La cantidad de ejecuciones registradas en el mundo durante 2023 es la cifra más alta en casi una década, principalmente porque algunos estados de Oriente Medio aumentaron drásticamente la pena de muerte. Amnistía Internacional contabiliza un total de 1.153 ejecuciones, sin incluir China. Representa un aumento superior al 30% en relación con el año anterior. Es el número más alto desde 2015, cuando se fueron ejecutadas 1.634 personas.
“El gigantesco repunte de las ejecuciones documentadas se debe a que en Irán el régimen islámico mantiene un total desprecio por la vida humana. Ahora, sumó los delitos por drogas a los penados con la muerte. Circunstancia que puso más de relieve el impacto discriminatorio de la pena de muerte en las comunidades marginadas y pobres de Irán”, indica Agnès Callamard, secretaria general de AI.
Las 1.153 personas ejecutadas mediante la decapitación, la horca, el fusilamiento o envenenamiento. Irán es responsable de casi tres cuartas partes (al menos 853) de todas las ejecuciones, Arabia Saudí del 15% (172), Somalia (38) y Estados Unidos (24). El número de ese tipo de condenas impuestas aumentó un 20%.
Lamentable cantidad de ejecuciones
El número de ejecuciones de miembros de la minoría étnica baluchi de Irán fue desproporcionado. El 20% de las condenas registradas a pesar de que esta etnia representa menos del 5% de la población. Fueron ejecutadas 24 mujeres y 5 menores de edad. De acuerdo con el según el derecho internacional, 545 las ejecuciones fueron ilegítimas. Se aplicó en delitos que no conllevan la pena de muerte, como los relacionados con drogas, robo y espionaje. Las ejecuciones por drogas constituyeron el 56% de las ejecuciones en 2023, un aumento del 89% en relación con las 255 ejecuciones registradas en 2022.
Amnistía Internacional considera que China sigue siendo el país en el cual más personas reciben la pena de muerte. Debido al secreto de Estado, el documento no contiene ninguna información sobre los presuntos miles de personas ejecutadas en China, Corea del Norte y Vietnam, todos sospechosos de mantener ejecuciones a gran escala.
La ONG resalta que es menor el número de Estados que aplican la pena de muerte. Hasta la fecha, 144 países la han abolido. «Cada vez más países abandonan la cruel práctica de la pena de muerte», dice Julia Duchrow, secretaria general de Amnistía Internacional en Alemania. En 2023, Bielorrusia, Japón, Myanmar (Birmania) y Sudán del Sur no registraron ejecuciones. Sin embargo, no ha compensado el aumento de las ejecuciones.
Pena de muerte para aterrorizar
Otra razón del aumento es el fin de la pandemia de la COVID-19. «Durante la emergencia, el número de ejecuciones descendió en todo el mundo debido a las precauciones sanitarias en las cárceles. También había menos recursos y la pena de muerte no ocupaba un lugar destacado en la agenda», dijo Max Maissauer experto en pena de muerte de la ONG en Alemania.
La pena de muerte también se utiliza como herramienta política. Las autocracias utilizan la pena de muerte para aterrorizar a la población y reforzar su poder. «Las ejecuciones públicas siempre han sido un medio de disuasión social», afirma Maissauer.
En Arabia Saudí, el tercer país con mayor número de ejecuciones, la situación solo mejoró en apariencia. Las penas de muerte descendieron apenas un 12%, hasta 172.
El informe de Amnistía Internacional denuncia que se extrajeron «confesiones» mediante tortura y se dictaron condenas a muerte contrarias al derecho internacional mediante juicios injustos. Por ejemplo, en el caso de Mohammad al-Ghamdi, un exprofesor condenado a muerte en julio de 2023 por hacer críticas al gobierno en redes sociales. Le cortaron la cabeza. Arabia Saudí fue el único país que decapitó personas en 2023. También en Singapur se intentó controlar el consumo y tráfico de droga mediante la pena de muerte.
¿Qué pasa en EE UU?
En Estados Unidos el número de ejecuciones aumentó de 18 a 24. Mientras en Idaho y Tennessee se presentaron proyectos de ley para permitir las ejecuciones por fusilamiento, en Montana estudian ampliar la lista de sustancias utilizadas para las inyecciones letales.
“Un determinado número de estados mostró una escalofriante adhesión a la pena de muerte y su despiadada intención de invertir recursos en arrebatar vidas humanas. También hubo ejecuciones mediante el cruel nuevo método de la asfixia por nitrógeno. Alabama lo usó ignominiosamente para matar a Kenneth Smith. El presidente Biden debe cesar de aplazar su promesa de abolir la pena de muerte federal”, añadió Callamard.
Somalia ocupa el quinto lugar en las estadísticas sobre pena de muerte. La ONG registró allí un «aumento notable de las ejecuciones». De 11 en 2022 pasaron a 38 en 2023. En la región del África subsahariana, las condenas a muerte aumentaron «drásticamente», un 66%: 494 muertos.