Por Efe
24/07/2016
Una vez descartado el trasfondo terrorista de la matanza de Múnich, Alemania se pregunta qué pudo llevar a un joven de 18 años y sin antecedentes penales a matar a nueve personas y a disparar indiscriminadamente sobre la gente en un acto que, al parecer, fue preparado a lo largo de un año. «El autor de la matanza empezó a prepararla hace un año», ha asegurado este domingo el fiscal Thomas Sternkra-Koch en una conferencia de prensa.
La Policía ha descartado definitivamente que haya habido cómplices. Todos los proyectiles encontrados vienen del arma que usó o de armas de los agentes, y ha asegurado que, de momento, no hay nada que indique que el tirador hubiera seleccionado a sus víctimas siguiendo algún criterio. Muchas de las razones se buscan en la biografía del asesino, un joven germano-iraní de 18 años, identificado como Ali David Sonboly, cuyos padres llegaron a Alemania en los años noventa, donde el padre trabajaba como taxista y la madre estuvo un tiempo trabajando en una tienda.
La idea de que Ali David Sonboly sufrió acoso escolar parece reforzarse a medida que las autoridades y algunos medios de comunicación recaban más datos sobre su vida. Casi desde el principio se señaló que Sonboly no tenía antecedentes penales y ahora se sabe que si la Policía tuvo algún contacto con él no fue como autor de un delito sino como víctima. En una ocasión fue objeto de un robo y, en algún momento de 2012, según datos del dominical Bild am Sonntag, recibió una paliza que le propinaron muchachos de su misma edad.
La fiscalía, sin entrar en detalles, confirmó hoy que en 2012 había habido un «incidente» en el camino al colegio, pero agregó que los protagonistas de este no estaban entre las víctimas por lo no hay motivo para decir que la matanza haya sido una venganza contra personas concretas. En todo caso, a partir del incidente de 2012 Sonboly empezó a buscar refugio en juegos de internet y en algunas plataformas usaba nombres como «Psycho» o juguemos este juego hasta la muerte.
Además empezó a interesarse por casos de asesinatos masivos perpetrados por jóvenes sobre los que coleccionaba artículos de prensa. Sonboly había estado en tratamiento psiquiátrico por fobias sociales y depresiones. Entre sus modelos, según muchos indicios, estuvieron Tim Kretzshmer, autor de una matanza en un colegio de Winnenden (sur oeste de Alemania), y Anders Breivik, el ultraderechista que asesinó a más de 70 jóvenes en Noruega.
Contrariamente a lo que llegó a decirse en un momento, Sonboly no tenía en su ordenador el manifiesto de Breivik, pero si se ocupó de la figura del noruego y redactó un manifiesto propio, del que todavía no se conocen detalles. Con respecto a Kretzschmer, hoy las autoridades rebelaron que Sonboly había visitado hace un año el lugar donde este perpetró su matanza en Winnenden y había documentado su visita con fotos que se encontraron en su cámara digital.
En mayo de este año, Sonboly abrió una cuenta de Facebook utilizando los datos de una joven turca y desde allí invitó a un número no determinado de gente a encontrarse en el McDonald frente al centro comercial Olympia, donde daría muerte a sus primeras cinco víctimas.
La fiscalía ha resaltado que entre las víctimas ningún nombre coincide con quienes comentaron la invitación, lo que refuerza la idea de que el objetivo fue dar muerte a quien se le atravesase en el camino. El arma utilizada, según cree la policía de Múnich tras examinar parte de los archivos del ordenador del asesino, fue comprada a través de la llamada «Darknet» o red oscura, una especie de internet paralela muy utilizada en el mundo del crimen.
La pistola, una Glock 17 de 9 milímetros, había sido inutilizada en 2014 y empleada como atrezzo de teatro, pero posteriormente se volvió a activar. Ese tipo de armas, según la Oficina Federal de lo Criminal (BKA) se usan con frecuencia en actos terroristas como, por ejemplo, en el atentado contra la revista satírica francesa Charle Hebdo. El proceso de reactivación no suele ser muy complicado técnicamente, sobre todo cuando la desactivación del arma ha tenido lugar en países con estándares bajos.