El césped rodea muchas casas, parques y otros espacios al aire libre en varias partes del mundo. Se usa con fines recreativos y como una especie de frontera entre las ciudades o pueblos y la vida salvaje. Sin embargo, esta idea de las grandes praderas de césped tradicional podrían no ser una buena idea para nuestro planeta. Un estudio publicado en la revista Science señala que debemos pensar en alternativas más sostenibles al césped.
La investigación liderada por la científica australiana Maria Ignatieva y el científico sueco Marcus Hedblom, afirma que hay más inconvenientes con el césped tradicional, que beneficios. Por ello, debemos empezar a explorar nuevas formas de huertos urbanos.
Problemas con el césped
Los científicos aseguran que la cantidad de agua, fertilizante y el constante mantenimiento que requiere el césped son un problema. Lo que más genera inconvenientes es el uso cortadoras de césped con motores, que emiten gases contaminantes. Su uso elimina cualquier ventaja que el césped pueda tener eliminando dióxido de carbono del aire.
El césped de todo el planeta ocupa una cantidad de tierra equivalente a España e Inglaterra juntas. En las regiones áridas de Estados Unidos, por ejemplo, es responsable del 75% del consumo de agua en las casas. Por si fuera poco, los herbicidas y los fertilizantes usados para mantenerlo acaban contaminando la tierra y las aguas subterráneas.
Es cierto que los espacios verdes son un estilo de vida, incluso un símbolo de riqueza y bienestar, pero no hay que dejar a un lado la realidad. Hay otras alternativas más saludables para el planeta que. al fin y al cabo, nos da vida.
Algunas soluciones
Identificado el problema que se solapa detrás de bellos jardines y praderas de césped, diversas ciudades y organizaciones tratan de encontrar alternativas. Algunos usan cabras para cortar las distintas hierbas, en vez de la cortacésped. También se han visto cortadores solares de hierba. En lugares como Berlín, han comenzado a permitir que crezcan praderas de hierbas naturales o huertos urbanos en lugar del césped tradicional. Incluso empresas como Amazon han experimentado con ese sector.
Una de las soluciones «rápidas» que muchos pensarían que son factibles es poner césped artificial. Sin embargo, este tipo de césped no contribuye a la captura de carbono y genera grandes cantidades de emisiones en su producción. Todas estas ideas son un paso en la búsqueda de la dirección correcta, pero no es suficiente. Involucra incluso un cambio de mentalidad de los ciudadanos, políticos, autoridades y grandes empresarios.
Los ecologistas sugieren la necesidad de más investigación científica sobre algunos tipos de plantas que podrían llegar a convertirse en alternativas al césped, pero que no requieren tanta agua y generan menos contaminación.
Cabras que cortan césped
Japón fue uno de los primeros países en utilizar cabras en lugar de máquinas para cortar el césped. De esta manera, utilizan a los animales para cumplir una función básica sin dañar al medio ambiente.
Poco después la filial de Amazon en Japón contrató a cuarenta caprinos para realizar labores de jardinería. Entre sus funciones estaban la de cortar el césped de los amplios jardines de la sede central y hacerse cargo de las malas hierbas. Tras un tiempo de implementarlo, la famosa tienda online ofreció un servicio de alquiler de cabras para cortar el césped.
Por otro lado, Google, cuenta con un equipo de 200 cabras para mantener su campus de Mountain View limpio y ordenado. Yahoo también usa cabras en su campus Sunnyvale. No es un invento nuevo. El servicio «Alquila una cabra», ha operado en California durante años para la limpieza de las ciudades y para mantener los espacios verdes municipales bien cuidados.
Aunque el coste de mantenimiento de un rebaño de cabras es relativamente elevado, ofrecen numerosas ventajas, y es que no consumen energía ni contaminan, no hacen ruido, vigorizan las plantas, y abonan el terreno.
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