ESPECIAL III CONGRESO INTERNACIONAL DE SOSTENIBILIDAD DEL MEDIO AMBIENTE I MESA DE DEBATE I Salud y bienestar
El cambio climático se ha convertido en el mayor problema de salud global. Los combustibles fósiles nos están matando. Lo ha puesto de manifiesto la pandemia, que ha llegado a colapsar los sistemas sanitarios y confirmado que, al igual que la naturaleza está implicada en la propagación de la covid, debido a la pérdida de ecosistemas y biodiversidad, también aporta soluciones cuando cambiamos los modelos de producción y consumo. El bienestar de la humanidad depende directamente de la salud del planeta.
Estamos constantemente luchando contra algo que nosotros mismos provocamos
ALBERTO BARREIRO
Las soluciones a los problemas de salud derivados del cambio climático son en la mayoría de los casos de sentido común. La directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, destacó que las soluciones son simples, pese al escenario internacional complejo y politizado.
En realidad, hemos perdido el contacto con la naturaleza. Y, precisamente, es la naturaleza la que nos da de comer, nos permite respirar y vivir. “Desde el sector de la salud –explicó la doctora Neira– tenemos que unir fuerzas con los ambientalistas para combatir el cambio climático. Nos estamos jugando mucho y el escenario internacional es muy complejo, pero las soluciones son de sentido común”.
El moderador del debate, Alberto Barreiro ya había analizado la confluencia de varias crisis sanitarias relacionadas con el calentamiento global, la pandemia y sus consecuencias. Por ejemplo la denominada pandemia de salud mental o el incremento de las desigualdades y los niveles de pobreza.
Comparó la lucha contra el cambio climático y el problema medioambiental con la maldición de Sísifo, que engañó a los dioses y fue castigado a empujar cuesta arriba por una montaña una piedra que, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo. Repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso. «Estamos constantemente luchando –dijo Barreiro– contra algo que nosotros mismos provocamos».
Pese a las dificultades, la doctora Neira apuntó que “si lo hacemos bien, si hacemos una producción sostenible de todas nuestras cadenas alimentarias vamos a tener el beneficio de unos 5.000 millones de vidas salvadas. Porque nuestras dietas van a ser mucho más saludables. Los combustibles fósiles nos están matando, literalmente”.
La responsable de Salud Pública de la OMS ya apuntaba hace algunos meses en esta dirección y afirmaba que teníamos que empezar a considerar “ya el respeto al medio ambiente y entender por qué estamos aquí”. Porque el entendimiento es la fase previa al conocimiento. Una afirmación que solo se puede alcanzar a través de la educación. En este sentido, la propia OMS calcula que un 23% de la mortalidad es atribuible a factores medioambientales.
Respecto a la población mundial, esta cifra supone 12,6 millones de muertes cada año, distribuyéndose de manera desigual alrededor del planeta. Y es que la salud humana está estrechamente relacionada con nuestro entorno, los alimentos que comemos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima que hace posible que vivamos.
Javier Peña, fundador de Hope!, plataforma que tiene como objetivo trasladar la información científica a la calle a través de vídeos virales y concienciar a la población sobre el futuro del planeta, dijo que la esperanza está en la opinión pública. En la capacidad de interiorizar la urgencia que tiene el medio ambiente. Hope! ha conseguido sobrepasar los 400 millones de reproducciones y superar el millón de seguidores en 80 países.
Para Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife, “necesitamos naturaleza para tener bienestar y futuro. Es la única forma de garantizar salud física y mental y un futuro a las siguientes generaciones».
Por su parte, Mª Carmen Basolas, directora de Relaciones Institucionales de Chiesi España, subrayó que la compañía farmacéutica tiene como objetivo crecer desde un punto de vista económico, pero también desde la perspectiva social y ambiental.
El gran reto de Chiesi es apostar por la salud y el bienestar con el objetivo de encontrar el máximo de soluciones posibles para todos aquellos pacientes que sufren una enfermedad rara. Como ejemplo de los avances para mitigar el impacto ambiental, Basolas explicó que en Chiesi «desarrollan inhaladores en aerosol con una disminución de huella de carbono en un 90% para garantizar, de aquí al 2025, que ningún paciente se quede atrás”.
El grupo Chiesi, la mayor empresa farmacéutica certificada B Corp, refuerza su objetivo de conseguir la neutralidad de carbono en 2035 con la campaña #ActionOverWords, que quiere fomentar los compromisos de sostenibilidad medibles e invitar al resto del sector a rendir cuentas. “Os animo a todos –concluyó Basolas– a conocer más sobre nuestra campaña #ActionOverWords”.
Francisco Luis Sánchez Prieto, subdirector general de Arquitectura de Sistemas y Sistemas de Información de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid detalló que el covid, “que ha sido un auténtico revulsivo que llegó a pararnos, ha hecho que cambiemos y que apliquemos innovaciones que ya existían, pero que culturalmente no eran tan aceptadas”. La innovación nos permite asumir retos y salir adelante. “Todo ha cambiado con la pandemia –insistió–, la forma en que nos relacionamos con el sistema sanitario y cómo se desarrolla la práctica clínica mediante el big data y la inteligencia artificial”.