El aumento de la temperatura del Mediterráneo y las condiciones atmosféricas más cálidas y húmedas contribuyen a producir desastre más extremos
Expertos meteorólogos repasan las condiciones climáticas de España para el momento del trágico paso de la DANA y se preguntan cuánta incidencia ha tenido el cambio climático en este tipo de fenómenos climáticos que resultan habituales en esa región peninsular. Pero, que en esa ocasión, se mostró brutal y desastroso.
El este y el sur de España son susceptibles a esta Depresión Aislada en Niveles Altos, debido a su posición entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Masas de aire cálido y húmedo y frentes fríos se unen en una región donde las montañas favorecen la formación de nubes de tormenta y precipitaciones.
La DANA de esta semana ha sido “la más adversa del siglo en la Comunidad Valenciana», afirmó Rubén del Campo, portavoz de la agencia española de meteorología, Aemet. En unas pocas horas cayó más lluvia al equivalente de todo un año.
«Las previsiones coincidían con lo ocurrido. Pero en una zona entre Utiel y Chiva, en la provincia de Valencia, se superaron los 300 litros por metro cuadrado de lluvia. En esa zona se formaron y regeneraron sistemas tormentosos de forma continua», explicó el especialista.
Los expertos dicen que llevará tiempo analizar todos los datos para determinar si esta DANA en particular fue causada por el cambio climático. Sin embargo la mayoría sostiene que un aumento de la temperatura del Mediterráneo y unas condiciones atmosféricas más cálidas y húmedas contribuyen a producir episodios más extremos.
El cambio climático potencia la DANA
En medio del desgarrador proceso de auxiliar a sobrevivientes que siguen atrapados en densos escombros. De rescatar al menos a un centenar de víctimas y cuantificar los destrozos en las ciudades más afectadas, los científicos del clima indagan sobre lo que ha sucedido.
A diferencia de un temporal común, que se desplaza hacia el este, una DANA puede permanecer varada en el mismo lugar varios días o incluso moverse hacia el oeste (lo que se denomina retrogresión), indicó la agencia. Pero no todas crean condiciones climáticas extremas como las de este martes. ¿Qué la hizo tan destructiva?
“Esta tragedia, en parte se veía venir. Pero ha costado precisar cuándo y cómo iba a tener lugar, porque los detalles son difíciles de afinar”, comentó Fernando Valladares,del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
“En el marco general del cambio climático, sumado a eventos que tienden a ocurrir en esta época del año, como las DANAS, hacía anticipar una gran catástrofe. Quizá no de las magnitudes que ha tenido lugar. Pero se veía venir”.
Aseguró a Antena3 que “tenemos que mentalizarnos de que las DANAS que son eventos que suceden a finales del verano, algo que siempre ha ocurrido en la zona mediterránea. Pero, con los mares tan calientes y con una corriente en chorro, estas bolsas de aire frío en altura, hacen que estas catástrofes se vayan haciendo cada vez más frecuentes y de mayor intensidad».
Entretanto, la Aemet pide no bajar la guardia. “Vamos a lanzar un mensaje muy claro y lo vamos a dejar fijado. La emergencia meteorológica no ha finalizado. La DANA sigue sobre España. Se están produciendo tormentas muy intensas, ayer en Andalucía, hoy (jueves) en Castellón. Vamos a seguir así gran parte de la semana”.
Eventos más intensos y frecuentes
La creciente frecuencia de las DANAs y la intensificación de las lluvias asociadas a ellas están estrechamente ligadas al cambio climático, según los expertos. El progresivo aumento de la temperatura del mar Mediterráneo facilita que se den las condiciones para que haya más energía y humedad necesarias para que se dé una DANA más potente.
«Estamos viendo más fenómenos de este tipo a medida que nuestro clima se calienta», señaló el meteorólogo de la BBC, Matt Taylor. «Aunque tales eventos han sucedido en el pasado, se están volviendo más habituales». Un estudio de la Sociedad Meteorológica de EE UU detectó un alza de las DANAs desde 1960 a escala global.
Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, comentó a Reuters sobre la incidencia del cambio climático en la DANA que causa efectos catastróficos en la zona sur y este de España.
«En el futuro veremos más inundaciones repentinas como esta. Estas lluvias terriblemente intensas tienen las huellas del cambio climático», indicó. La experta consideró que las alertas tempranas basadas en pronósticos confiables hicieron poco para prevenir las muertes y que la gente comprendiera el peligro real.
«Simplemente decirle a la gente que va a llover mucho no es suficiente. Pudimos ver que la gente se estaba poniendo en riesgo al conducir en aguas inundadas, y había tanta agua que abrumó estos lugares», dijo.
El secretario de Estado de Medio Ambiente de España, Hugo Morán, sostuvo que “los mecanismos de predicción y de análisis” funcionaron “perfectamente” en España. En su opinión “esos fenómenos naturales con los cuales estábamos acostumbrados a convivir están adquiriendo unas dimensiones que son desconocidas. Y que los mecanismos de respuesta no están adecuados para esas dimensiones”
Cóctel perfecto: calentamiento de aguas y humedad
Las lluvias de la DANA de Valencia son un 12% más fuertes y dos veces más probables que en un clima sin el calentamiento global en el que está inmerso el mundo.
Las observaciones meteorológicas históricas indican que las ráfagas de lluvia de un día en esta región están aumentando a medida que las emisiones de combustibles fósiles calientan el clima, concluyó un análisis de World Weather Attribution.
Los científicos advierten en que la explicación más probable es el cambio climático, ya que una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que provoca aguaceros más fuertes. Con un calentamiento global de 1,3 °C como el que ya sufre el planeta, la atmósfera puede contener alrededor de un 9% más de humedad.
