Cerca de la mitad de todos los ríos del planeta están contaminados por fármacos recetados y de venta libre. En un reciente estudio se encontraron 23 tipos de medicamentos, desde analgésicos y antihistamínicos como antidepresivos y estimulantes, que contienen ingredientes tóxicos para el agua. En una proporción muy alta (43,5 %), los ríos están amenazados la contaminación farmacéutica.
Alejandra Bouzas-Monroy, estudiante de doctorado en la Universidad de York, Reino Unido, y sus colegas analizaron 1.052 muestras individuales de 104 países. Determinaron que el 43,5 % de los ríos estaban plagados de ingredientes activos de fármacos que excedían las concentraciones «seguras». De los 137 sitios donde se tomaron múltiples muestras, el 34,1 % tenía al menos un lugar en el cual las concentraciones eran de «preocupación ecológica».
Bouzas-Monroy y su equipo, además, descubrieron que el río Clyde es el más contaminado farmacéuticamente de Escocia. Asimismo, encontraron que la carbamazepina, el principio activo de medicamento para la epilepsia se encuentra en casi el 70 % de los ríos británicos. “Deberíamos estar haciendo mucho más para reducir las emisiones de estas sustancias al medio ambiente”, dijo la investigadora. El informe fue publicado en la revista Environmental Toxicology and Chemistry.
La primera evaluación global sobre fármacos en los ríos
El equipo analizó muestras esparcidas por toda Europa, América del Norte, Australia, Asia y África. Las regiones más afectadas del mundo son las que menos se han analizado: África subsahariana, América del Sur y partes del sur de Asia. Menos de una cuarta parte de las aguas residuales recibe el tratamiento de limpieza adecuado. Tampoco la tecnología no puede filtrar la mayoría de los productos farmacéuticos.
Es la primera vez que se realiza una evaluación global de este tipo. “Demostramos que el 43,5 % de los ríos en todo el mundo tienen concentraciones en las que se podrían esperar efectos ecotoxicológicos. Es probable que algunas zonas sufran efectos en múltiples niveles tróficos y puntos finales. Si queremos cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en particular el Objetivo 6, ‘Agua limpia y saneamiento’, necesitamos abordar urgentemente el problema global de la contaminación farmacéutica”, apuntó.
En 2002, el Servicio Geológico de EE UU en un u primer estudio importante descubrió que siete o más sustancias químicas estaban presentes en al menos la mitad de los flujos analizados. El 34 % reveló 10 o más de estas sustancias. En 2019 la agencia también analizó 1.120 pozos y manantiales estadounidenses y determinó que el anticonvulsivo «carbamazepina», el antibiótico «sulfametoxazol», el tranquilizante «meprobamato» y el antihistamínico «hidrocortisona» eran los más comunes.
El problema no es nuevo. Desde los años setenta los científicos miden en los ecosistemas acuáticos la presencia de fármacos. Se estima que puede haber más de 700 principios activos.
La contaminación de fármacos afecta negativamente los ecosistemas fluviales
Los principios activos de losfármacos llegan a los ríos, lagos y mares del planeta principalmente a través de los desechos descargados por las instalaciones de las empresas que los fabrican. También de las macrogranjas donde el ganado recibe regularmente medicamentos para evitar enfermedades. Sin embargo, también hay un número importante de desechos que llegan a través de personas que los expulsan porque sus cuerpos no los metabolizan. También hay una importante cantidad productos farmacéuticos que las personas simplemente arrojan al inodoro de forma innecesaria, con lo que empeoran el problema.
Los científicos no han determinado las posibles consecuencias para la salud de la exposición prolongada y de bajo nivel a varios medicamentos. No obstante, en anteriores investigaciones se ha alertado que la contaminación por fármacos en los ríos debe ser motivo de preocupación. Los niveles encontrados son potencialmente tóxicos para los humanos.
Obviamente, también tiene consecuencias dramáticas para el medioambiente. Las primeras víctimas los peces y otras formas de vida acuática, cuyos procesos biológicos pueden verse interrumpidos por grandes dosis de drogas humanas. Desde envenenamiento por antiinflamatorios hasta cambio de sexo en algunas especies o cambios de comportamientos en los animales debido a la fuerte presencia de antidepresivos y anticonceptivos. Se adoptan conductas de riesgo o ocurre una pérdida de fertilidad.
La sobreabundancia de medicamentos como antibióticos en el medio ambiente ha sido una preocupación importante entre los científicos. Siempre han advertido que está contribuyendo a la resistencia a los antimicrobianos, también conocidas como «superbacterias» y eso coloca a la sociedad en un estado de indefensión frente a enfermedades ya superadas.