Los albatros son conocidos por ser de las criaturas del reino animal más leales. De hábitos monógamos una vez que eligen pareja es poco probable que se separen. Sin embargo, los “divorcios de albatros” están aumentando. Científicos de la Royal Society indicaron que el cambio climático puedes ser responsable.
Los investigadores alegan que el cambio climático y el calentamiento de las aguas aumentan las tasas de separación del albatros de ceja negra. Luego de escoger pareja, solo entre el 1 y el 3% se distancien y buscan otra pareja. No obstante, al aumentar las temperaturas del agua la tasa de divorcios de albatros crece hasta alcanzar una media de 8%. La investigación estudió durante 15 años una población salvaje de 15.500 parejas reproductoras de albatros en las islas Malvinas.
Las situaciones adversas inciden en el “divorcio de albatros”
Aguas más calientes significan menos peces en ellas y menos comida para las aves marinas. Un entorno más hostil. Deben recorrer mayores distancias para cazar. Sobreviven menos polluelos. Las hormonas del estrés de las aves aumentan.
Dr. Graeme Elliot, principal asesor científico del departamento de conservación de Nueva Zelanda, dijo a The Guardian que los albatros tienen un extraordinario parecido a los humanos. Viven entre 50 y 60 años. Enfrentan una adolescencia larga e incómoda mientras aprenden sus ritos de emparejamiento. Y hacen viajes de años fuera de casa a medida que maduran. Por lo general, se aparean de por vida y celebran en voz alta cuando saludan a un compañero después de una larga ausencia.
Ahora se evidencia un nuevo rasgo. Los “divorcios de albatros” aumentan por crisis similares a las humanas. Trabajar por más horas, dificultades para conseguir alimentos, enfrentar los retos de un compañero de viaje. Todas estas condiciones inciden en una mayor tasa de separación.
La culpa es tuya
Francesco Ventura, investigador de la Universidad de Lisboa y coautor del estudio de la Royal Society, explicó que el “divorcio de albatros” generalmente fue pronosticado por una falla reproductiva. Si una pareja no lograba producir una cría, tenían una mayor probabilidad de separarse. Menos comida para las aves podría provocar más fallas.
Ventura explicó que teniendo todo eso en cuenta, la tasa de separación fue mayor cuando las temperaturas de las aguas aumentaron. El cambio de temperatura tiene un efecto adicional en las tasas de separación incluso cuando la reproducción fue exitosa. Había dos posibles razones: una, que el calentamiento de las aguas obligaba a las aves a cazar por más tiempo y volar más lejos. Si las aves no regresan para la temporada de reproducción sus parejas pueden seguir adelante con alguien nuevo.
Otra hipótesis propuesta por el estudio es la de culpabilización de la pareja. Cuando las aguas son más cálidas y en ambientes más duros, las hormonas del estrés de los albatros aumentan. Ventura dijo que los pájaros pueden sentirlo y culpar a su pareja. “La hembra estresada podría sentir este estrés fisiológico y atribuirlos a un mal desempeño del macho”, dice.
Disminuyen las poblaciones de albatros
La investigación sobre el “divorcio de albatros” de la Royal Society se publica cuando muchas poblaciones internacionales del ave están en problema. Elliot señaló que poblaciones de albatros errantes que él estudia ahora estaban disminuyendo a tasas del 5-10% cada año desde 2005.
Explicó que la merma de la población cambia los patrones de apareamiento de las aves. Propicia la aparición de más parejas homosexuales. “Estamos obteniendo parejas macho-macho entre las aves de la isla de las Antípodas, que no habíamos tenido antes”, dijo.
El estudio de la Royal Society analizó la población de albatros de ceja negra en las Islas Malvinas, donde los números aún eran fuertes y donde el divorcio no era catastrófico. Ventura indicó que las aves estudiadas por él aún pueden encontrar otras parejas. Sin embargo reconoció que la misma dinámica de “divorcio de albatros” podría aplicarse a otras poblaciones y tener un efecto más dañino donde el número de aves es más frágil. “Si estamos hablando de una población con un número mucho menor de parejas reproductoras, la ruptura de un vínculo definitivamente podría inducir alguna perturbación en los procesos de reproducción regulares”, dijo.