Siempre mágico, inmenso, rico y misterioso: el Amazonas desvela también que alguna vez albergó poblados centros urbanos e incluso, pirámides. Como un tesoro bien escondido, un grupo de científicos dotados de equipos especializados descubrió los complejos asentamientos, guardados por miles de años.
Usando una tecnología de teledetección para mapear el terreno desde el aire, descubrieron que, hace unos 1.500 años, los antiguos habitantes construyeron y vivieron en centros densamente ocupados.
En el estudio, publicado en Nature, se pudieron identificar terrazas o lomas artificiales de cinco metros de altura, unidas por carreteras. Y hasta 22 hectáreas sobre las que había estructuras cívico-ceremoniales en forma de U. Y pirámides cónicas de hasta 21 metros de altura en la región de los Llanos de Mojos, en Amazonas del lado de Bolivia.
La complejidad de estos asentamientos es «alucinante», dijo Heiko Prümers, arqueólogo del Instituto Arqueológico Alemán con sede en Berlín.
“Esta es la primera evidencia clara de que hubo sociedades urbanas en esta parte de la cuenca del Amazonas”, agregó Jonas Gregorio de Souza. Arqueólogo de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, España.
El estudio enfrenta la tesis de que el Amazonas había sido una naturaleza virgen antes de la llegada de los europeos. Cuando en realidad fue el hogar de sociedades avanzadas mucho antes. Y ahora, convertido en centro de deforestación, tala ilegal y atentados contra su biodiversidad.
Ciertamente, los investigadores pensaron que antes de la llegada de Colón en el siglo XVI, todos los amazonenses vivían en pequeñas tribus nómadas. Con poco impacto en el mundo que los rodeaba. Y aunque los primeros visitantes describieron un paisaje lleno de pueblos y aldeas, los exploradores posteriores no pudieron encontrar estos sitios.
¿Pirámides en el Amazonas?
En la década de 2000, la opinión arqueológica comenzaba a cambiar. Algunos investigadores sugirieron que concentraciones inusualmente altas de plantas domesticadas en la zona, junto con parches de suelo inusualmente ricos en nutrientes podrían haber sido creados por personas, Por tanto, se atribuía ese entorno a los antiguos habitantes del Amazonas.
La hipótesis cobró fuerza cuando, en 2018, los arqueólogos informaron cientos de grandes montículos geométricos que habían sido descubiertos debido a la deforestación en la selva amazónica del sur. Estas estructuras insinuaban antiguas sociedades organizadas capaces de prosperar en un lugar durante años. Pero faltaba evidencia directa de asentamientos.
En 1999, Prümers comenzó a estudiar un conjunto de montículos en la parte boliviana de la cuenca del Amazonas, fuera de la espesa selva tropical. Allí, muchas lomas cubiertas de árboles se elevan sobre un área de tierras bajas que se inunda durante la temporada de lluvias.
Excavaciones anteriores habían revelado que estas ‘islas forestales’ contenían rastros de habitación humana. Incluidos los restos de la misteriosa cultura Casarabe, que apareció alrededor del año 500 d.C.
Durante una perforación, Prümers y sus colegas se dieron cuenta de que habían encontrado lo que parecía un muro. Indicando que un asentamiento permanente había ocupado una vez el área. Los investigadores también encontraron en Amazonas, tumbas, plataformas, pirámides y otros indicios de una sociedad compleja. Pero la densa vegetación les dificultó el uso de métodos convencionales para inspeccionar lo que hay debajo.
El Amazonas, el bosque tropical más grande del mundo, también muestra en los últimos años la acción del hombre en la destrucción de sus aguas, suelos, bosques y variadísima biodiversidad.
Más asentamientos de los esperados
En la década de 2010, una técnica llamada lidar, de detección remota que utiliza láseres para generar una imagen 3D del suelo, se puso de moda entre los arqueólogos. En 2012, un estudio lidar de un valle en Honduras ayudó a redescubrir una antigua ciudad precolombina que se rumoreaba que existía en la zona. La jungla se había apoderado por completo del asentamiento desde que fue abandonado en el siglo XV. Por lo que era casi imposible ver desde el aire sin lidar.
Prümers y sus colegas aprovecharon el lidar en 2019. Y en un helicóptero equipado con esa tecnología sobre seis áreas cercanas, se confirmó que habían estado ocupados por la gente de Casarabe. El equipo obtuvo más de lo que esperaba. Reveló el tamaño y la forma de 26 asentamientos, incluidos 11 que los investigadores no habían estado buscando. Una tarea monumental que habría llevado 400 años estudiar por medios convencionales, confió Prümers.
Dos de los centros urbanos cubrían cada uno un área de más de 100 hectáreas, tres veces el tamaño de la Ciudad del Vaticano. Las imágenes lidar revelaron complejos amurallados con amplias terrazas que se elevaban 6 metros sobre el suelo. Las pirámides cónicas hechas de tierra se elevaban sobre un extremo de las terrazas en la cuenca del Amazonas.
La gente probablemente vivía en las áreas alrededor de las terrazas y viajaba a lo largo de las calzadas que conectaban los sitios entre sí.
“Tenemos esta imagen de la Amazonía como un desierto verde, sin ningún tipo de cultura”, dijo Prümers. Pero dado que las civilizaciones surgieron y prosperaron en otras áreas tropicales, ¿por qué aquí no?, se preguntó.
Estos asentamientos fueron abandonados después de 900 años. La datación por radiocarbono reportó que el Casarabe desapareció alrededor de 1400.
Cambio climático y agricultura sostenible
Prümers señaló que las imágenes lidar registraron depósitos en los asentamientos, lo que tal vez indique que esta parte del mundo no siempre estuvo húmeda. Un cambio ambiental que podría haber alejado a la gente. Sin embargo, registros consistentes de polen revelan que el maíz se cultivó en el área de forma continua durante miles de años, lo que indica prácticas agrícolas sostenibles.
Como mínimo, el descubrimiento de sociedades amazónicas perdidas hace mucho tiempo “cambia la perspectiva general que la gente tiene de su arqueología”, señaló Eduardo Neves. Investigador y arqueólogo de la Universidad de São Paulo en Brasil. Es casi seguro que la tala y la agricultura actuales en la cuenca del Amazonas están destruyendo importantes sitios arqueológicos que aún no se han descubierto. Pero un creciente interés en la arqueología amazónica podría conducir a la protección de lugares vulnerables, afirmó.
Estos descubrimientos también contrarrestan la narrativa de que los pueblos indígenas eran habitantes pasivos de la cuenca del Amazonas antes de la llegada de los europeos. “La gente que vivía allí cambió el paisaje para siempre”, aseguró Neves.