Por Manuel Domínguez Moreno
Andalucía tiene un color especial. Algo parecido cuenta en su letra una famosa sevillana. Trasladada a la arena de la actualidad política, se puede resumir con una sencilla ecuación: el futuro de Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía pasa por el resultado que obtengan en las urnas el próximo 24 de mayo las fuerzas políticas con representación parlamentaria andaluza tras los comicios del pasado 22 de marzo. Es decir, el 22M será la resultante del 24M más las dudas que queden en el aire para las generales posveraniegas.
Después de recibir una abrumadora mayoría de noes de todas las fuerzas políticas de la oposición, el PSOE andaluz ha vuelto a evidenciar su impotencia parlamentaria para conformar gobierno. A día de hoy, una amplia mayoría de andaluces no desea un gobierno socialista por enésima vez después de casi cuatro décadas al frente de la comunidad con más paro de toda la Unión Europea y con dos de los casos de presunta corrupción más bochornosos de la historia reciente de este país, como son el de los ERE y el de los cursos de formación fraudulentos.
Todo esto es así pese a que el PSOE de Susana Díaz ha sido la fuerza más votada en la comunidad el 22 de marzo pasado. Pero el espectro político ha cambiado claramente respecto a anteriores legislaturas autonómicas y la entrada en litigio de nuevas formaciones como Podemos o Ciudadanos marca un nuevo rumbo político. Probablemente también tenga mucho que ver la experiencia nada positiva cosechada por otras formaciones en anteriores gobiernos de coalición, casos de Partido Andalucista (fuera del Parlamento andaluz por segunda legislatura consecutiva) o de Izquierda Unida (que ha sufrido un severo varapalo esta última cita electoral respecto a los resultados espectaculares de 2012).
La teoría de que todo el que se hace la foto con el PSOE acaba mal ha cundido en el escenario político andaluz y ni Podemos ni Ciudadanos quieren ni por asomo –y menos en fechas electorales como las actuales– aparecer entre sonrisas mutuas junto a Susana Díaz, delfín de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, ambos pendientes de su posible imputación por presunta corrupción.
Susana Díaz ha enarbolado durante estos días por activa y por pasiva la teoría de una reedición de la histórica ‘pinza’ de los noventa entre PP e IU, pero ahora esa tesis no cuela entre la ciudadanía, sobre todo porque la oposición es más amplia y variopinta. Ella critica a PP y Podemos por actuar conjuntamente, pero ‘olvida’ a otros actores en juego con los que no contaba: Ciudadanos e Izquierda Unida.
Todos al unísono le han respondido por segunda vez “no”. Un no rotundo que, pese a ser gritado en plena campaña de las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo próximo, no es menos válido en un año electoral de principio a fin. De hecho, cabe recordar que fue precisamente Susana Díaz la que de forma personal dio por finalizada de forma abrupta y prematura la anterior legislatura con unos presupuestos recién aprobados y convocó la primera cita electoral del año contra todo pronóstico. La jugada le salió bien… sólo a medias, porque a partir de ahora la líderesa socialista de Andalucía tiene menos de dos meses para formar un gobierno en minoría al que no le resultará nada fácil sacar adelante proyectos para su tierra. Qué duda cabe que esta X Legislatura nace con fecha de defunción escrita negro sobre blanco.
Las condiciones que desde la oposición se le han puesto por delante son “de coste cero”, como ha argumentado el líder nacional de Podemos, Pablo Iglesias, pero unos y otros, socialistas, conservadores, Ciudadanos y Podemos tienen ahora todas sus miras puestas en la noche del 24 de mayo. Estas serán verdaderamente las urnas que posibilitarán que Andalucía tenga o no un Gobierno para esta incierta X Legislatura. Y todos están en campaña: PP, Ciudadanos, Podemos, IU… y también el PSOE.
Todos intentarán arrimar el ascua a su sardina. Pero una cosa es eso y otra enmarañar la vida política andaluza con medias verdades.
La única verdad de toda esta realidad lacerante en la tierra del paro, la luz, las playas y el I+D más pujante es que Andalucía sigue haciendo historia: por primera vez una candidata a presidir la Junta de Andalucía recibe dos varapalos seguidos tan contundentes. Andalucía tiene un color especial…