Después de que un panel de expertos enviado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelase a principios de año que lo más probable era que el coronavirus se originó en el mercado de Wuhan en China, cada vez hay más evidencia que sugiere que el virus fue de hecho una fuga accidental del Instituto de Virología de Wuhan (WIV), donde se realizaba una investigación sobre el coronavirus en murciélagos. Así lo revela un nuevo informe de The Wall Street Journal, que incluiría información del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Por ahora, los expertos insisten que se requiere más investigación para determinar el origen de la pandemia de la COVID-19.
En su momento, el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, comentó que las pruebas que apoyaban un accidente de laboratorio eran insuficientes. Sin embargo, no iban a descartar del todo las teorías de la liberación accidental desde un laboratorio y de la propagación zoonótica. Sobre todo, después de que 14 países, incluido EE UU, hicieran una declaración conjunta para expresar su preocupación por las conclusiones del equipo de la OMS. Esclarecer el asunto y saber cómo surgió la COVID-19 es fundamental para prevenir futuros brotes.
El informe contendría información del Departamento de Estado
La teoría de las fugas de laboratorio ha existido desde el año pasado. En enero de 2020, cuando China intentaba contener la propagación del virus, los rumores comenzaron a extenderse en medio de la lucha por encontrar respuestas. Ahora, el WSJ, basándose en inteligencia estadounidense «previamente no revelada», se refiere a la existencia de un informe del Departamento de Estado de los EE UU que registra a tres trabajadores del WIV que se habían enfermado «con síntomas compatibles tanto con la COVID-19 como con enfermedades estacionales comunes».
El polémico informe con el número de investigadores, el momento de sus enfermedades y sus visitas al hospital, se produce en vísperas de una reunión clave del organismo de toma de decisiones de la OMS. Se espera que discuta en detalle la próxima fase de una investigación sobre los orígenes de la COVID-19.
Un portavoz del Consejo de Seguridad nacional de EE UU dijo que la administración Biden seguía teniendo «serias dudas sobre los primeros días de la pandemia, incluidos sus orígenes en la República Popular China». Además, el Gobierno de EE UU se encuentra trabajando con la OMS y otros estados miembros para apoyar una evaluación impulsada por expertos sobre los orígenes de la pandemia «que esté libre de interferencia o politización».
Mientras tanto, el Journal dijo que funcionarios actuales y anteriores con conocimiento de la información sobre los enfermos del laboratorio expresaron una serie de opiniones sobre la solidez de las pruebas que respaldan el informe. Uno de los expertos dijo que ahora necesitarán «más investigación y corroboración adicional».
China niega las acusaciones
China no tardó en pronunciarse al respecto y ha negado con vehemencia el informe del Wall Street Journal. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo que era «completamente falso». «Estados Unidos continúa promocionando la teoría de la ‘fuga de laboratorio’ … ¿Le importa la transparencia o simplemente está tratando de distraer la atención?» dijo Zhao. También citó una declaración de marzo de WIV, en la que se dijo que «nunca se habían ocupado de Sars-CoV-2 antes del 30 de diciembre de 2019».
Por su parte, Shi Zhengli, quien dirige el Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes en WIV, dijo a principios de este año que todo el personal había dado negativo en las pruebas de anticuerpos COVID-19. Además de que no había habido rotación de personal en el equipo de coronavirus.
La información oficial señala que la pandemia de COVID-19 ha sido causada por un coronavirus llamado SARS-CoV-2 que surgió en diciembre de 2019 en China. Los coronavirus son una gran familia de virus, varios de los cuales causan enfermedades respiratorias en humanos. Van desde un resfriado común hasta un síndrome respiratorio agudo grave (SARS). Hasta la fecha van más de 157 millones de casos de la COVID-19. También 3,28 millones de muertes en todo el mundo, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
Un «arma biológica» de China para una guerra mundial
También se difundió un documento en el que científicos y funcionarios de salud chinos se encuentran discutiendo una «nueva era de armas genéticas». Estas podrían ser «manipuladas artificialmente en un virus de enfermedad humana emergente, luego armadas y desatadas». El documento titulado «El origen antinatural del SARS y las nuevas especies de virus artificiales como armas biológicas genéticas» se escribió en 2015, mucho antes de la pandemia de la COVID-19.
El escrito sugeriría que la próxima guerra mundial se libraría con armas biológicas. En el peor de los casos, sería un intento deliberado del ejército chino de diseñar genéticamente un arma biológica que pudiera usarse para atacar a los enemigos de China. Principalmente Estados Unidos e India. Ante esto, el director ejecutivo del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), Peter Jennings, dijo que esto sería lo más cercano a una «pistola humeante».
Esta nueva evidencia aumentaría la posibilidad de que el coronavirus sea la liberación accidental de un patógeno para uso militar de China, según el experto. También agrega que el documento puede explicar por qué China se ha mostrado tan reacia a las investigaciones externas sobre los orígenes de la COVID-19. «Si este fuera un caso de transmisión desde un mercado húmedo, a China le interesaría cooperar, pero hemos tenido lo contrario», señala.
Ante las críticas de que el documento pudiese ser falso, un especialista en seguridad cibernética que analiza los documentos filtrados del gobierno chino dijo que es totalmente genuino. «No es falso, pero depende de otra persona interpretar qué tan serio es», dijo el analista Robert Potter. Sin embargo, agrega que lo más probable sería que China intentara eliminarlo ahora que ha sido descubierto.
España apoya el tratado internacional sobre pandemias
La OMS presentó un tratado internacional sobre pandemias.Tiene el fin de que el mundo esté mejor preparado la próxima vez que aparezca un patógeno que amenace la salud mundial. Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no tardó en manifestar su apoyo a la negociación y adopción del tratado.
“Somos partidarios de adoptar un tratado internacional que establezca los objetivos y principios fundamentales de la acción colectiva necesaria para atajar futuras pandemias”, dijo Sánchez al participar en la inauguración de la asamblea anual de la OMS. El jefe de Gobierno agradeció el apoyo que la OMS ha dado a España y al resto de países durante la pandemia. También aseguró que el país los seguirá respaldando.
Para Sánchez la prioridad es lograr el acceso universal a vacunas y sugirió que para ello se debe trabajar paralelamente a fin de superar los obstáculos de producción y distribución. En este sentido, el responsable del Ejecutivo español subrayó que también es importante ayudar a los países de menos recursos a manejar sus capacidades de recibir y administrar las vacunas.
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