Por Santiago Martín Barajas*
14/04/2017
*Portavoz del área de Agua de Ecologistas en Acción
Es un recurso natural limitado y escaso. Desde el punto de vista medioambiental, el agua dulce o continental ejerce una incidencia directa sobre prácticamente todos los ecosistemas, contribuyendo tanto por su escasez como por su abundancia a su conformación y existencia.
Condiciona especialmente los fluviales y los humedales siendo los dos ámbitos especialmente ricos en especies vegetales y animales. Además, los cursos fluviales desarrollan un papel fundamental para los otros ecosistemas contiguos, funcionando como corredores ambientales, lo que favorece a la biodiversidad y el intercambio genético.
El componente social que lleva aparejado este recurso es incuestionable. El abastecimiento de agua potable para el desarrollo de la actividad cotidiana, así como el saneamiento, son esenciales en el desarrollo de nuestra actividad vital cotidiana, incidiendo directamente en la calidad de vida de todas las personas.
Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 2010 que el acceso a fuentes de agua potable y segura, como también el saneamiento, es un derecho humano esencial para el goce pleno de la vida y del resto de derechos.
También resulta esencial para el desarrollo de una gran parte de la actividad económica. En la agricultura de regadío es la principal materia prima pero también es necesaria para el desarrollo de la mayoría de la actividad industrial y para la producción de electricidad.
Todo ello hace que el agua se convierta en muchos lugares en una fuente importante de tensiones e incluso de conflictos armados. Las demandas de agua se incrementan continuamente, especialmente por su uso en las actividades económico-productivas (regadío, industria, electricidad), pero también por su mayor consumo en el abastecimiento a poblaciones y ciudades.
A la vez, los recursos hídricos disponibles son cada vez más escasos, tanto por los efectos de cambio climático y el calentamiento global, como por una pérdida de calidad causada por la contaminación y que restringe su uso. Y esto acentuará los enfrentamientos en el futuro.
Es imprescindible reducir el consumo neto de agua, especialmente en las actividades económicas productivas, incrementando la eficiencia en su utilización y primando siempre los usos ambientales y sociales. Porque vivimos en un planeta que tiene límites, también de agua dulce.