Los genios y sesudos analistas de datos detrás de la IA avanzan a pasos agigantados para perfeccionarla y abreviar el acceso de las personas al conocimiento. El último de los más innovadores sistemas, es el chat con Inteligencia Artificial que está acaparando la atención de empresas, tecnológicos y curiosos usuarios: el ChatGPT, capaz de responder y hacer cualquier cosa que se le pida, pero aún tiene limitaciones. El cerebro humano, complejo y perfecto, lleva la delantera y lo rebasa.
Este sistema está diseñado para mantener conversaciones. Una vez que se le hace preguntas convencionales, las responderá. Le hablas en tu idioma y la inteligencia artificial entenderá e interactuará, incluso si es un dialecto regional. Si deseas escribir un correo electrónico, por ejemplo, para hacer un pedido, le puedes sugerir las ideas. La aplicación lo redactará conforme a los lineamientos. Si no te agrada su texto puedes solicitarle que lo ajuste, más largo o más corto, más cálido o divertido o más formal.
El ChatGPT también puede resolver otros de tus retos o tareas pendientes. Si necesitas hacer un TikTok explicando tal o cual cosa, la IA dará respuesta a tus inquietudes. Para muchos, este sistema es como el genio de la lámpara de Aladino, dispuesto a cumplir tus tres deseos. Aunque el ChatGPT está dispuesto a más. Para aquellos que tengan algunas ideas confusas, pueden pedirle a la IA que las ordene y de sentido gramatical a unos párrafos o escritos. E inclusive, hacer poemas de amor.
Otra de las aplicaciones más polémicas del chat es que puede hacer trabajos, tesis y reportajes para estudiantes y profesionales perezosos. Aunque no hay que confiarse mucho. A la par está OpenAI que detecta los textos creados con ChatGPT, además de que el chat puede incurrir en imprecisiones.
ChatGPT el programa de Inteligencia Artificial
Si los genios detrás del ChatGPT logran perfeccionar esa herramienta, podrá minimizar el margen de error actual. Las ayudas que da a los profesores en la elaboración de clases, charlas y la generación de exámenes traerán muchos beneficios. Pero también podría desplazar el talento, la preparación de los docentes e incurrir en errores o desaciertos.
Este sistema de Inteligencia Artificial hace del ChatGPT un instrumento de moda. Empleado para hacer fórmulas para Excel y otras hojas de cálculo. Así como para diseñar tutoriales específicos y complicados. Como de qué manera entender las partes de un auto, cómo cambiar la memoria RAM de la computadora. Pero ¿son confiables? ¿Cómo comprobar la certeza de sus resultados o propuestas si desconocemos los temas?
Sus propiedades y capacidades parecen no acabarse. Este sistema puede desglosar las bondades y debilidades de un móvil o de otros dispositivos. Sin duda que sus comentarios son generales y poco profundos, nada como recurrir a un técnico especializado. Pero es un recurso simple y rápido que puede socorrer en momentos de apuro.
ChatGPT puede hacer una guía de compras. Contar chistes o proporcionar datos curiosos. Sugerir juegos (y diseñarlos), libros, películas o series. Traducir palabras y párrafos, una alternativa a Google Translator. Según Xataca, el sistema puede explicar al usuario temas densos en términos fáciles de entender, como si se tratara de un diálogo con un niño.
Irrupción del sistema en la educación
El programa de Inteligencia Artificial del ChatGPT luce fantástico. Sin embargo, los expertos cuestionan sus limitaciones e imperfecciones.
Si un niño puede distinguir un caballo de un león, a su corta edad. Incluso, tiene la capacidad de reconocer cuándo estos animales son reales o son dibujos o caricaturas, este sistema no puede diferenciarlos. El pequeño cuenta con posibilidades biológicas y sociales, mientras que los modelos actuales de aprendizaje automático requieren arsenales de potencia informática y miles de ejemplos de todos. El cerebro humano actual es el resultado de conocimientos y experiencias milenarios.
Entrando en profundidad de lo que se tiene entre manos, con la IA y sus diversos usos, se podría afirmar que la inteligencia de la máquina de hoy se parece poco a los procesos de pensamiento humanos con los que se compara incesantemente. “La distinción entre cálculo automático y razonamiento humano tiene una historia sustancial”, señala Public Books. “Pero los profundos antropomorfismos que caracterizan el discurso actual de la ‘IA’ son principalmente el resultado de la exageración del marketing. El oscurantismo tecnológico y la ignorancia pública”. Allí se combinan el análisis predictivo con la ‘inteligencia’ y los conjuntos de datos masivos con el ‘conocimiento’ y la ‘experiencia’.
Después de una breve pero efervescente aceptación y admiración por el sistema, en enero de este año, surgió una avalancha de medios
Eso explica por qué en enero de 2023, muchos medios clickbaity advirtieron que los generadores de texto de IA como ChatGPT de OpenAI estaban produciendo ensayos. Lo que revolucionaría el aprendizaje, interrumpiría la educación superior y presagiaría la muerte de las humanidades, atención profesores y alumnos.
En el tiempo y, decantando los resultados, se detectó que estos modelos de lenguaje grande (LLM), no logran alcanzar la ‘inteligencia’ en el sentido habitual de esa palabra.
¿Acaso una neolengua?, surgen opiniones
Algunos analistas de esta aplicación “resuelvelotodo” o casi todo, venden la idea de que esta herramienta es tan imprescindible que los estudiantes y/o profesores deberán cargar con ella y utilizarla de manera constante. Otros, tal vez la mayoría, ejercen presión sobre el daño de reposar nuestras decisiones, actuaciones y trabajos en el ChatGPT cuya Inteligencia Artificial está plena de imprecisiones. Los deberes descansarían en ese dispositivo. El propósito sería generar dependencias.
Los críticos más extremistas o tal vez más racionales, presumen que esa aplicación podría alentar una neolengua a través de un medio mucho más invasivo. Hay mucho en juego y los usuarios necesitan una dirección sensata, al menos eso sugieren conocedores del tema.
Por supuesto, representantes de esta corriente no proponen desterrar a los LLM. Más bien enseñan sobre ChatGPT en las aulas de humanidades y están desarrollando plantillas para la investigación de pregrado. Aunque, según dicen, no esperan beneficios en enseñar a los estudiantes universitarios a escribir con el modelo. “Sabemos que muchos colegas están desarrollando ejercicios en el aula que distinguen cuidadosamente entre las limitaciones y fortalezas de la tecnología”, confió uno de ellos.
Desearíamos, continuó, que los miles de millones que ahora se dedican a entrenar chatbots de gran tamaño se invirtieran en cambio climático. Investigación del cáncer o preparación para pandemias. Pero sabemos que tales desafíos son poco atractivos para las compañías tecnológicas.
Elon Musk otra vez
Elon Musk, propietario de Twitter, quiere entrar en la carrera de la Inteligencia Artificial y está contratando a ingenieros informáticos para desarrollar un chatbot (chat accionado por un robot) que haga la competencia al exitoso ChatGPT.
The Information, que cita a tres fuentes, asegura que Musk tiene la intención de que su chatbot sea menos «woke». Es decir, con menos restricciones de contenido ante cuestiones polémicas por sensibilidades políticas, raciales o sexuales. Contrató a Igor Babuschkin, ingeniero que acaba de dejar la unidad de IA de Alphabet llamada Deep Mind y que está especializado en máquinas capaces de hacer más sofisticado y creíble al chat.
Musk no confirmó esos planes, pero en su cuenta de Twitter publicó un meme en el que hace referencia al asunto.