Por SANDRA MARTÍN
Se ha reclamado durante varios años, pero tras diferentes posturas y desacuerdos, al fin el Banco Central Europeo ha dado el paso. La entidad financiera comprará deuda pública y privada por valor de 60.000 millones de euros al mes. El presidente del BCE, Mario Draghi, ha anunciado la decisión de una mayoría de los países miembros -aunque sin unanimidad- de lanzar el programa de compra de bonos soberanos en este momento.
“Esta compra va a beneficiar a corto plazo a las economías más débiles de la Unión Europea y va ayudar a la demanda agregada de todos los países”, explica José Ignacio García Pérez, investigador de Fedea y prof. de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla. Sin embargo, el economista señala que “si no se llevan a cabo reformas y políticas estructurales en los países que las necesitan, esta medida levantará durante poco tiempo la economía”. Se refiere a mejorar las políticas de competencias en empresas o el mercado laboral, como en España.
“El motivo de lanzar esta medida ahora se debe a la caída de los precios que se está viendo en el centro y el norte de Europa”, señala García. Draghi ha justificado esta medida por el “persistente” nivel mínimo de la inflación. “Muy por debajo del objetivo aspirado que debería situarse por debajo del 2%”.
De hecho, Draghi ha señalado que la inflación interanual seguirá siendo “muy baja o negativa” durante los próximos meses. Se espera que repunte “gradualmente” entre 2015 y 2016.
Grecia se queda fuera
Sin embargo, el BCE no comprará deuda de Grecia. “Puede que esté esperando a conocer el resultado de las elecciones y se vea un compromiso para pagar su deuda”, explica García. Aunque Draghi ha apuntado que no se ha establecido ninguna regla hacia el país, pero sí «hay ciertas condiciones para comprar bonos griegos».
Draghi explicó que «el Eurosistema empezará a comprar bonos con grado de inversión denominados en euros y emitidos por los gobiernos de la eurozona y agencias e instituciones europeas en el mercado secundario». Esto excluye por el momento a los títulos de deuda pública de Grecia, que debido a la crisis que atraviesa, están calificados en la actualidad como bonos basura y no alcanzan el denominado grado de inversión, que implica una mayor seguridad de cobro.
La compra de los activos empezará en marzo de este año y se prolongará hasta septiembre de 2016, aunque la operación se mantendrá “en cualquier caso hasta que veamos un ajuste sostenible de la senda de la inflación”, apunta Draghi. La compra combinada de deuda pública y privada se realizará según la cuota de capital de cada país en la entidad, a través de su banco central nacional. A su vez, el BCE ha acordado mantener los tipos de interés en su nivel actual, un 0,05% -un mínimo histórico-, con el objetivo de apoyar la coyuntura económica y evitar una recesión.