La tasa de consumo de tabaco entre la población adulta mantiene una tendencia a la baja a nivel mundial. En los últimos 20 años, los fumadores de cigarrillos pasaron del 33% al 20%, según cifras de la agencia sanitaria de la ONU, pero advierten que el descenso en el consumo debió ser más rápido.
Uno de cada cinco adultos consumía tabaco en 2022 mientras en 2000, la relación era de uno de cada tres. Hubo un descenso, pero se esperaba que fuera mayor. Hay 1.250 millones de fumadores, según el más reciente informe de la Organización Mundial de la Salud y esta cifra es récord respecto a los menos de 1.000 millones que había en 1990, como muestra el Estudio de la Carga Mundial de Enfermedades, publicado en la revista The Lancet, en 2021.
Las tabacaleras atraen a los más jóvenes
Los últimos datos disponibles en 204 países, los hombres (32,7%) quintuplican al número de mujeres (6,62%) que consumen tabaco o productos equivalentes. Para las autoridades hay mucho trabajo por hacer y se requiere más compromiso y campañas para concienciar sobre el daño del tabaco a la salud. Sobre todo, mensajes que lleguen a los más jóvenes. Aunque se crea que ya se ha difundido suficiente información sobre los daños del tabaquismo no se puede bajar la guardia. Las tabacaleras están al acecho.
Para alcanzar los objetivos, no se puede dar tregua a la industria tabacalera porque, esta no pierde oportunidades para mantenerse en el mercado con altos márgenes de ganancia.
En estos momentos, las campañas publicitarias de las tabacaleras se dirigen a los más jóvenes y han funcionado. Los adolescentes comienzan a fumar más pronto y con más frecuencia. El informe de la Organización Mundial de la Salud revela una cifra importante de niños y jóvenes entre 13 y 15 años en muchos países que fuman o consumen productos con nicotina
Disminuyó el consumo de tabaco
China es el país que más población fumadora tiene en el mundo, casi un tercio de todos los consumidores de tabaco del planeta. Uno de cada tres fumadores es chino. América Latina es la región que más reducción del tabaquismo tuvo en las últimas décadas. En Brasil, Colombia y Costa Rica el número de fumadores bajó. El Salvador, por el contrario, fue el único en donde se incrementó el consumo de tabaco. A nivel mundial, 150 países redujeron con éxito el consumo de tabaco. Los primeros de la lista son Brasil y los Países Bajos.
El director del Departamento de Promoción de la Salud de la OMS, Ruediger Krech, dijo que la cantidad de fumadores ha bajado en la mayoría de los países, pero que hay mantenerse alerta, porque las enfermedades relacionadas con el tabaquismo siguen siendo muy elevadas y complejas de tratar. Además, advirtió que la industria tabacalera intensificó sus maniobras para socavar estos avances, en particular dirigiendo nuevos productos muy adictivos a los menores de edad.
“A título personal, creo que los esfuerzos de las tabacaleras son criminales. Matan y siguen haciendo todo lo posible para socavar los excelentes esfuerzos de los países que muestran progreso. Me asombra ver hasta dónde es capaz de llegar la industria tabacalera para obtener ganancias a expensas de innumerables vidas”, sentenció.
Agregó que en el momento en que un gobierno cree que ha ganado la lucha contra el tabaco, esa industria aprovecha la oportunidad para manipular las políticas sanitarias y vender sus productos letales.
Casi 8 millones de muertos al año
La OMS llama a los países a continuar con políticas eficientes para el control del tabaco y seguir luchando contra la interferencia de las tabacaleras. Prevé que el mundo logrará una reducción cercana al 25% en el consumo de tabaco para 2025. No se logrará el objetivo global de bajar hasta el 30% con respecto a la base de referencia de 2010. Actualmente se calcula que sólo 56 países llegarán a esa meta, cuatro menos de los que proyectaba el informe sobre el tema divulgado en 2021.
Si bien muchos países tienen campañas exitosas contra el tabaco y tienen regulaciones para eliminar el tabaquismo, no todos las aplican integralmente. El número de fumadores alcanzó otro récord a nivel mundial, según un amplio estudio sobre tabaquismo en 204 países y territorios.
“Si no se hace nada, la cifra anual de 7,69 millones de muertes y 200 millones de años de vida perdidos por enfermedades atribuibles al tabaquismo aumentará en las próximas décadas”, señaló el estudio de la Carga Mundial de Enfermedades.
La prevalencia de consumo de tabaco ha cambiado poco desde 2010 en algunos países. En seis naciones donde los fumadores van en aumento: República del Congo, Egipto, Indonesia, Jordania, Omán y Moldavia. Asia Sudoriental es la región con el mayor porcentaje de población fumadora en el mundo, con un 26,5%, seguida por Europa, donde el 25,3% de los adultos fuma y se estima que para 2030 tendrá la tasa más alta a nivel global, calculada en un 23%.
Las tasas de consumo de tabaco entre las mujeres en Europa son más del doble del promedio mundial y se están reduciendo mucho más lentamente que en las demás regiones.
Tabaquismo en adolescentes
El informe señala con alarma que las encuestas nacionales muestran sistemáticamente que en la mayoría de los países los adolescentes de entre 13 y 15 años consumen tabaco y productos con nicotina. Para proteger a las generaciones futuras y garantizar que el consumo de tabaco siga disminuyendo, la OMS dedicará en 2024 el Día Mundial Sin Tabaco a proteger a los niños de la interferencia de la industria tabacalera.
Aparecieron con fuerza nuevas formas de consumir tabaco e intentan engañarnos diciendo que son menos nocivas que fumar cigarrillos tradicionales. Representan una amenaza emergente a la salud y se dirigen mayormente a los más jóvenes.
Los vaporizadores o cigarrillos electrónicos funcionan a batería y generan un aerosol que parece vapor de agua, pero que contiene nicotina, saborizantes y más de 30 químicos tóxicos adicionales. El aerosol se inhala y llega a los pulmones, donde la nicotina y los químicos ingresan al torrente sanguíneo. Son tan nocivos como los cigarrillos tradicionales, pero conquistaron la simpatía del consumidor más joven. Los cigarrillos electrónicos son muy adictivos y es urgente regular su comercialización y restringir los lugares donde se permita vapear.
Los cigarrillos electrónicos
Hay pruebas de que los cigarrillos electrónicos enganchan a los consumidores de entre 13 y 15 años, pese a los estudios que demuestran que pueden dañar la salud gravemente. En muchos países la prohibición de vapear en lugares cerrados es relativamente reciente. Se deben establecer legislaciones más severas para la venta, promoción y consumo de los cigarrillos electrónicos. Es absolutamente falso que sean menos dañinos que los cigarrillos convencionales. La agencia sanitaria mundial insta a regular urgentemente esta forma de consumo de tabaco.
Por ejemplo, hay que prohibir fumar y vapear en las escuelas de todo el mundo. La agencia de salud advirtió que si no se toman medidas urgentes, se corre el riesgo de que la próxima generación de consumidores de tabaco y nicotina sea reclutada con las prácticas poco éticas de las industrias tabacaleras.
Campañas para consumidores nuevos y jóvenes
La cifra de personas muertas anualmente a causa del tabaco asciende a 8 millones, pero las tabacaleras dirigen sus campañas para captar a los jóvenes y así reemplazar a las víctimas que mueren cada año por consumir el tabaco que producen. En el año 2019, fallecieron por enfermedades asociadas al tabaco 7,69 millones de personas. La OMS estima que aproximadamente la mitad de los niños respiran aire contaminado por el humo del tabaco.
Cifras comparables con una pandemia
El estudio GDB expone que solo en 2019, aparte de los 7,6 millones de muertos, también afectó 200 millones de años de vida de la gente que sufrió problemas vinculados al tabaquismo. El consumo de tabaco sigue siendo un gran problema de salud pública.
La cardiopatía isquémica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de tráquea, bronquios y pulmón, así como el accidente cerebrovascular son los principales padecimientos que desarrollan los fumadores. Igualmente, los fumadores corren el riesgo de dañar el nervio óptico y causar ceguera. El tabaquismo puede aumentar los factores de riesgo de sufrir glaucoma, cataratas, daños de la retina y causar degeneración macular.
