El Panel Internacional sobre el Clima Cambio (IPCC) deja en claro en su último informe que debemos actuar ahora. Los resultados muestran que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en alza. Y los planes actuales para abordar el cambio climático no son lo suficientemente ambiciosos como para limitar el calentamiento a 1,5 °C. Un elemento fundamental para la vida en el planeta, como es el agua, es además la base de una acción de mitigación climática exitosa y pocos lo saben. O
Los científicos del clima han identificado numerosas medidas de mitigación climática que pueden proporcionar un camino para lograr una transición rápida a emisiones netas cero. Y el agua juega un papel muy importante. Es la base de una acción de mitigación exitosa, ya que el sistema climático de la Tierra y el ciclo del agua están profundamente entrelazados.
Esta condición es frecuentemente ignorada por quienes tienen el poder de decisión en la causa climática. Pero, un estudio del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), se encarga de explorar ese vínculo y ofrecer soluciones que ayudarán a reducir las emisiones.
Los sistemas de agua dulce son esenciales en la reforestación, restauración de ecosistemas degradados. Así como de bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS). El estudio «La gota esencial para alcanzar el cero neto: Desempaquetando el papel del agua dulce en la mitigación del cambio climático», se demoró dos años. Y es publicado por el Centro de Resiliencia de Estocolmo.
Allí se identifican los bosques y los humedales de agua dulce como un depósito crucial de carbono. Más del 30% de las emisiones globales de carbono estimadas están secuestradas en humedales. Por lo que la necesidad de protegerlos y restaurarlos es urgente.
El rol del agua en la mitigación climática
“El suministro mundial de agua es el torrente sanguíneo de la Tierra y la base de cualquier acción de mitigación climática exitosa. Por cuanto el sistema climático y el ciclo del agua del planeta están profundamente entrelazados”, dijo Malin Lundberg Ingemarsson. Gerente de programa del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo y autora principal del estudio.
«El nuestro es el primer resumen de la investigación actual sobre el papel del agua en la mitigación del cambio climático», comentó. Los pantanos, ciénagas y marismas cubren unos 189.902 kilómetros cuadrados en EE UU. Un área más grande que el estado de Arizona. Más de la mitad de los humedales que EE UU poseía originalmente se han perdido debido a la agricultura y el desarrollo. A pesar de que los humedales, tienen una de las reservas más altas de carbono en el suelo en la biosfera de la Tierra.
El humedal más conocido de ese país, es el Everglades de Florida. A pesar de su vasta extensión, los Everglades tienen solo el 50% de su tamaño original; mucho se ha drenado para el desarrollo. Otros humedales famosos incluyen el delta del Okavango en Botswana, el delta del Mekong en Vietnam. Y el Pantanal, un área de Bolivia, Brasil y Paraguay que cubre un área más grande que Inglaterra, reseñó Inside Climate News.
Asimismo, “el agua se pasa por alto continuamente en las discusiones sobre el clima”, dijo Juliet Christian-Smith. Directora regional de los estados occidentales de la Unión de Científicos Preocupados, que no participó en el estudio. “Este informe da un gran consejo. Es muy imprudente no considerar el agua como parte de la solución”.
Diversas contribuciones
El estudio insiste en las bondades del agua en la mitigación climática. Sostiene que la pérdida de agua provocada por la crisis del clima, puede afectar la producción de energía. Las represas con una ubicación, un diseño y una gestión deficientes pueden dar como resultado una menor generación de energía y mayores emisiones climáticas.
Las condiciones de sequía en el suroeste, pronosticadas durante mucho tiempo, amenazan la producción de energía hidroeléctrica en el lago Mead y la presa Hoover en Nevada y Arizona, por ejemplo. Donde los niveles de agua están en su punto más bajo desde 1937, cuando se llenó el embalse por primera vez.
El lago Mead se encuentra actualmente al 27% de su capacidad, según la NASA. La energía hidroeléctrica es una fuente vital de energía alternativa y genera energía sin emisiones climáticas. El agua dulce también es vital para otras formas de producción de energía libre de carbono, como las plantas de energía nuclear, que necesitan agua dulce para enfriarse. Durante el verano, dos reactores en Francia se cerraron por completo debido a que la sequía prolongada redujo la cantidad de agua de refrigeración disponible. Varias otras plantas nucleares francesas a lo largo de los ríos Ródano y Garona se vieron obligadas a reducir su producción.
La transición a las energías renovables puede reducir la presión y los efectos sobre los recursos hídricos de la producción de energía. En gran parte debido a las bajas demandas de agua de la energía solar y eólica.
La investigación también examina las aguas residuales como una fuente importante de emisiones, tanto de las plantas de tratamiento como de los residuos no tratados. Los gases de efecto invernadero, principalmente el metano, son generados por procesos biológicos que tienen lugar en aguas residuales no tratadas.
El agua no se toma en cuenta en las soluciones
Gran parte de las aguas residuales de las ciudades y áreas rurales de todo el mundo no se tratan o se tratan parcialmente. Y se estima que las emisiones de las aguas residuales sin tratar son tres veces más altas que las emisiones de las plantas de tratamiento de aguas residuales convencionales. La expansión de los sistemas de recolección y tratamiento de aguas residuales será fundamental para reducir el cambio climático en el futuro, según el estudio.
“El agua rara vez se tiene en cuenta cuando buscamos soluciones climáticas”, dijo Ingemarsson. “Necesitamos adoptar un enfoque integrado. Ya no podemos trabajar en silos”.
De cara al futuro, Ingemarsson pidió más investigación sobre el papel que juega el agua en la mitigación climática. Y espera una difusión más amplia del estudio, especialmente en una importante conferencia de las Naciones Unidas sobre el agua en Nueva York en marzo de 2023. Será la conferencia sobre el agua más importante de su tipo desde la década de 1970.
Este estudio dirigido por Ingemarsson, incluyó contribuciones del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), el Centro de Resiliencia de Estocolmo (SRC), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).