Investigadores de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, encontraron una incidencia del coronavirus en pacientes con síndrome del corazón roto. No porque el virus ataque directamente al corazón, sino por los efectos emocionales que generan las medidas para evitar su contagio.
El síndrome del corazón roto o miocardiopatía de Takotsubo está asociado al estrés, uno de los efectos que ha traído la pandemia del coronavirus. Los especialistas saben que, con frecuencia, este síndrome se presenta en situaciones emocionales extremas o durante desastres naturales. Los músculos del corazón se debilitan y provocan un dolor similar al de un ataque cardiaco. Aunque en algunos casos puede ser mortal, generalmente los pacientes se recuperan en cuestión de días.
“El efecto de la COVID-19 se ha extendido más allá de la atención médica, teniendo importantes ramificaciones sociales, económicas y culturales. Los efectos globales se han relacionado con el aumento del estrés y la ansiedad”, dice el estudio publicado en el sitio web JAMA Network Open.
Teniendo esto en mente, investigadores de la Clínica Cleveland estudiaron los casos de pacientes con problemas cardiacos de dos hospitales. Tomaron casos de pacientes tratados después de haber sido declarada la pandemia y los compararon con casos previos a la pandemia.
Los efectos del coronavirus en el corazón
Los 1914 pacientes estudiados, con una edad promedio de 67 años, se dividieron en cinco grupos de acuerdo a la fecha de su presentación clínica. El primer grupo incluyó a 258 pacientes que se presentaron durante la pandemia de COVID-19, entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020. Los otros grupos de control de pacientes con síndrome coronario agudo se presentaron antes de la pandemia en fechas distintas. De marzo a abril de 2018, 390; de enero a febrero de 2019, 309; de marzo a abril de 2019, 679; y de enero a febrero de 2020, 278. Los datos se analizaron en mayo de 2020 y se dieron a conocer el 9 de julio.
El estudio mostró que hubo un “aumento significativo” en la incidencia de miocardiopatía por estrés durante la pandemia en comparación con los períodos prepandémicos.
Hubo un total de 20 pacientes con miocardiopatía por estrés (proporción de incidencia, 7.8%) durante la pandemia por COVID-19. En los plazos anteriores, los casos oscilaron entre 5 y 12 pacientes (rango de proporción de incidencia, 1.5% -1.8%).
Los pacientes del primer grupo tuvieron una estancia hospitalaria mediana más larga (6-9 días) en comparación con los hospitalizados de los otros cuatro grupos (3-4 días). No hubo diferencias en la mortalidad, pues en cada uno de los períodos pre y post COVID-19 se registró solo una persona fallecida.
“La pandemia ha creado un entorno paralelo que no es saludable”, aseguró Ankur Kalra, el cardiólogo que dirigió el estudio, citado por CNN.
“El distanciamiento emocional no es saludable. El impacto económico no es saludable. Lo hemos visto como un aumento en las muertes sin coronavirus. Y nuestro estudio dice que la miocardiopatía por estrés ha aumentado debido al estrés que ha creado la pandemia”, añadió.
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