A medida que se acercan las fechas de cierre gradual de las centrales nucleares en España, los ánimos se despiertan en las comunidades cercanas y se inquietan dentro de las empresas accionistas. El primer cese de operaciones se prevé en 2027, según el plan del gobierno, con uno de los reactores de Almaraz en la provincia de Cáceres (Extremadura). Hubo voces a favor de su desmantelamiento, ahora hay más a favor de extender su vida útil.
El ejecutivo tiene previsto confirmar en junio el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la hoja de ruta energética hasta 2030 para ajustarse a los planes de reducción de emisiones impuestos por la UE, que incluye el cierre gradual de centrales nucleares. Este paso de la transición energética aviva las expectativas y enfrenta posiciones. Uno de los primeros en manifestar su posición fue la Junta de Extremadura. En una comunicación al Ministerio de Transición pide que se mantenga la energía nuclear que generan sus reactores Almaraz I y II, por ser “limpia y cero emisiones”.
Señala que prolongando su funcionamiento “se cumplirá con los estándares climáticos europeos en buena parte de los países socios que están apostando por esta fuente de energía”. Precisa que “la propia UE acaba de aprobar la inclusión de las tecnologías nucleares en la futura Ley Europea de Industria de Cero Emisiones”.
Esta iniciativa se suma a otras de las instituciones extremeñas que en el pasado y en la actualidad han defendido los reactores de Almaraz. La central cubrió el año pasado el 7% de la demanda eléctrica española.
Cierre de centrales nucleares y las exigencias de la UE
Algunos ecologistas también desean que estas centrales nucleares sigan generando electricidad, no solo en Extremadura sino en España. Además, de Operador Nuclear y Instructor Nuclear, un grupo de ecologistas pronucleares, celebró un acto simbólico en Barcelona para reclamar la continuidad de los reactores. Unas decenas de jóvenes, algunos procedentes de asociaciones europeas verdes en defensa de lo nuclear, se manifestaron contra el plan de cierre y afirman que «la energía nuclear es imprescindible para la descarbonización de la red eléctrica en España».
Señalan que la energía nuclear está disponible más del 97% del tiempo con independencia de las condiciones meteorológicas», respalda las energías renovables y evitaría que se «perpetúe» el gas natural en los picos de demanda eléctrica.
En el acto participaron verdes pro nucleares de Alemania, Italia, Francia y Portugal. Juan Carlos Sañudo, operador del reactor nuclear de la central de Vandellós 2, destacó las razones por los que las centrales deberían seguir abiertas.
- Es energía «limpia» y están «amortizadas».
- Funcionan el 90 a 95% del tiempo, «olvídense de las baterías y las promesas, son quimeras».
- Son «seguras», mencionando los sistemas de seguridad redundantes
- Sus residuos son los mejores», al tener «menor volumen que ningún otro sistema de generación eléctrica».
Boom de energías renovables
En contraste, Ecologistas en Acción apoya el cierre progresivo de las centrales nucleares en España que resultan prescindibles. «La potencia total instalada es de unos 108.000 MW. Mucho mayor que la demanda jamás producida en España de unos 45.000 MW”, apuntan.
Sostienen que el parque nuclear está envejecido y por tanto aumentan los riesgos. “La cruel paradoja para los explotadores de las centrales es que justo cuando más rentables les resultan son más peligrosas. La obtención de beneficios por unos pocos somete a una gran cantidad de personas y al medioambiente a un riesgo inaceptable”, argumentan.
Ecologistas en Acción destaca la falta de seguridad de las centrales nucleares de España y del mundo. Y la generación de residuos de muy baja, media y alta actividad. Especialmente estos últimos son peligrosos durante y para los que no existe solución satisfactoria. Considera también la contaminación radiactiva que supone la minería de uranio y la fabricación del combustible nuclear, ya que se han de remover rocas y emitir residuos radiactivos en ingentes cantidades.
El debate sobre la clausura de estos reactores ocurre en momentos de despliegue masivo de nuevas plantas renovables. Este boom está provocando un giro histórico en la producción de electricidad en España. En 2023, más de la mitad del mix eléctrico fue generado por plantas con fuentes limpias (50,8%), superando la combinación de energía nuclear, centrales de gas y plantas de carbón. Según Redeia (antigua Red Eléctrica de España), los aerogeneradores repartidos por el territorio produjeron 63.700 gigavatios hora (GWh) de electricidad, es decir, un 24% del total (135.000 GWh). En este cambio de paradigma, el avance de la fotovoltaica también ha sido clave. Ocupa el cuarto lugar en el mix (por detrás de la nuclear y el ciclo combinado), con una cuota de mercado del 14%.
Accionistas con posiciones contrarias
Endesa e Iberdrola son las dos grandes propietarias de las centrales nucleares en España. Las dos compañías eléctricas son socias y comparten accionariado en casi todas las plantas. Las participaciones accionariales mayoritarias son cambiantes en cada central. Al final, el peso de ambos grupos en el negocio nuclear es similar.
Pero no así las posiciones que tienen sobre el futuro de las nucleares. Sus diferencias son marcadas. “Intelectualmente estoy a favor de la extensión de la vida de las nucleares”, explicó el consejero delegado de Endesa, José Bogas. “Alargaría las centrales nucleares, y eso es algo que propondremos al regulador y propondremos al gobierno que haya un alargamiento de las nucleares, lo haremos o trataremos de hacerlo al menos desde Endesa».
Contrariamente Iberdrola mantiene otra opinión. “Existe un protocolo de cierre. Un acuerdo firmado con el obierno para un proceso de cierre de las centrales hasta 2035. Y nos gustaría respetar ese plan”, dijo su presidente Ignacio Sánchez Galán. «Vamos a respetar lo que hemos firmado”, asentó.