Los químicos presentes en el humo del tabaco pueden producir hasta 10.000 mutaciones genéticas en las células. La mayoría de los fumadores pierden la vida entre los 60 a 64 años. En los últimos 30 años, más de 200 millones de muertes han sido causadas por el consumo de tabaco y los costos económicos anuales debido al consumo de tabaco superan el billón de dólares. Incluso, los fumadores que consumen unos pocos cigarrillos al día tienen un riesgo excesivo considerable en comparación con los no fumadores.
Seducir adolescentes
Los anuncios de tabaco incluyen la colocación de sus productos en el cine, la televisión y las plataformas audiovisuales, proyectando una imagen de que los fumadores son modernos, seguros y sofisticados. Otra estrategia de las tabacaleras es patrocinar becas, campamentos juveniles, conciertos y eventos deportivos.
También venden tabaco sin humo y tabaco para pipas de agua o shishas con más de 15.000 sabores dulces y frutales para atraer a niños y jóvenes. Venden la idea falsa de que no dañan la salud, cuando en realidad son muy peligrosos, adictivos e incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas o pulmonares. La OMS asegura que el consumo de esos productos duplica la posibilidad de que quienes los consumen se conviertan en fumadores adictos con el paso del tiempo.
«Fumar es muy normal»
A muchos adolescentes cuando comienzan a fumar no se les llama la atención, se cree que contrariarlos los acercará más al hábito. Fumar está normalizado socialmente, incluso en desde temprana edad. La excusa de los adolescentes para probar el tabaco es que son “más aceptados, estarán a la moda y tendrán una pose de independientes y maduros”.
Se cree que es una etapa que dejan atrás cuando maduren realmente, pero no es tan sencillo porque, el tabaco es altamente adictivo.También se piensa que es mejor que fumen tabaco y que no se acerquen a otras sustancias ilícitas, pero el tabaco es igualmente dañino y adictivo. Y no necesariamente los mantiene lejos de otras sustancias. Se puede ser consumidor de tabaco y de otras drogas. No es un hábito excluyente.
Se ha descubierto que la adicción a la nicotina puede comenzar incluso la primera vez que se prueba el tabaco. Algo especialmente relevante en el cerebro adolescente que aún no se encuentra completamente maduro. Por tanto, los esfuerzos deben dirigirse, sobre todo, a evitar su consumo.
Lo peor es que el tabaco es fácil de comprar y se piensa que es un hábito normal y cotidiano: “cualquiera puede fumar, es legal y no hay una condena social mayor para este hábito, al contrario, algunos piensan que el fumador es “atractivo e interesante” … Años de publicidad engañosa se asientan en la memoria de las audiencias de los medios de comunicación..
La nicotina, lo que estimula y los daños que deja
La nicotina actúa en el organismo como estimulante y sedante del sistema nervioso central. El fumador siente una sensación placentera. También experimenta un aumento en el estado de alerta, relaja los músculos, mejora la memoria y la atención y reduce la irritabilidad. El efecto estimulante causa una elevación repentina de la presión arterial, el ritmo respiratorio y el ritmo cardíaco. La estimulación del sistema nervioso central es seguida de depresión y fatiga, lo que hace que la persona desee otro cigarrillo.
Esos segundos de sensación placentera no se corresponden con los daños que produce en la salud el consumo de tabaco:
- Produce tos crónica y falta de aliento.
- Aumento en el riesgo de enfermedad cardíaca, cáncer de pulmón y de otro tipo, ataque cerebral y enfisema.
- Aumento en el riesgo entre las mujeres embarazadas de tener bebés con bajo peso al nacer, lo cual puede ocasionar la muerte del bebé.
- Las mujeres fumadoras también corren el riesgo de una menopausia temprana y osteoporosis.
- Aumento en el riesgo de problemas de erección en los hombres.
- Además, fumar afecta el aspecto de las personas: como arrugas prematuras, dientes y uñas manchadas y mal aliento.