Por Sarah Y. Richards | Efe
22/06/2016
Londres es una de las ciudades más proeuropeas del Reino Unido y por eso la participación de sus ciudadanos será decisiva en el plebiscito que se celebra este jueves para determinar cuál será la relación de este país con la Unión Europea (UE).
La población de la capital británica está compuesta por 8,6 millones de personas, según el censo municipal, de las que el 44% corresponde a una minoría étnica. Es además la ciudad más grande de Europa, caracterizada por su carácter cosmopolita y su mentalidad abierta, en la que conviven personas procedentes de todo el mundo y de todas las razas.
Tal vez por ello, según la última encuesta de la empresa de sondeos británica YouGov, el 55% de los londinenses consultados están a favor de continuar en la UE y el 30% votará por la salida, muy por encima de los resultados de la media nacional.
Consciente de estos hechos, el primer ministro británico, el conservador David Cameron, se unió en campaña con el nuevo alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, para recabar el voto contra el brexit de los londinenses, ante el tímido perfil del líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, durante las pasadas semanas.
El nuevo alcalde, el primer musulmán elegido para este cargo, no se ha cansado de repetir que más de medio millón de empleos en Londres dependen de la pertenencia a la Unión Europea.
El apego de los londinenses al bloque comunitario se percibe en las conversaciones que la gente mantiene en los bares o en el metro y se respira en las calles de la ciudad.
Una vez que se sale del turístico centro de Londres, en las ventanas de los edificios victorianos se pueden observar muchas más banderas británicas con mensajes como «Brits don’t quit» (Los británicos no abandonan) o pancartas de «Vote Remain» (Vota permanecer) que otras con mensajes a favor del brexit.
El profesor Marius Luedicke, estudioso de los conflictos entre inmigrantes y locales durante más de una década, explica que el debate en torno al referéndum de la UE muestra, una vez más, «cómo la idea de convertirse en un extranjero en su propio país asusta a la gente y esto afectará en su decisión a la hora de votar».
«Los defensores del brexit han aprovechado las ansiedades sociales de los británicos, ya que ellos promueven la ideología de que el Reino Unido necesita cerrar sus fronteras en la UE para recuperar el control», argumentó el experto.
Pero no son solo algunos de los nacidos en el Reino Unido los que apoyan salir de los Veintiocho, también hay inmigrantes ya establecidos en el país que están a favor de esta posición. Víctor Romero, un ecuatoriano que esperaba a su mujer junto a su hijo a la salida del mercado de Elephant and Castle, comentó que la mayoría de sus amigos, los cuales llegaron al Reino Unido hace 15 ó 20 años, «quieren que el Reino Unido salga de la UE». «Están molestos porque viene mucha gente nueva que quiere aprovecharse de los beneficios y las ayudas», comentó Romero a Efe.
Por su parte, Miquel Gawrzygeo, un polaco que trabaja en la construcción y que apuesta por la UE, defiende que las acusaciones escuchadas en los últimos días contra sus compatriotas, los cuales representan el 29% de los europeos establecidos en la isla, son falsas. «Llevo aquí desde hace seis años trabajando en la construcción y nunca he pedido un penique de beneficios», afirmó, á la vez que añadió que él siempre ha pagado sus impuestos.
Holly Green y Oscar Taylor, dos jóvenes sentados en un a terraza de Brixton, un barrio multiétnico del sur de la ciudad, no tuvieron apuro en desvelar que votarán por quedarse. «Es lo más amable que podemos hacer», dijo a Efe la británica, pues, según ella, los londinenses quieren quedarse en la UE porque al ser una ciudad tan cosmopolita todo el mundo conoce a algún europeo viviendo aquí y «no quieren que se vayan».