El mercado del café en la economía mundial es sorprendente por las cifras que arroja. Se estima que alrededor de 125 millones de personas viven del cultivo del café, incluyendo a 25 millones de pequeños productores. Y se calcula que cada año se beben cerca de 400.000 millones de tazas de café en el mundo. Por tanto, hay en juego muchos intereses económicos y sociales y, ahora se suma el cambio climático, cuyo impacto se prevé en una merma de la producción de café en 2022.
El café es uno de los principales productos genéricos que se comercializan en el mercado internacional, su producción se realiza por lo regular en las zonas tropicales. Actualmente más de 80 países lo cultivan en sus diferentes tipos, de los cuales poco más de 50 países lo exportan.
Según Ico, la Organización Internacional del Café, para 2021-22 se esperan reducciones en la oferta de los principales productores, como Brasil y Colombia. Y un aumento parcial de la oferta de otros orígenes: las exportaciones de América del Sur han disminuido alrededor de una cuarta parte (-24,4%) y la tendencia parece continuar a lo largo del año.
“La mayoría de los analistas y operadores del sector cafetalero coinciden en una fase prolongada de escasez de café. El alcance exacto de los daños aún es difícil de cuantificar, pero se espera un déficit de producción a partir de 2022″, dijo Gerardo Patacconi, jefe de operaciones de Ico.
Entre las causas, los fenómenos climáticos extremos afectan ese rubro, en particular una fuerte helada en Brasil en julio. Así como la inestabilidad en algunos países productores y las limitaciones logísticas han provocado una inminente escasez de oferta que, a su vez, ha provocado una fuerte subida de los precios en los últimos meses.
El café es susceptible del cambio climático
El cambio climático amenaza gran parte de los cultivos de café, sobre todo en Latinoamérica. “Estas plantas no son capaces de vivir en cualquier sitio. Necesitan un óptimo ecológico muy concreto”, señaló Enrique Salvo Tierra, director de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga, recoge Newtral.
Un estudio del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en Alemania, revela que las regiones más aptas para sembrar café se podrían reducir en más de un 50% a nivel global en los próximos 30 años. Este dato es coincidente con el que maneja el Banco Interamericano de Desarrollo y ha puesto en alerta a millones de productores de café en el continente.
“En el momento en el que la crisis climática alerta las condiciones de temperatura, estas plantas empiezan a sufrir tremendamente”, indicó Salvo Tierra. Latinoamérica tiene a 5 de los 10 mayores productores de café a nivel mundial. El número uno es Brasil, con más de 30% de la producción mundial y Colombia, en el tercer lugar con 8,83%. Le siguen México, Honduras y Perú.
Los efectos del cambio climático están creando una tormenta perfecta que amenaza a millones de pequeños productores latinoamericanos y también del resto del mundo. Un ejemplo se ha podido observar ya en Honduras. “Antes se cultivaba el café a 1.200 metros de altura, que es donde se daban las condiciones óptimas de cultivo. Ahora se cultiva 500 metros más alto porque es ahí es donde se están dando ahora las condiciones óptimas”, precisó el experto.
Situación similar ocurre en Nicaragua por el calentamiento global. Se estima que la altitud óptima para el cultivo del café suba de 1.200 metros de altura a 1.600 para mediados de siglo, advirtió el Banco Interamericano de Desarrollo.
Buscar nuevas condiciones u otros cultivos
Malas noticias para los amantes del café: el cambio climático hará que sea mucho más difícil cultivar café arábica en los próximos años, refiere una investigación publicada en la revista científica Plos One.
El estudio examinó cómo cambiarán las condiciones de cultivo del café para 2050 según las proyecciones de varios modelos climáticos globales. Los resultados muestran que las plantas de café serán «drásticamente» menos adecuadas para su cultivo en las regiones productoras de café actuales para 2050 debido a los impactos del cambio climático.
El café arábica, que utilizan Starbucks y otros importantes vendedores de café, ya es un cultivo quisquilloso que requiere condiciones específicas para prosperar. Actualmente, las áreas más adecuadas para el cultivo del café se encuentran en América Central y del Sur, África Central y Occidental y partes del Sur y Sudeste de Asia.
Los investigadores de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich en Suiza, señalaron que «la adaptación al cambio climático será necesaria en la mayoría de las principales regiones productoras». Eso podría incluir cultivar variedades que se adapten mejor a las nuevas condiciones. También podría significar cambiar a árboles Robusta, que son más resistentes pero producen granos que generalmente se consideran de menor calidad que los de Arábica.
“En el peor de los casos, también podría significar que los agricultores tendrían que cambiar a un cultivo diferente”, dijo Grüter a CNN Business, y agregó que es “difícil decir en qué momento y dónde sucederá esto”.
Angola interesada en recuperar su posicionamiento
Frente al impacto directo del cambio climático sobre las plantaciones de café y su aminorada oferta, surgen ideas innovadoras para reflotar esa actividad primaria. En Angola, por ejemplo, están decididos a recuperar su puesto como uno de los mayores productores de café del mundo.
En los años setenta tenía una producción de aproximadamente un cuarto de millón de toneladas al año. Hoy, dos empresas angoleñas se expanden en el mercado mundial: Café Cazengo y la Fazenda Vissolela.
Café Cazengo es uno de los productores más dinámicos de este ancestral «oro negro» en Quiculungo, un municipio al este de la capital. Estos cafetales se encuentran entre las 25 000 explotaciones más pequeñas que producen aproximadamente la mitad de la cosecha de café del país. Unas 500 explotaciones comerciales más grandes producen el resto.
Mientras, Fazenda Vissolela es una de esas grandes explotaciones comerciales. El proyecto es de 1 000 hectáreas, todas centradas en el café de especialidad. Sus responsables aseguran que habrá 100 hectáreas de cada variedad de café arábigo, y el 80% de estos cafés se exportará.
Los productores también reciben ayuda de un programa de la Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas (ONU) que forma parte de un esfuerzo por ampliar el sector privad. Y diversificar la economía angoleña, basada principalmente en el petróleo. La agricultura, que representa el 13 % del PIB del país, es un factor clave.