Por Cambio16 | Efe
18/02/2016
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El Canal de Isabel de Isabel II pagó la «facturación ficticia» a las empresas del imputado en la trama Púnica Alejandro de Pedro (Eico y Madiva) por sus trabajos de reputación en internet para mejorar la imagen de cargos de la Comunidad de Madrid como su expresidente Ignacio González.
Así se desprende de la declaración que prestó en octubre de 2014 ante la Guardia Civil el hermano de Alejandro de Pedro, Adrián de Pedro, quien señaló que «la facturación ficticia que se está pagando de Eico y Madiva se está haciendo a través del Canal de Isabel II», según consta en los tomos del sumario sobre la trama Púnica a los que se ha levantado el secreto.
El propio instructor del caso Púnica, Eloy Velasco, señaló en un auto del pasado 25 de junio (que se conoce ahora) que los pagos ordenados por el entonces consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid Salvador Victoria con dinero en efectivo por parte de las empresas Canal de Isabel II, Indra o el empresario Sergio Ortega, lo eran «sin aparente contraprestación, pero en función al cargo público que ostentaba en la Comunidad de Madrid».
El pasado febrero declaró como testigo una empleada de De Pedro, Guadalupe Caballero, quien señaló que Alejandro de Pedro le pidió que anotara a la cuenta con la Comunidad de Madrid que se habían abonado 14.000 euros y que le indicaron que esa deuda la iba a pagar el Canal de Isabel II.
Cuando De Pedro fue detenido se le intervinieron 82.500 euros, de los que 10.000 dijo que eran de Indra por sus trabajos para la Comunidad de Madrid y el resto eran ahorros.
Sin embargo, Adrián de Pedro y Guadalupe Caballero «afirman que esa deuda se la iba a pagar el canal de Isabel II y ni uno ni otro saben absolutamente nada de Indra o de Santiago Roura», exconsejero delegado de Indra, lo que levantó las sospechas de que «se le quiera atribuir a Indra pagos que no hizo» y que fueron hechos por otros.
Por su parte, en su declaración como imputado, el ex consejero delegado de la Agencia Informática y de Comunicaciones (ICM) José Martínez Nicolás, reconoció que Salvador Victoria le había utilizado como «mensajero» para que solicitara pagos a otras empresas y que a De Pedro le tenía que pagar Indra 10.000 euros, 20.000 a Miguel Ángel de la Fuente y 90.000 a un tal Juanjo.
El pasado 8 de julio, De la Fuente declaró al juez que su empresa tiene una deuda con el PP de Madrid, pero negó que se la fuera a pagar Indra y afirmó no haber contactado nunca con Martínez Nicolás.
Granados y Marjaliza tenían 19 cuentas millonarias en Suiza
Granados y su socio David Marjaliza, y sus mujeres también como titulares, contaban con 19 cuentas bancarias millonarias en Suiza, algunas a nombre de sociedades controladas por ellos.
Según figura en el sumario del caso Púnica, Granados y su esposa, Nieves Alarcón, abrieron una cuenta en la entidad BNP Paribas de Suiza con fondos procedentes de otro banco en la que entre 2000 y 2006 hicieron ingresos por importe de 1,5 millones de euros.
Presumiblemente la cuenta fue cancelada en 2007, pero transfirieron los fondos, por importe de 1,7 millones de euros, a otra cuenta abierta en Suiza a nombre de la sociedad Costarricense DROZ&CO cuyo beneficiario era Marjaliza, según el sumario. Existían además otras cuatro subcuentas en diferentes divisas en las que al menos se ingresaron cerca de 1,3 millones entre los años 2007 y 2012.
Mientras, Marjaliza y su mujer, Adela Cubas, abrieron una cuenta en el BNP Paribas, que recibió entre febrero de 2003 y mayo de 2006 la cantidad de 4,1 millones.
Ese montante fue transferido a otra cuenta abierta en el 2006 en esa misma entidad a nombre de la sociedad mercantil Sheraton Trading que, según los datos de la comisión rogatoria internacional, recibió en cinco años más de 5,7 millones de euros.
David Marjaliza y la sociedad Sheraton Trading señalaron como origen de esos fondos depositados en las cuentas el producto de numerosas transacciones inmobiliarias, una afirmación que no pudieron justificar documentalmente.
El sumario indica que en el domicilio de la secretaria de Marjaliza, Ana María Ramírez, se encontraron documentos en los que aparece una sociedad, Oldfield Properties, domiciliada en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes. Los investigadores y el juez creen que esta sociedad no tenía otra finalidad que «la de eludir responsabilidades penales por blanqueo de capitales».
Por otro lado, según el sumario, Marjaliza ocultaba un patrimonio de 33,4 millones de euros en una sociedad llamada Nexus, que estaba a nombre de una empleada suya, Sara Hervás, según documentos intervenidos a su secretaria, Ana María Ramírez.
Según consta en un informe de la UCO de la Guardia Civil, Marjaliza controlaba un vasto complejo empresarial cuyo diseño no obedecía a una actividad empresarial real, sino que lo que trataba era de establecer una red de participaciones cruzadas con la que ocultar la titularidad real de los bienes.
A través de esa compleja trama, Marjaliza llegó a acumular más de 30 millones de euros, cantidad de la que es titular la sociedad Nexus que, través de participaciones en distintas sociedades acumula un patrimonio de 33.498.675,30 euros.
Otros indicios de que mantiene patrimonio oculto se ha deducido de llamadas telefónicas, entre ellas una de Marjaliza con su madre Cecilia Villaseñor Granados en relación con la venta de un barco cuyo importe (en torno a los 100.000 euros) a tenor de la conversación lo habría guardado su madre en una caja fuerte.
Los investigadores creen también que Marjaliza mandó construir un zulo o habitación oculta en el inmueble de su propiedad en la calle Libertad 14 de Valdemoro para ocultar parte de su patrimonio tanto obras de arte como dinero en efectivo.
El sumario también señala que Marjaliza ocultó en dos depósitos de Ginebra 28 obras de arte, entre ellas de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Pablo Palazuelo o Antoni Tapies, así como cinco fotografías, cuatro esculturas y 185 plumas por valor de 4.240.934 euros.
Bienes que el cabecilla de la Púnica adquirió para blanquear las ganancias ilícitas obtenidas, en su mayor parte, con el tráfico de influencias en los negocios inmobiliarios de la localidad de Valdemoro.