben frenarse lo antes posible. Y evitar así los impactos más graves del cambio climático», agregó el autor principal del estudio.
Los investigadores utilizaron modelos climáticos de última generación. Y otras herramientas para analizar el efecto que tiene el aumento de CO2 en una región de la atmósfera superior, conocida como estratosfera. Los científicos saben desde hace mucho tiempo que se enfría con concentraciones crecientes de CO2.
Descubrieron que este enfriamiento de la estratosfera provoca que los aumentos posteriores de CO2 tengan un mayor efecto de retención de calor que los aumentos anteriores. Esto hace que el dióxido de carbono se vuelva más potente como gas de efecto invernadero.
Los cambios del dióxido de carbono y el clima
Durante mucho tiempo se ha pensado que la cantidad de calor atrapada en la atmósfera es debido a un aumento proporcional de CO2. Es lo que los científicos denominan ‘forzamiento radiativo’. Y han creído que es una constante que no cambia con el tiempo.
«Este nuevo hallazgo muestra que el forzamiento radiativo no es constante. Cambia a medida que el clima responde a los aumentos de dióxido de carbono», señaló Ryan Kramer.
Confió que el dióxido de carbono provoca el calentamiento global al atrapar la energía térmica en el sistema climático.Kramer es científico físico del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. También ex alumno del Escuela Rosenstiel
«Los futuros aumentos de CO2 proporcionarán un efecto de calentamiento más potente sobre el clima que un aumento equivalente en el pasado», afirmó Haozhe He, autor principal del estudio. «Esta nueva comprensión tiene implicaciones significativas para interpretar los cambios climáticos pasados y futuros. E implica que los climas con altos niveles de CO2 pueden ser intrínsecamente más sensibles que los climas con bajos niveles».
El trabajo se realizó utilizando un conjunto de simulaciones de modelos climáticos proporcionados por los Proyectos de Intercomparación de Modelos Acoplados (CMIP). Suministraron una serie de experimentos coordinados realizados por docenas de los modelos climáticos más completos del mundo, en apoyo de las evaluaciones del IPCC.
Para que su trabajo fuera concluyente más allá del mundo simulado de los modelos climáticos, el equipo de investigación también realizó numerosos cálculos de flujo radiativo «fuera de línea». Con modelos de transferencia radiativa de alta precisión, así como modelos analíticos.
Participación de la NOAA y la NASA
El estudio, titulado «La dependencia del estado del forzamiento de CO2 y sus implicaciones para la sensibilidad climática», fue apoyada por las subvenciones de la NOAA y la NASA. Nadir Jeevanjee del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la NOAA participó de la investigación y es también coautor del informe.