Por Ores Lario
08/12/2016
Pequeños pueblos recuperados en las orillas de los embalses, como Lanuza, conocido por ser la sede del festival de música Pirineos Sur -donde cada verano se encuentran continentes, culturas y sonidos-, contrastan con poblaciones bañadas por la historia como Panticosa o Sallent de Gállego, que actualmente es la capital del Valle de Tena, uno de los destinos preferidos de los deportistas que buscan disfrutar del ejercicio en plena naturaleza.
Es un espacio de privilegiada orografía. Recorrido por el río Gállego de norte a sur, en él se alzan las últimas grandes cimas pirenaicas hasta occidente, que suponen el escenario perfecto para los amantes de la adrenalina.
Los glaciares y grandes neveros de altura vierten sus aguas con fuerza y crean abruptos barrancos, como D’os Lucas y Aguas Limpias, que propician la vivencia de grandes experiencias para quienes buscan descensos con agua y un marcado carácter alpino. Esta es una de las actividades estrella de la zona que puede practicarse hasta noviembre, cuando empiezan a caer las primeras nieves.
Los amantes de las dos ruedas pueden disfrutar de pedalear por el espacio BTT Pirineos Alto Gállego, compuesto por 24 rutas señalizadas que ofrecen más de 500 kilómetros de recorridos en su mayoría por sendas y caminos.
Si lo que le gustan son las vistas aéreas, puede sobrevolar el pantano de Búbal subido en la tirolina Valle de Tena, la más larga de Europa. La actividad parte de Hoz de Jaca y cuenta con 950 metros de longitud. A partir de diciembre también se ofrecen pases nocturnos las noches de luna llena, que permiten disfrutar del perfil montañoso dibujado por la luz del astro y convierten la experiencia en “un momento más adrenalínico”, según declaró en su presentación José Luis Salicio, uno de los impulsores del proyecto.
Pero si se quiere prescindir de cuerda, volar de verdad y ver el valle a vista de pájaro, la empresa TenaPark ofrece durante todo el año vuelos en parapente biplaza en Panticosa. Quince minutos de vuelo tienen un precio de 95 euros por persona. De la mano de esta misma empresa se puede disfrutar de rutas guiadas en motos de nieve y en trineos de perros nórdicos, hacer excursiones en raquetas así como construir un iglú en el que pasar la noche al más puro estilo esquimal y disfrutar rodeado de montañas nevadas. El precio de esta actividad parte de 149 euros y puede realizarse de diciembre a abril, dependiendo de la nieve que haya caído.
Por supuesto, el deporte estrella relacionado con la nieve es el esquí. Y cerca de la frontera con Francia, entre las rocosas cimas del Valle de Tena está Formigal-Panticosa, la estación estrella del grupo Aramón, que incluye, además, Cerler y Javalambre-Valdelinares. También es la más grande, con un dominio esquiable de 176 kilómetros de pista y un parque de remontes muy moderno. La estación cuenta con múltiples actividades en la nieve que divierten al cliente, como música en directo en las pistas y una nutrida oferta de ocio après–ski. También un amplio catálogo de actividades deportivas como tubbing, (flotadores de nieve), paseos en trineos de perros o motos de nieve, entre otras.
Y a sólo ocho kilómetros de la estación de Panticosa y a 20 de Formigal se encuentra el Balneario de Panticosa. Cuenta con un circuito de esquí de fondo y de raquetas de nieve con tres rutas. El resort, ubicado a 1.636 metros de altura, en los últimos años no ha dejado de mejorar sus instalaciones divididas entre el Hotel Continental, diseñado por Rafael Moneo, y el histórico Gran Hotel, de gusto afrancesado.