El precio del West Texas Intermediate para contratos a futuro, con vencimiento este martes, cayó en territorio negativo (-$37,63 por barril). En otras palabras, en el mercado petrolero los vendedores estaban pagando a los compradores para que se los quitaran de las manos.
La baja responde a la desaceleración por las medidas de confinamiento para contrarrestar la pandemia de coronavirus siguen lastrando la demanda y desestabilizando el mercado petrolero. El Brent disminuyó 5,8% y llegó a 26,44 dólares por barril.
Esta nueva caída en las cotizaciones también refleja la preocupación de que la logística de la industria petrolera (barcos, tuberías y tanques de almacenamiento) se verá desbordada pronto por un exceso de suministro de petróleo con una demanda tan baja. El almacenamiento mundial llega a sus límites.
El WTI en mínimos de locura
Subrayando cuán aguda es la preocupación por la falta de almacenamiento, el precio del contrato de futuros vencido un mes después se estableció en 20,43 dólares por barril. Esa brecha entre los dos contratos es, con mucho, la mayor de la historia.
A las 13:44 hora del Este de los Estados Unidos (19:44 en España) el crudo West Texas Intermediate se situó en 2,12 dólares por barril, antes de caer aún más a un ridículo 20 centavos barril.
En el promedio del día, el West Texas Intermediate para entrega en mayo, cayó a 10,52 dólares por barril, un retroceso de 42%, su nivel más bajo desde abril de 1986.
El contrato de junio del WTI, que se comercializa más activamente, cayó más del 9% a 22,70 dólares por barril. Mientras tanto, el crudo de referencia internacional Brent se ubicó en 26,53 dólares, alrededor de 5,5% menos en comparación con la sesión anterior.
Los comerciantes dijeron que los contratos para entregas posteriores estaban respaldados por la esperanza de que lo peor de la destrucción de la demanda podría pasar en el verano, si se reducen los bloqueos y las prohibiciones de viaje. Pero otros se preguntan si las brechas récord entre las ventas al contado y los precios futuros son sostenibles.
Colapso de inventarios
La caída se produce en medio de una mayor preocupación de que el volumen de petróleo almacenado en Estados Unidos aumenta bruscamente. La crisis del coronavirus agrava el problema al reducir drásticamente el consumo.
El contango también contribuye a la sobrecarga de los centros de almacenamiento. Un mercado de contango implica que los comerciantes de petróleo creen que los precios del crudo subirán en el futuro, alentándolos a almacenar petróleo ahora y venderlo en una fecha posterior.
La visión general del mercado parece ser que la mayor depresión económica global y la demanda de petróleo sería en abril de 2020. Por lo tanto, en la segunda mitad del año el problema de la capacidad de almacenamiento debería desaparecer, porque se espera que la demanda de petróleo se recupere fuertemente, mientras que los inventarios se reducirán.
Un mercado en crisis
A principios de este mes, los analistas de Goldman Sachs advirtieron que el efecto del coronavirus era «extremadamente negativo para las cotizaciones del petróleo y estaba enviando los precios del crudo sin salida al mar a territorio negativo».
El banco de inversión estadounidense dijo que esperaba que los crudos en agua, como el Brent, estuvieran un poco menos afectados del choque del coronavirus. Su precio probablemente se mantengan cerca de los 20 dólares por barril, aunque con picos temporales.
El Brent se produce en el Mar del Norte a unos 500 metros del agua. Desde allí puede acceder al almacenamiento de buques tanque. En contraste, el WTI no tiene salida al mar y está a 800 kilómetros del agua.
Efecto en el mercado petrolero
El brote de la COVID-19 ha significado que los países han tenido que cerrar efectivamente y muchos gobiernos han impuesto medidas restrictivas en la vida cotidiana de miles de millones de personas. Ha creado una caída de la demanda sin precedentes en el mercado petrolero, y los sitios dee almacenamiento, tanto en tierra como en alta mar, se llenan rápidamente. Alrededor del 60% del petróleo del mundo normalmente se usa para combustible de transporte.
La caída de los precios ocurre pese al acuerdo de la OPEP de reducir aproximadamente el 10% del suministro mundial de crudo. Se prevé que se realicen reducciones de diversa magnitud hasta abril de 2022 como parte de los esfuerzos para estabilizar el mercado petrolero.
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