El 33% de los casos de asma infantil en Europa se atribuyen a la contaminación atmosférica, según el estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Casos de asma en niños
El asma es una enfermedad crónica más común en la infancia. La exposición a la contaminación es uno de los factores principales que incrementan el riesgo de padecer esta enfermedad.
Los nuevos casos de asma en menores se pueden prevenir si las ciudades cumplen con las recomendaciones relativas a los niveles de partículas contaminantes en suspensión.
Si se reduce la contaminación, la incidencia de asma baja
El estudio realizado por Respiratory Journal en 18 países europeos, sugiere que las recomendaciones actuales de la OMS relativas a los niveles de dióxidos de nitrógeno (NO2) no protegen suficientemente a niños.
El informe apunta que si se logra reducir la contaminación hasta los niveles más bajos, la incidencia de asma bajaría en un 33%. Es decir, habría un tercio menos de casos nuevos de asma infantil.
Para estimar la carga de enfermedad del asma infantil, el equipo científico planteó dos escenarios diferentes. El primero, se basaba en los niveles máximos de contaminación atmosférica contemplados en las recomendaciones de la OMS. El segundo, tomaba como referencia los niveles más bajos de contaminación del aire detectados en una revisión de 41 estudios científicos anteriores.
Si se reduce la contaminación, la incidencia de asma baja
El estudio realizado por Respiratory Journal en 18 países europeos, sugiere que las recomendaciones actuales de la OMS relativas a los niveles de dióxidos de nitrógeno (NO2) no protegen suficientemente a niños.
El informe apunta que si se logra reducir la contaminación hasta los niveles más bajos, la incidencia de asma bajaría en un 33%. Es decir, habría un tercio menos de casos nuevos de asma infantil.
Para estimar la carga de enfermedad del asma infantil, el equipo científico planteó dos escenarios diferentes. El primero, se basaba en los niveles máximos de contaminación atmosférica contemplados en las recomendaciones de la OMS. El segundo, tomaba como referencia los niveles más bajos de contaminación del aire detectados en una revisión de 41 estudios científicos anteriores.
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