Ver: Las posibilidades de Griezmann en el Barcelona
Por Natalia Lobo
09/05/2018
El FC Barcelona venció 5 a 1 al Villarreal por la jornada 34 de la Liga Santander. Los culés están tan solo a dos partidos de terminar el campeonato de manera invicta algo que únicamente han conseguido 7 equipos en la historia de las grandes ligas europeas.
Al equipo de Valverde le basta con destellos de calidad para resolver los partidos. Ante el Villarreal, el Barcelona volvió al 4-3-3 con Paulinho, Iniesta y Busquets en el medio. En la delantera, jugaron Messi, Dembélé y Coutinho. No sé puede decir todavía que será el gran tridente de la próxima temporada, pero hoy el talento tanto del brasileño como del francés fueron claves para la victoria de los culés.
Dembélé, que ha sido muy cuestionado en lo que fue su primera temporada como azulgrana, solo necesitó de un giro para salirse de tres defensores. Con este recurso, el francés encontró espacios en la zaga rival y remató al arco. El rechace de Asenjo le cayó a Coutinho, que seguía la jugada por la izquierda, y abrió el marcador.
Pero si hay alguien cuyos chispazos sirven para hacer alucinar al público es Andrés Iniesta. A Andrés lo estamos despidiendo desde hace semanas. El manchego se va del Barcelona en un momento dulce, después de una temporada en el que recuperó su nivel.
El segundo gol del Barcelona nació de sus botas. Con un pase entre líneas al alcance de los elegidos, Iniesta habilitó en carrera a Digne que recibió ante Asenjo solo y se la dejó a Paulinho para que marcara. Un gol made in Barça.
Pero no era lo último que nos iba a dejar Iniesta. Para la nostalgia, el manchego le regaló un último pase gol a Messi. El rosarino quebró a los defensas en el área, se conectó con Don Andrés y este se la devolvió con un pase en profundidad que el 10 remató cruzado con la zurda. La última conexión entre estos genios del balón. Por lo menos, hasta ahora.
El Barcelona del futuro
Sin embargo, este partido demostró que el argentino no estará desamparado. Coutinho se ve mucho más adaptado al ADN culé. El brasileño no solo marcó y repartió pases peligrosos sino que estuvo pendiente de la recuperación de balones.
Por último, Dembélé por fin completó un partido a la altura de su fichaje. Además de su participación en el primer gol, el francés hizo un doblete. El cuarto gol y el primero en su cuenta personal llegó tras una gran jugada de Rakitic. El croata se hizo un autopase para sacarse a un rival y llegar por la derecha para centrar un balón que no perdonó el 11.
Pero lo mejor quedó para el final. Al 93, recibió la pelota de Yerry Mina y se armó una contra. Lo acompañó Messi pero el francés decidió terminarla él mismo con una sutileza: se la picó al arquero y cerró una noche de ensueño en el Camp Nou. Una actuación para contestarle a sus detractores y para tranquilizar a la afición culé. ¿Griezmann? Puede ser, pero ya lo tienen cubierto.
El Villarreal se llevó un premio
Si al Barcelona le bastaron chispazos, el Villarreal demostró buenos momentos durante el partido. Los submarinos exigieron a Cillessen con un zurdazo de Fornals al minuto 14 y otro de Jaume Costa al final del primer tiempo. Sin embargo, fue en la segunda parte cuando los visitantes consiguieron la recompensa.
Fue un gol de carambola. Fornals disparó en el área, Cillessen lo tenía medido pero en el camino la pelota dio con Sansone y cambió de trayectoria. El Barcelona se quejó porque le dio en el brazo pero el árbitro no vio intención. Sin embargo, el submarino amarillo también disfrutó por ratos de la posesión pero le faltó incisividad. En cambio, la defensa no estuvo nada fina en la cobertura.