Nuevos estudios demuestran que el cobre podría tener una propiedad antimicrobiana a la COVID-19. Las pruebas se han realizado en Sudamérica, Europa y Estados Unidos a pacientes con coronavirus hospitalizados en Unidades de Cuidados Intensivos.
Hace milenios el metal era usado con fines medicinales. Michael Schmidt, profesor de microbiología e inmunología de la Universidad Médica de Carolina del Sur, Estados Unidos, ha investigado el uso del cobre en ambientes hospitalarios. Asegura que el primer uso medicinal del cobre está documentado en antiguo texto médico egipcio escrito entre los años 2600 y 2200 aC: Papiros Smith.
Schmidt destaca que en dichos papiros se habla del uso del cobre para desinfectar heridas en el pecho y para hacer potable el agua. Otro ejemplo es que los fenicios colocaban pequeños trozos o limaduras de cobre de espada en las heridas de los combates. Y también revelan que Hipócrates recomendaba el cobre para tratar las úlceras en las piernas.
¿El cobre frena el SARS-CoV-2?
Con la pandemia de la COVID-19 se han contagiado más de 13,8 millones de personas en el mundo. Por otra parte, cifras publicadas por la Organización de las Naciones Unidas indican que cada año mueren en el planeta 700.000 personas. La causa: patógenos resistentes a los tratamientos.
Al respecto, el investigador de enfermedades infecciosas en Imperial College en Londres, Gerald Larrouy-Maumus, considera que estas cifras de la ONU son alarmantes. “Si no hacemos nada, en tres décadas el número de muertes será 10.000.000 cada año”, afirmó.
Los investigadores creen que las superficies de cobre pueden ayudar a combatir a la bomba atómica que se avecina: las bacterias resistentes a los antibióticos.
En Latinoamérica, específicamente en Chile, el Hospital Dr. Salvador Allende participó en el año 2008 de un estudio de bacterias con superficies de cobre. El metal se utilizó en barandas de camas y otras superficies de alto contacto. El médico pediatra a cargo del proyecto, Marco Crestto, explicó que en las superficies con cobre el crecimiento bacteriano cae y se hace prácticamente cero a las pocas horas.
El cobre, metal antimicrobiano
Larrouy-Maumus explicó en una entrevista con BBC Mundo que el cobre tiene en la órbita exterior de sus átomos un electrón libre que puede reaccionar fácilmente. El metal ataca a los patógenos en varios frentes:
“Los iones o partículas con carga eléctrica del metal generan, en primer lugar, una especie de ataque con misiles contra la membrana exterior de los microbios y las rompen . Una vez rota la membrana, los iones destruyen el material genético del patógeno. Básicamente el cobre genera radicales libres que dañan el ADN o el ARN de las bacterias o virus, lo que les impide replicarse”.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la EPA, ha registrado numerosas aleaciones de cobre como antimicrobianas. Las investigaciones de Schmidt y otros colegas en 2019 hacen referencia a la presencia de bacterias en unidades de cuidado intensivo. Los hospitales estudiados fueron tres y las pruebas las realizaron en camas con superficies de plástico y en camas con superficies de cobre.
Schmidt indica que las camas de cobre en promedio albergaron un 94% menos de bacterias que las camas de plástico. Lo mejor es que mantuvieron ese nivel bajo de riesgo durante la estada de los pacientes en el hospital.
Investigaciones para controlar la COVID-19
La gran pregunta es qué tan efectivo puede ser el cobre como agente antimicrobiano para destruir el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19. El microbiólogo Bill Keevil, de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, tampoco tiene dudas sobre la eficacia del cobre. Ha estudiado las propiedades antimicrobianas del metal dos décadas y ha probado su eficacia no sólo con bacterias, sino también en virus.
En el 2015, Keevil publicó un estudio sobre la supervivencia del coronavirus humano 229E –causante de infecciones respiratorias comunes– en distintas superficies. El resultado, el virus permaneció activo durante varios días en vidrio o acero inoxidable, pero no en superficies con cobre. El promedio de «vida» fue entre 5 a 10 minutos.
Desde marzo, cuando la COVID-19 fue declarada pandemia, Keevill ha hecho pruebas en diferentes superficies. Señala que este virus permanece activo durante 3 días en superficies de plástico y acero inoxidable. Mientras que en cobre no se hallaron partículas viables de SARS-CoV-2 después de 4 horas. Y se atrevió a adelantar: “En nuestro trabajo con el SARS-CoV-2 hemos encontrado que el cobre inactiva el virus en menos de una hora”.
Lea también: