El mundo automotriz ha dado pasos agigantados con los vehículos eléctricos. Ya parece obvio la industria automovilístico renunciará a los combustibles fósiles y se estima que dentro de 20 años 500 millones de coches de este tipo transitarán por las calles del mundo.
Los países que se han incorporado al cambio están viendo los frutos. La adopción del vehículo eléctrico hace que la contaminación baje de manera lenta pero sostenida. Pero no todo marcha a buen ritmo en este campo. Ha fallado el desarrollo e instalación de infraestructuras de recarga de los vehículos eléctricos y en las baterías. Queda por implementar la variedad de opciones de carga para los usuarios.
Los diferentes tipos de cargas
El problema de las recargas y sus infraestructuras se pueden superar con diferentes tipos de sistemas, pero deben tener el apoyo de marcas y gobiernos. La carga inalámbrica es una opción que atrae a los usuarios. Permite que los coches se recarguen de manera automática mientras están estacionados. Camiones, buses, taxis o vehículos de reparto serían los mayores beneficiados.
Las cargas ultrarrápidas resolverían el problema que tienen algunos usuarios con la demora de la recarga de los vehículos eléctricos, en comparación con los que operan con motores de gasolina. Una carga de batería al 80% implica un mínimo de 20 minutos. En Australia se está implementado este tipo de cargador en los que una carga a la batería aporta 32 km de autonomía.
La V2G permitiría que el intercambio energético entre la red y el coche sea bidireccional. Es decir, si un vehículo eléctrico tiene carga almacenada y no necesita moverse, puede devolverla en caso de que sea necesario. La opción permitiría una optimización de las redes. Los vehículos funcionarían como almacenes energéticos descentralizados.
Por otra parte, Volkswagen prueba implementar la carga móvil. Una solución que tiene la ventaja de no requerir de instalaciones e infraestructura previa. Otra opción es que se cree un tipo de carga más innovador, una batería hecha con grafeno podría cargarse en 15 segundos. Otro material que puede entrar al juego es el sulfuro, que podría dar una durabilidad a la batería de 30 años.
Problemas que complican los avances
En países como Noruega, Francia, Finlandia, Países Bajos y Estados Unidos se están imponiendo los vehículos eléctricos. Los costos de fabricación han bajado, pero no son muchas las marcas que ofrecen alternativas 100% eléctricas o híbridas.
Algunas empresas se excusan en la autonomía, la vida útil, el reciclaje de las baterías y la disponibilidad de puntos de recarga para ralentizar su cambio a los vehículos eléctricos. Otra dificultad se presenta con los gobiernos no han incentivado a sus ciudadanos a cambiarse a los vehículos eléctricos. Los planes para el sector, que incluyen bonificaciones, subvenciones y exención de peajes e impuestos en los países, no están en desarrollo. Y lo más importante, antes se deben adecuar las redes de distribución eléctrica..
¿Qué se está haciendo en favor de los vehículos eléctricos?
En Oslo, Noruega, las autoridades comenzaron con planes para incluir los coches eléctricos en el día a día. Se realizaron una serie de políticas de incentivo para la compra de coches 100% eléctricos y de vehículos híbridos. Los usuarios están exentos de pagar algunos impuestos. Otro de los sistemas que se implementa es compartir vehículo, sea un coche, bicicleta o ciclomotores. El 40% de vehículos que se usan en Noruega son eléctricos.
Países Bajos tiene la meta de lograr una descarbonización total del tráfico y que este sea cero emisiones para el 2025. En Ámsterdam se ha creado un departamento que se dedica a la implantación de la movilidad eléctrica. También se está intentando una reconversión de los taxis para que todos sean ecológicos, a cambio de darles beneficios y bonificaciones a sus conductores.
Implementar la movilidad eléctrica requiere tiempo, buena planificación y muchas negociaciones, además de un alto nivel de educación y concienciación de los habitantes.
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