Por Andrés Revert
22/6/2017
Máster en bolsa y mercados financieros por el Instituto de Estudios Bursátiles – London School of Economics y Asesoramiento Financiero por AFI. European Financial Advisor por EFPA. Analista de XTB
El coste de producción de la energía solar es a día de hoy menos de la mitad del que fuera un lustro atrás. La optimización de procesos a nivel de proveedor industrial de esta tecnología gana terreno a tal ritmo que se estima una anticipada transición de la misma frente a las centrales térmicas sustentadas por la combustión fósil.
Bloomberg New Energy Finance indica en sus últimas declaraciones sobre la proyección de los mercados energéticos para 2040 que la energía limpia arraiga más rápido de lo que anticipaban los analistas del subsector renovable. Sobre lo arriba mencionado, destaca que los campos termosolares ya compiten en costes con las principales plantas fósiles en USA y el Norte de Europa, y de forma aún más reseñable en emergentes principales de alta superficie y necesidades energéticas como China o India, los dos mercados con mayor expansión en términos de capacidad instalada, estimándose que en 2020 su eficiencia podría haber llevado los costes por debajo de los proyectados para la quema de combustible.
La agencia de información americana es optimista previendo que en 2040, alrededor de la mitad de capacidad instalada total será acaparada por la energía eólica y solar, frente a la cuota actual, de entre un 10% y un 15%. La producción u oferta representaría, para estas estimaciones, un 35% de la generada a nivel global, frente al 5% alcanzado actualmente. Se trata de una mejora sustancial tanto a nivel técnico como de expectativas a ojos de demandantes e inversores, que fomenta la conversión de este antiguo pozo sin fondo en una opción de futuro. Los analistas responsables del informe estiman que las emisiones de CO2 derivadas de la explotación minera y la producción eléctrica mediante combustión, se reducirán paulatinamente a mediados de la próxima década, desafiando las proyecciones de la AIT (Agencia Internacional de la Energía) que declaran un aumento sostenido de las mismas.
El Energy Finance Report referido señala que incluso en Norteamérica la producción energética basada en carbón se ve afectada pese a que Trump defienda los intereses del subsector. Prevé al respecto que en la fecha límite de su estudio la capacidad productora fósil se reducirá a la mitad, forzando al cierre de las plantas menos eficientes y competitivas.