Otro estudio de la organización Climate Central consideró que las temperaturas cálidas del océano Atlántico, que han agregado humedad a la tormenta, fueron entre 50 y 300 veces más probables por el cambio climático.
Los expertos explicaron que el aumento de las precipitaciones va en la línea con los resultados de estudios previos de atribución de fuertes lluvias en Europa, como los efectuados tras las tormentas Daniel y Boris.
En ese sentido, Friederike Otto, responsable de Atribución del Tiempo en el Mundo del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres, manifestó que «el cambio climático ha intensificado estos aguaceros explosivos».
Subrayó que, la semana pasada, la ONU dijo que el mundo iba camino de experimentar un calentamiento de hasta 3,1 ºC para finales de siglo.
«En la COP29, los líderes mundiales tienen que ponerse de acuerdo no sólo para reducir, sino para dejar de quemar combustibles fósiles, con una fecha final. Cuanto más retrase la decisión, más graves y frecuentes serán los fenómenos meteorológicos extremos».
Críticas a políticos y expresiones negacionistas
El mundo artístico se ha movilizado y opinado sobre la trágica secuela dejada por la DANA que atravesó el sur y el este de España. Alejandro Sanz fue uno de los primeros en alzar su voz en solidaridad con las familias afectadas. El cantante desplegó su verbo en contra del uso que dan dado algunos políticos a la catástrofe.
“A todos los representantes del pueblo, del puto signo que sean: pónganse a trabajar para paliar la tragedia en España, aunque sea por una sola vez en sus vidas. Dejen de joder con su palabrería reiterativa, manipuladora y manida. Muestren dignidad, humanidad y estén a la altura de sus cargos… señorías”
David Bustamante también se mostró consternado por el evento. «Quiero mandar muchísimo ánimo, un abrazo gigante y… no sé, ánimo a los afectados, esto ha sido terrible. No entiendo cómo no se puede prever algo así. Valencia, estoy con vosotros, un abrazo gigante», dijo.
También en cantante Miguel Bosé negó que la DANA y sus terribles efectos sean producto del cambio climático:
“Estas acciones han sido llevadas a cabo por gobiernos que se les han ido de las manos. Entre destrucciones de presas y embalses. Y sobre todo, con la práctica desmesurada y sin control de las ingenierías climáticas, chemtrails (planteamiento que defiende que las estelas de condensación de los aviones arrojan agentes químicos). O Haarp (proyecto de geoingeniería que estudia la ionosfera y que se tacha como causante de desastres naturales)”. Todo ello ha causado “dolor, sufrimiento y pobreza”.
Insistió en que “las estaciones naturales han sido borradas y el curso de la naturaleza alterado”. “Todo está provocado a voluntad por una panda de delincuentes malnacidos. La gente tiene que despertar ya de una vez y dejar de pensar que todo esto se debe al cambio climático”.
Impacto en la periferia de Valencia
¿Por qué se ha inundado la periferia de la ciudad de Valencia y el centro se ha salvado? La DANA del 2024 no ha sido el primer fenómeno catastrófico en los últimos años. Hace 70 años, en 1957, después de un episodio de lluvias intensas, se desbordó el río Turia en su desembocadura con el mar. Es decir, en la ciudad de Valencia. Este episodio se conoce como la Gran Riada de 1957.
La Riada provocó un auténtico caos y hubo decenas de pérdidas materiales y humanas. Nada como las ocurridas en esta ocasión. Para evitar que esto volviera a pasar, se puso en marcha el Plan Sur. Su objetivo era desviar el cauce del Turia para evitar futuras tragedias.
Entonces se construyó un nuevo cauce que, en vez de atravesar la ciudad, la rodeaba, recuerda el portal Valencia Secreta. Ahora, por donde antes pasaba el río, hay un parque, el Jardín de Turia, que se fundó en 1986.
De esta manera, la ciudad quedó protegida de las posibles futuras inundaciones, en cambio, no se destinó una inversión tan grande a los municipios periféricos y, por esto, han sufrido más las consecuencias de la DANA.
El otro lado de la moneda, sequías extremas
Un análisis de Lancet Countdown on Health and Climate Change da una visión igualmente alarmante de los fenómenos meteorológicos que estamos viendo. Afirma que la superficie terrestre afectada por sequías extremas se ha triplicado desde la década de 1980.
Según la investigación el 48% de la superficie terrestre del planeta sufrió al menos un mes de sequía extrema el año pasado, lo que supone un aumento respecto de un promedio del 15% durante la década de 1980.
Precisó que casi un tercio del mundo (30%) sufrió una sequía extrema durante tres meses o más en 2023. En la década de 1980, el promedio era del 5%. El umbral de sequía extrema se alcanza después de seis meses de precipitaciones muy escasas o niveles muy altos de evaporación de las plantas y el suelo, o ambos, indicó el texto.
La sequía representa un riesgo inmediato para el agua y el saneamiento, la seguridad alimentaria y la salud pública, y puede afectar el suministro de energía, las redes de transporte y la economía.
Son muchos los factores que afectan la disponibilidad de agua, desde fenómenos climáticos naturales hasta la forma en que los humanos utilizan la tierra. Pero, sin dudas, el cambio climático está modificando los patrones globales de precipitaciones, haciendo que algunas regiones sean más propensas a la sequía. El aumento de la sequía ha sido especialmente grave en América del Sur, Oriente Medio y el Cuerno de África.
En 2023, la sequía expuso a 151 millones más de personas a la inseguridad alimentaria que en el decenio de 1990, circunstancia que ha contribuido a la desnutrición. Las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años también aumentaron un 167% en comparación con el decenio de 1990.