Por Iñigo Aduriz
22/11/2016
Se trata de una iniciativa menor –una proposición no de ley–, pero la presentada por el PP y que este martes llega al Pleno del Congreso de los Diputados permitirá por fin abordar y comenzar a discutir uno de los principales retos a los que se enfrenta el país en los próximos lustros: la sostenibilidad del sistema de pensiones y su aplicación dado el envejecimiento de la población y la reducción de las cotizaciones. Además, la comparecencia de Fátima Báñez ha permitido abrir un melón que llevaba cinco años prácticamente cerrado. La situación es especialmente grave, después de que en sólo un año el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la llamada hucha de las pensiones, haya perdido este año 20.000 millones y el Gobierno prevea que podría vaciarse el próximo año.
Ahora el PP reconoce en su iniciativa que «la demográfica del país está poniendo cada vez más en tensión a un sistema de pensiones que ya ha superado en la actualidad las 9.300.000 pensiones, el número más alto alcanzado en la historia del sistema, y que sigue creciendo». Los populares consideran que el principal reto al que se enfrenta el sistema español de pensiones públicas «emana de cuestiones demográficas, aspectos que a pesar de tener un efecto negativo en el sistema parte de dos excelentes noticias para los españoles». La primera es que «las personas jubiladas viven cada vez más, como consecuencia del aumento de la esperanza de vida», y la segunda que «la numerosa generación del baby boom después de muchos años aportando riqueza a la sociedad española, se retirará a principios de la próxima década».
El texto advierte, asimismo, de que se prevé que «en 2022 por cada diez personas en edad de trabajar haya seis personas potencialmente inactivas, y en 2040, lo mayores de 65 años representarán el 37% de la población». Esta situación puede llevar a que los recursos que puede obtener el sistema «no sean capaces de cubrir las necesidades de gasto generadas por una población muy envejecida, sobre todo teniendo en cuenta que la tasa de natalidad es actualmente muy baja». Por eso los populares consideran imprescindible que se analice «cómo funciona el sistema de pensiones de la Seguridad Social y buscar aquellas soluciones para que que sea capaz de hacer frente al futuro teniendo en cuenta cuales son la realidad social y el escenario demográfico al que se enfrenta».
Un gran pacto
«Nuestro sistema de pensiones se caracteriza por ser público, de reparto y solidario, se basa en el pacto intergeneracional», prosigue la iniciativa popular, que asume que ese concepto «implica la necesidad de atender a las generaciones futuras que heredan el legado que las anteriores les transmiten, y a las que hay que garantizar un horizonte realista y viable para su propio desarrollo a largo plazo». El PP propone que para que sea viable a medio, pero también a largo plazo, al sistema de pensiones «hay que dotarlo de mecanismos que lo sostengan», por lo que «no se puede negar la realidad social que existe hoy y se debe continuar en la senda de las reformas iniciadas para que el sistema de pensiones sea sólido y quede garantizado también para generaciones venideras».
Por todo ello los populares, que tras la pérdida de su mayoría absoluta ahora sí se muestran dispuestos al diálogo con otras fuerzas, plantean al resto de grupos «sin excepción» un gran acuerdo. «Un pacto nacional que avale el futuro de las pensiones mediante la revitalización del Pacto de Toledo para que en su seno se analicen las circunstancias económico-financieras y demográficas en las que se encuentra actualmente el sistema y a las que se enfrentará en los próximos años de manera que se pueda garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema público de pensiones y de manera que los trabajadores puedan percibir en el momento de su jubilación una pensión adecuada y acorde con la contribución realizada al sistema durante su vida laboral».