El Nabarima, una unidad flotante de almacenamiento y despacho de crudo (FSO), con 1,3 millones de barriles de petróleo, está a punto de hundirse con su cargamento en el golfo de Paria, estado Sucre, frente a las costas del oriente de Venezuela. Se trata de una bomba de tiempo que podría engrosar la larga lista de accidentes de gran impacto ambiental que han venido ocurriendo en instalaciones de Petróleos de Venezuela, debido a la falta de mantenimiento, la corrupción, la politización y la pésima gerencia que han caracterizado a esa empresa durante los 20 años de dictadura chavista.
La denuncia fue hecha por Eudis Girot, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela. El dirigente aseguró que las condiciones del FSO Nabarima son «pésimas» y sus equipos se encuentran totalmente deteriorados. Agregó que la cubierta inferior y los equipos están a tres metros bajo el agua.
A estos señalamientos se sumaron voceros de la asociación civil Gente del Petróleo, formada por extrabajadores de la petrolera. Recordaron que este tipo de incidentes se están volviendo muy común en la empresa.
Instalación abandonada sin protocolos de seguridad
El FSO Nabarima es una de las facilidades Costa Afuera con las que cuenta el Campo Corocoro, que está ubicado en el golfo de Paria oeste, el cual es operado por la empresa mixta Petrosucre, S. A. La firma cuenta con una participación accionaria entre la estatal Pdvsa (74%) y la italiana ENI (26%). En este momento este campo está cerrado. No se realizan operaciones de producción desde hace casi dos años. Actualmente, se calcula que el Nabarima cuenta con un volumen almacenado, muy cercano a su capacidad máxima, de 1,3 millones de barriles. La carga ha estado allí desde hace más de un año luego de haber cesado las operaciones de producción en el campo.
Petrosucre tenía, a través de Pdvsa, un contrato de fletamento con la empresa noruega Knutsen Group, para hacer las operaciones de trasegado y transporte del crudo vendido. No obstante, tras las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC) contra Pdvsa, este contrato cesó. La empresa no puede extraer ese crudo. No cuenta con el equipo necesario para ello, y además carece de acceso al mercado internacional de servicios por las restricciones.
El FSO Nabarima es una unidad de casco doble, lo que le brinda cierto margen de seguridad. Sin embargo, de acuerdo con las denuncias de los propios trabajadores de Pdvsa, sus principales equipos de procesos, control, auxiliares y seguridad están inoperativos, producto de la falta de mantenimiento e incapacidad gerencial. Además, está siendo operado solo por unas cinco personas, cuando está creado para que lo manejen hasta 80. Todo esto genera un creciente riesgo de que se produzca un incendio, explosión o incluso el colapso de la estructura del barco.
Cuestión de tiempo
De acuerdo con lo expresado por Girot, con base en señalamientos que hacen los propios trabajadores del buque tanque, la embarcación se está hundiendo. Ni Pdvsa, ni el Ministerio de Energía y Petróleo ni el Ministerio del Ambiente han hecho nada para evitarlo, afirmaron. El domingo 30 de agosto en la tarde reportaron que parte de la sala de máquinas se encuentra bajo tres metros de agua.
En su cuenta de Twitter, el sindicalista publicó fotografías en las que se puede observar que el buque está ligeramente inclinado y con un notable descenso en la línea de flotación. También incluyó imágenes del interior, con cámaras visiblemente anegadas e instalaciones muy deterioradas que presentaban evidentes señales de herrumbre. Advirtió que 1,3 millones de barriles de petróleo «pudieran derramarse, destruyendo la naturaleza y afectando el golfo de Paria, el delta del Orinoco, el mar Caribe y el océano Atlántico».
En su denuncia responsabilizó no solo a la alta gerencia de Pdvsa, sino también a Wills Rangel, presidente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela. Les acusó de haber desviado los recursos destinados al mantenimiento de instalaciones petroleras, incluyendo al FSO Nabarima. Aseguró que el navío «está destruido, solo lo sostienen las anclas de amarre». Afirmó que ya hay petróleo en las playas de la cercana población de Güiria.
Girot declaró que el FSO Nabarima se encuentra en una «situación de emergencia por la falta de un mantenimiento adecuado y profesional». Presenta una entrada de agua en el área de la superestructura y la sala de máquinas, y el agua en algunos compartimentos «alcanza hasta 1,5 metros de altura». Además, desarrolló una ligera escora a estribor. Aseguró que Pdvsa puso la embarcación en manos de personal no calificado, incapaz de manejar maquinaria de este tipo.
Seguidilla de accidentes
Si bien el caso del Nabarima es un potencial accidente, que no ha ocurrido todavía, Pdvsa acumula una larga lista de accidentes operacionales, con un alto coste en términos ambientales, materiales, financieros y humanos. El más reciente fue el derrame detectado el pasado 2 de agosto, que ha afectado más de 4 kilómetros de costa del Parque Nacional Morrocoy, en el estado Falcón, al occidente del país, que ha afectado a la fauna y flora marina de esta reserva natural.
Un texto suscrito por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) y la Academia de Ingeniería y el Hábitat (ANIH) indica que el derrame proviene de la refinería El Palito, en el vecino estado Carabobo.
Poco después de que se denunciara este derrame, específicamente el 14 de agosto, los accesos a ese mismo centro refinador fueron bloqueados como medida de seguridad ante una presunta explosión. La alerta fue dada a conocer por usuarios de las redes sociales tras ver el despliegue de seguridad que se hizo en la zona. El régimen de Nicolás Maduro optó, como ha sido su costumbre, por mantener un hermetismo absoluto sobre este tema.
Denuncia de las Academias de Ciencias
Acfiman y ANIH advirtieron que este tipo de incidentes están “comprometiendo aún más los recursos naturales, la diversidad de los ecosistemas, la salud de las comunidades y la actividad económica de las zonas afectadas”.
En el texto denuncian la violación continua de la legislación nacional e internacional en materia de petróleo y ambiente. Dijeron que estas irregularidades están constatadas en el aumento de la frecuencia y la extensión de los accidentes previsibles y controlables. «Es público y notorio que los derrames de petróleo dejaron de ser la excepción en la operación y desempeño ambiental de Pdvsa», acotaron.
La Sociedad Venezolana de Ecología está monitoreando la situación. Advierten que si el FSO Nabarima se hunde, podría darse el peor desastre ambiental marino en la historia del país y afectar las costas de Trinidad y Tobago.
Lea también: