Por Cambio16
28/03/2017
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos finalizó su sesión del martes sobre la crisis en Venezuela luego de un intenso debate sin realizar una votación ni emitir una declaración, luego de la presentación de las delegaciones diplomáticas que finalizaron en una acalorada intervención del vicecanciller chavista, quien realizó acusaciones a varios países con temas fueras de agenda.
La jornada inició con una prolongada discusión en la que las delegaciones de Venezuela, Bolivia y Nicaragua solicitaron que no se realice la sesión. Tras cerca de una hora de debate, la orden del día fue aprobada por 20 de 34 países, mientras 11 naciones se opusieron sin lograr impedir la realización del debate, que terminaría en una votación sobre una declaración que pide que la OEA siga «examinando distintas opciones para lograr el restablecimiento de la normalidad democrática dentro del marco constitucional venezolano».
México fue el primer país en intervenir, asegurando que la decisión de suspender a un país miembro es el último recurso y que antes deben agotarse otros recursos. No obstante, reclamó un cronograma electoral claro para crear un clima de consenso político y propuso la revisión mensual en el organismo sobre la situación en Venezuela.
«No sabemos dónde terminará esta crisis. Necesitamos actuar con urgencia», manifestó el representante estadounidense, Michael Fitzpatrick, quien reclamó la liberación de presos políticos, mencionando al líder opositor Leopoldo López.
También, mencionó con preocupación la reciente decisión de la Corte Suprema venezolana de retirar la inmunidad a los miembros del Parlamento. «Todavía hay una oportunidad de hallar la solución antes que la crisis se profundice», añadió, apuntando al diálogo y vínculos más fuertes que desemboquen en un regreso del país «al camino democrático y de prosperidad».
Por su parte, la delegación de Uruguay insistió en mantener al diálogo como el principal camino, en lugar de una suspensión del país del organismo regional. El representante Hugo Cayrús destacó «la necesidad de agotar los esfuerzos diplomáticos subrayando la importancia del dialogo y la negociación como la vía idónea para encontrar soluciones».
Más fuerte fue el tono del diplomático por Haití, Jean Víctor Harvel Jean Baptiste, quien calificó al secretario general, Luis Almagro, como «golpista» por pedir la discusión de la situación venezolana. «Es un golpe de Estado maquillado a Venezuela. Las sanciones no son la respuesta», manifestó.
A su vez, el enviado argentino, Juan José Arcuri, pidió que el diálogo tenga resultados concretos. «Estamos preocupados por la crisis casi integral que atraviesa el hermano país. Para que dicho diálogo sea conducente y no sea solo una pantalla, es necesario que se avance. Es necesario soluciones, prácticas y bien intencionadas», señaló.
Vicecanciller chavista fuera de agenda
Tras escuchar las posiciones de sus pares, el delegado venezolano aseguró que no pueden reconocer a los miembros de la OEA como miembros de buena voluntad. «Ustedes quieren obligarme a mí a violar mi propia Constitución», esgrimió Samuel Moncada. «Ustedes están provocando un golpe de Estado en Venezuela. Muchos aquí han expresado su ignorancia. Creen que están ayudando cuando están haciendo daño».
Posteriormente, el vicecanciller Moncada tomó un tono vehemente que contrastó con la calma que había predominado hasta entonces, y realizó duras acusaciones a Brasil y Colombia con temas fuera de agenda, como el impeachment a Dilma Rousseff o la situación del narcotráfico en la frontera colombo-venezolana.
El clima se tensó aún más cuando apuntó contra el representante mexicano. «Venezuela necesita de la OEA como México necesita del muro», indicó. Por ello, llegaron varios pedidos a la mesa directiva para realizarle un llamado de atención. «Le debo solicitar decoro, esta es una mesa respetuosa», le espetaron.
20 miembros piden pasos concretos
En tanto, la delegación de Canadá presentó un texto firmado por 20 países, que acordaron emplazar a la OEA a concretar una hoja de ruta «en el menor plazo posible» para «apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho» en Venezuela.
«Coincidimos en la necesidad de que encontremos propuestas concretas para definir un curso de acción que coadyuve a identificar soluciones diplomáticas, en el menor plazo posible, en el marco institucional de nuestra organización y a través de consultas incluyentes con todos los Estados miembros», indica el texto.
Sin embargo, no incluye las demandas de fijar un calendario electoral, liberar presos políticos y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional de Venezuela, que sí recoge la declaración conjunta de 14 países publicada el pasado jueves.
Entre los firmantes del texto están Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Jamaica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Barbados y Guyana.