El Banco Mundial destinó miles de millones de dólares en combustibles fósiles durante 2022, a pesar de las repetidas promesas de centrarse en el cambio hacia una economía baja en carbono. En junio, publicó un informe en el que cuestiona, precisamente, lo que ha sido su conducta. “Se desperdician billones de dólares en subsidios para la agricultura, la pesca y los combustibles fósiles que podrían usarse para ayudar a abordar el cambio climático en lugar de dañar a las personas y al planeta”, señaló.
Urgewald -un grupo de campaña que rastrea la financiación mundial de los combustibles fósiles- descubrió las operaciones en ese sentido del B, que proporcionó alrededor de 3.700 millones de dólares en 2022 que habrían terminado en desarrollos de petróleo y gas.
Heike Mainhardt, autora de la investigación, pidió una reforma del BM y de su brazo financiero, la Corporación Financiera Internacional, para que sus transacciones sean más transparentes y se excluya 100 % de sus préstamos la financiación de combustibles fósiles.
“No pueden decir que están alineados con el Acuerdo de París porque no hay suficiente transparencia y las empresas fósiles la aprovechan. «Pueden acceder al dinero público sin llamar la atención, y así que lo hacen”, dijo a The Guardian.
Banco Mundial financia combustibles fósiles
La financiación del comercio del Banco Mundial es más opaca que la de proyectos estándar, que suelen fluir hacia gobiernos, organizaciones o consorcios con un propósito particular bien definido y es relativamente fácil de rastrear.
La financiación del comercio, en cambio, es difusa. Comprende numerosos instrumentos financieros utilizados por bancos y otras instituciones para proporcionar capital de trabajo a gobiernos o empresas. Puede adoptar la forma de crédito o garantías. Es una herramienta importante para el Banco Mundial. Le ayuda a «eliminar el riesgo» de la financiación a los países en desarrollo, que a menudo se ven penalizados con altas tasas de interés. En especial, cuando intentan obtener ayuda financiera privada.
Mainhardt estudió las transacciones de financiación del comercio de la CFI y aplicó estimaciones basadas en los montos de destinados a desarrollos de petróleo y gas entre 2006 y 2012. Las últimas fechas para las que hay estimaciones fiables. Apunta que es poco probable que las proporciones generales destinadas a los combustibles fósiles hayan cambiado, el brazo financiero privado del Banco Mundial negocia intensamente con los productores de petróleo. En el Medio Oriente y África el petróleo, el gas y el carbón no están excluidos de las transacciones de financiación del comercio.
Muchos países están presionando para que se reforme el Banco Mundial y se reorienten sus esfuerzos para pasar a una economía global con bajas emisiones de carbono. Mainhardt argumenta que la reforma debe incluir una mayor transparencia sobre la financiación del comercio.
“Necesitamos transparencia y que el petróleo, el gas y el carbón estén en excluidos del financiamiento del CFI”, adicionó.
¿Inexactitudes fácticas?
Un portavoz de esa instancia del Banco Mundial que reservó su nombre declaró que el informe de Urgewald «contiene graves inexactitudes fácticas y exagera enormemente el apoyo de la CFI a los combustibles fósiles”.
Argumentó que los proyectos de financiamiento del comercio de CFI se seleccionan mediante un proceso riguroso que equilibra los compromisos climáticos con las necesidades de desarrollo en los países donde trabaja.
«La CFI excluye el carbón del financiamiento del comercio. Solo permite el petróleo y el gas de forma limitada para fines de distribución únicamente (sin producción), dependiendo del impacto en el desarrollo. Solo consideramos esto en países donde la seguridad energética es crítica”, manifestó.
El BM en su informe de junio 2023 dice para subsidiar el consumo de combustibles fósiles, los países gastan cerca de seis veces lo que prometieron dirigir anualmente a las energías renovables y el desarrollo bajo en carbono, en virtud del Acuerdo de París.
«La gente dice que no hay dinero para el clima y abordar muchos de los desafíos más apremiantes del planeta. Lo habría si pudiéramos utilizar los billones de dólares que se gastan en subsidios derrochadores. Lo hay, pero está en lugares equivocados», señaló Axel van Trotsenburg, director gerente senior del Banco Mundial.