A medida el coronavirus COVID-19 avanza en el mundo también lo hacen las noticias falsas. Quienes están detrás de estos contenidos se apoyan en las redes sociales, sus algoritmos y en los «bots» (programas de difusión que se hacen pasar por personas) para propagar mensajes, en los que cada vez más se perfeccionan los diseños para engañar al público y generar desconcierto y zozobra.
Internet ha hecho que la búsqueda de informaciones sea gigantesca. Solo a través de Google se estima que hay 3,5 millones de búsqueda y 900.000 accesos a Facebook por minuto.
Aunque muchos pudieran creer que se puede identificar un “bulo” con facilidad, la realidad es otra. Un estudio sobre el impacto de los fake news realizado en España por la empresa Simple Lógica con la Universidad Complutense de Madrid reveló que un 80% de las personas no saben identificar el bulo de una información verdadera.
“Las redes sociales hacen que sea posible construir y mantener audiencias ideológicamente afines que confiarán en los contenidos publicados. Las noticias falsas proliferan ampliamente en redes como Twitter y Facebook”, señaló la profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Georgetown, Diana Owens, en el trabajo «Fake news: cifras y soluciones de un fenómeno global» que publicó BBVA.
Enfrentar las noticias falsas o fake news
Iniciativas como The Trust Project con sus indicadores de confiabilidad o las de grandes tecnológicas como el método de etiquetado Fact Check de Google, la herramienta Transparency center de Twitter o las recomendaciones de Facebook para detectar noticias falsas (comprobar URLs para chequear que se trata de una noticia oficial o desconfiar de esos grandilocuentes titulares entre signos de exclamación o en mayúsculas que refieren a hechos poco creíbles) van en esa dirección.
Distintos portales abordan cuáles son los principales bulos que se han difundido por el COVID-19, entre los que destacan el audio de una supuesta médico de familia llamada Natalia Prego Cancelo que aborda la gravedad de la infección del coronavirus y su relación con la gripe común, el contenido de que el ibuprofeno agrava los síntomas del COVID-19 o de que en las puertas de la residencia del vicepresidente Pablo Iglesias y de la ministra Irene Montero estaban apostados dos UVI móviles para atenderles por el coronavirus.
Páginas como Bloygo.yoigo.com o maldita.es coinciden en la importancia de frenar todo esa información que a través de las redes sociales se difunden y que van en contra de los lineamientos de la Organización Mundial de Salud, por lo que es fundamental ante esa realidad la información contrastada.
A medios de alta credibilidad
Cuentan que para frenar la desinformación en torno al coronavirus ya la OMS ha llegado a acuerdos con Google para posicionar entre sus primeros resultados las informaciones oficiales. Lo mismo ocurre con Twitter y con Facebook e Instagram que han indicado que eliminarán cualquier contenido con “afirmaciones falsas o teorías de conspiración que puedan poner en peligro a las personas, reduciendo de forma importante la distribución de este contenido, alertando a los lectores de su falsedad”, destaca el primero de ellos.
Algo muy similar ocurre con los vídeos de YouTube, que mostrarán en primer lugar resultados que provengan de medios de comunicación confiables.
Señalan que pueden ayudar para la detección de fake news sites y herramientas como Maldito Bulo, Fake News Detector, WikiTribune, The Trust Project o VOST España. También la Organización Panamericana de la Salud ha informado que la sobreinformación de los últimos días sobre el coronavirus COVID-19 obliga a acudir a medios especializados como los de la OMS, OPS o los espacios periodísticos de alta credibilidad.
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