Por Cambio16 | Efe
10/12/2015
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La creación de empleo y las propuestas como el contrato único, la lucha contra la corrupción, la solución al desafío independentista o la estrategia contra la violencia de género ha centrado el debate a nueve celebrado el miércoles en TVE, que ha contado con la presencia de Pablo Casado (PP), Antonio Hernando (PSOE), Miguel Puig (Democracia i Llibertat), Montse Surroca (Unió), Alberto Garzón (IU-Unidad Popular), Andrés Herzog (UPyD), Aitor Esteban (PNV), Íñigo Errejón (Podemos) y Marta Rivera (Ciudadanos).
A excepción de Alberto Garzón, el resto de partidos minoritarios optaron por centrarse en presentar sus medidas y obviar las críticas por ser desplazados en los debates con los ‘primeros espadas’. El candidato de IU-Unidad Popular fue el único que aludió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por rechazar su participación en el debate a cuatro del pasado lunes en Atresmedia, pero lo hizo para defender la televisión pública y para extender su censura más allá del PP: «Esos mismos que criticaban a Rajoy no asisten a este debate».
Antonio Hernando centró la mayoría de sus intervenciones en criticar por igual al PP y a Ciudadanos, a los que llamaba «las derechas», siguiendo la misma estrategia del líder socialista, Pedro Sánchez. Al PP le reprochó que aprobara unos «presupuestos tramposos» donde las «cuentas no cuadran», lo que imposibilita la bajada de impuestos, ya que la Unión Europea pide «recortar otros diez mil millones».
En el caso de Ciudadanos, fue el contrato único el flanco que atacó el representante del PSOE, que resumió en la siguiente idea: «cuanto antes te despidan, menos te pagan». Además, rescató un artículo del responsable económico de la formación naranja, Luis Garicano, en el que defendía que la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy no era ‘su’ reforma pero sí «una buena reforma».
Contrato único, «la única solución»
Marta Rivera salió al paso de las críticas del PSOE, a las que se sumó Alberto Garzón, hablando de un «modelo fracasado». «Déjennos que lo intentemos con otro», comentó la representante de Ciudadanos, que sólo encontró el apoyo de UPyD en su defensa del contrato único: «Posiblemente no es la mejor solución, pero es la única solución». La de Ciudadanos también se tuvo que esforzar en rechazar como «mentira» que su partido sea partidario del copago.
Ciudadanos recurrió al economista de tendencia socialdemócrata Thomas Piketty para recordar que es partidario del contrato único. El otro partido que citó al economista francés fue el PP. «La desigualdad la produce el desempleo», fue la cita pronunciada por Pablo Casado, que centró sus intervenciones en la defensa de que la mayoría de las propuestas de sus rivales eran «leyes ya aprobadas» por el Ejecutivo de Rajoy.
La reforma laboral del PP fue criticada por la mayoría de partidos. Casado respondió con «es falso» en cada ocasión que se le reprochaba, como hizo Unió, que el empleo creado esta legislatura era de baja calidad y también censuró que el PSOE se «quejara» de esta cuestión, después de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno. Lo mismo ocurrió con la amnistía fiscal, que se hizo, en palabras del representante ‘popular’, «para pagar las pensiones y el desempleo».
Concierto, independencia y privilegios
Andrés Herzog fue el único candidato que reivindicó la recentralización de competencias en sanidad y educación, y también el único que habló claramente de «privilegios» como el concierto vasco. El representante del PNV, Aitor Esteban, centrado toda la noche en defender el éxito del «modelo de Euskadi» –donde gobierna su partido–, negó cualquier posibilidad de ceder competencias. Tras negar cualquier tipo de privilegio por la negociación del concierto económico durante la Transición, lanzó un ‘dardo’ a sus colegas catalanes que piden la independencia: «Yo no tengo la culpa de que no lo quisierais en la Transición, pero no tengo inconveniente de que lo tengáis».
«Hombre, gracias», respondió irónico el candidato de Democracia i Llibertad, Miguel Puig, que más adelanté confesó: «Nosotros nos hemos hecho independentistas por el fracaso de no tener un concierto económico». Puig se refirió al mandato de «dos millones de catalanes» para apostar por una independencia a la que, según dijo, prefiere que se llegue «cordialmente». «España es un país democrático, queremos votar», resumió.
Con el rechazo de Unió, que afeó la resolución de «desconexión» aprobada en el Parlament catalán el pasado 9 de noviembre y reclamó recuperar el «espíritu de la Transición», Podemos fue el partido que defendió abiertamente la salida de un referéndum para Cataluña. Hernando, por el PSOE, habló de «irresponsabilidad de Mas y también inacción de Rajoy», a lo que Casado replicó tirando de la figura del expresidente Adolfo Suárez, seguido de un mensaje final: «El PP es el mejor proyecto para que España siga unida».
Bárcenas y violencia de género
Al igual que hiciera la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en el debate a cuatro, Pablo Casado se ha centrado en que no existe impunidad contra la corrupción, «un problema de personas y no de partidos». Hernando, no obstante, sí ha personificado la crítica para centrarse en el extesorero del PP, Luis Bárcenas. «El señor Rajoy tendría que haber dimitido, apelo a los ciudadanos para que impidan que Rajoy sea presidente», ha dicho.
Casado ha sacado asuntos que salpican a altos cargos del PSOE en Andalucía, donde «se compraba cocaína o se iban de prostitutas con dinero público». Herzog ha hablado de Bárcenas pero también de las ‘tarjetas black’ de Bankia de las que se beneficiaron cargos del PP, PSOE o IU. Luego ha hablado de los partidos emergentes «que tanto predican» –o de «nuevo bipartidismo», al final– y se ha dirigido a Ciudadanos para recordarle que lleva diez años en el Parlament catalán y no han denunciado nada de los casos de corrupción que salpican a la familia Pujol. Marta Rivera ha respondido que Ciudadanos nació para combatir al nacionalismo y también la corrupción.
La violencia de género ha sido otro de los temas con más rifirrafes, que comenzaron por una crítica del PSOE a Ciudadanos, a quienes acusó de «no entender nada». Rivera sostuvo que para su partido «es tan grave que un hijo vea cómo su padre mata a su madre que vea cómo su madre mata a su padre». Hernando no estaba de acuerdo, y expuso: «Las mujeres mueren por su condición de mujeres». «¿Pero de dónde sacas eso?», le preguntó la representante de Ciudadanos.
Errejón defendió la actual ley de violencia de género aunque abogó por perfeccionar la norma en cuestiones como los permisos y Alberto Garzón defendió una «cultura feminista» y centró el problema en la «opresión de un modelo de sociedad basado en el patriarcado». «Existe una opresión de la mujer por parte del hombre», añadió apuntando a Ciudadanos.
Monarquía o república
El pulso electoral en cada comunidad autónoma también se dejó entrever en cruce de reproches como el que mantuvo el representante de Democracia i Llibertat con Ciudadanos a propósito del modelo educativo. «Ustedes nacieron», comentó Puig sobre Ciudadanos, «para romper una ley educativa de consenso en Cataluña».
Alberto Garzón, defensor de nacionalizar empresas estratégicas y muy crítico con las grandes corporaciones del país, también abrió el debate del modelo de Estado. «Se democratiza todo, desde los partidos hasta la jefatura del Estado», dijo el candidato de IU, que recordó la corrupción del «ciudadano Juan Carlos de Borbón». «Ha habido abusos, pero la corrupción no es culpa del Rey», apuntó la representante de Ciudadanos, una defensa de la Monarquía que también respaldó el PP. «Tenemos un gran Monarquía que hace una gran labor por España».