El desierto del Sáhara es la mayor fuente de polvo del mundo. En junio de 2020, envió la nube de polvo más grande y espesa hacia las Américas. Una tormenta de polvo sin precedentes extendió cielos nublados y niveles dañinos de contaminación del aire en partes de América del Norte. Fue causada por vientos relacionados con el derretimiento del hielo marino del Ártico.
Es tormenta de polvo del Sáhara estableció récords en términos de su tamaño geográfico y su «profundidad óptica de aerosol». Esta es esencialmente una medida de su espesor determinada por la capacidad de los satélites para ver a través de ella. Alcanzó una altitud de 6.000 metros. En ciertos lugares sobre el Océano Atlántico, su espesor fue el doble de lo que se había registrado durante junio en la historia del registro satelital que se remonta a 1995.
Un fenómeno récord
Amato Evan, científico atmosférico de la Institución de Oceanografía Scripps de la Universidad de California en San Diego, y sus colegas han analizado las condiciones que llevaron a lo que algunos investigadores llaman la tormenta de polvo «Godzilla» de 2020.
Los investigadores analizaron la causa de este fenómeno en un estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters. Atribuyeron la magnitud de la tormenta de polvo a las condiciones creadas por el desarrollo de un tipo de sistema de alta presión llamado subtropical alto frente a la costa del Sahara.
Esto aumentó el gradiente de presión norte-sur sobre África occidental, lo que provocó vientos del noreste persistentes y de fuerza récord. La intensificación de los vientos del noreste sobre el Sáhara generó emisiones continuas de polvo durante varios días en la segunda quincena de junio de 2020.
El estudio encontró que la alta subtropical estaba incrustada en un tren de ondas circunglobal, una cadena de patrones de viento que se extendía por todo el planeta. Estuvo presente en el hemisferio norte durante la mayor parte de junio de 2020. Este tren de ondas puede haber sido causado por una extensión de hielo en el mar Ártico, observada también en junio de 2020. Se cree que el calentamiento de la región ártica está alterando el curso de los patrones de viento en las latitudes medias y subtropicales y causando eventos climáticos severos, aunque existe controversia entre los científicos sobre este concepto.
Impacto global
El viaje global del polvo tiene innumerables consecuencias, que afectan todo, desde el clima hasta los viajes en avión y la fertilidad del suelo en continentes a miles de kilómetros de la fuente del polvo. El polvo también proporciona nutrientes importantes, como hierro y otros minerales, a los ecosistemas oceánicos.
También se cree que el polvo influye en la actividad de los ciclones tropicales en el Océano Atlántico a través de sus efectos sobre las temperaturas de la superficie. Se cree que las columnas de polvo enfrían la superficie del océano al reflejar la luz solar de regreso al espacio, lo que a su vez reduce la cantidad de energía disponible para que se forme o intensifique un ciclón.
El equipo tiene planificado investigar en un trabajo futuro cómo la tormenta de junio de 2020 afectó la energía solar recibida en la atmósfera y en la superficie del planeta, y evaluar su impacto en la temporada de tormentas tropicales de 2020.
Fenómeno desde el Ártico
La investigación toca un tema controvertido dentro de la comunidad científica. El patrón de tren de ondas que puso en movimiento la tormenta de polvo de Godzilla era muy similar al observado en 2010 cuando el hielo marino en el Océano Ártico disminuyó sustancialmente, anotó el equipo de investigadores.
El patrón de anomalía al que se refiere el estudio es uno en el que los vientos árticos serpentean, en lugar de soplar en una dirección más o menos recta. A veces, los patrones de viento descienden hacia el sur del Ártico, lo que lleva a eventos excepcionalmente fríos en Estados Unidos y Europa. El meandro genera una cadena de eventos que pueden alterar el curso de otros patrones de viento comunes.
Sin embargo, existe controversia entre los investigadores sobre el efecto que está teniendo el calentamiento del Océano Ártico. Algunos argumentan que la secuencia se invierte, que los patrones de viento cambiantes son lo que calienta el Ártico y no al revés.
Otros creen que los patrones observados durante los años en los que el hielo marino está disminuido todavía están dentro del rango de variabilidad natural, a diferencia del cambio causado por el calentamiento global.
De una u otra forma, la relación del calentamiento en el Ártico con la inusualmente grande tormenta de polvo en el Sáhara ha puesto en evidencia lo complejo de los sistemas climáticos globales. Un razón más para atender con urgencia la crisis climática que nos amenaza.
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