Existe abundante información, documentos e informes, que encaran a la comida chatarra con efectos nocivos para la salud. En ese segmento se incluyen los alimentos altamente procesados, con colores artificiales y azúcares. Un grupo de investigadores europeos afinó aún más esa percepción y advirtió que esos alimentos están asociados directamente con una mayor incidencia de cáncer.
El equipo de científicos estudió la dieta de 471.495 adultos de diez países europeos, utilizando el Sistema Británico de Perfiles de Nutrientes llamado Nutri-Score. Casi 50 000 de estas personas (49 794) fueron diagnosticados recientemente con cáncer, reveló Templeton Wellness Foundation.
Los adultos con esta enfermedad consumían en alta proporción estos alimentos. Las dietas de comida chatarra conducen a un mayor riesgo de cáncer colorrectal, de estómago y de las vías respiratorias. En boca, nariz, garganta, cuerdas vocales, tráquea y esófago y tráquea, resalta el texto. Para las mujeres, el riesgo de cáncer de hígado y de mama también fue mayor. Y para los hombres, el riesgo de cáncer de pulmón fue mayor.
Es conocido que esta alimentación altamente procesada y con componentes artificiales, grasas y azúcares, dispara la obesidad. El colesterol y los triglicéridos, los riesgos de diabetes tipo 2 y alta presión arterial.
¿Su conclusión? Si la nutrición puede modificarse a nivel individual y si el gobierno puede ayudar a las personas a tomar mejores decisiones, las tasas de cáncer podrían mantenerse bajo control. Una manera de contribuir con la salud de los consumidores es colocando una etiqueta Nutri-Score a los alimentos, señala la fundación.
Entretanto, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer respaldan esa propuesta. Afirman que un tercio de los cánceres se pueden prevenir adoptando una dieta altamente nutritiva.
La comida chatarra dispara dardos a la salud
El Nutri-Score es un sistema de etiquetado de cinco colores que clasifica los productos alimenticios de una manera que muestra su calidad nutricional de un vistazo. A cada producto alimenticio se le otorga una puntuación basada en un algoritmo que distingue los buenos nutrientes de los malos. Este algoritmo tiene en cuenta las cantidades de proteína, fibra, aceites saludables y no saludables de una manera que le permite evaluar rápidamente si se trata de un alimento recomendado o no.
Para aquellos que no están familiarizados con qué alimentos son saludables y cuáles no, este nuevo sistema de etiquetado puede ser útil, sostiene Templeton Wellness Foundation tras reiterar la afectación de la comida chatarra en la salud.
Una inspección por los pasillos de casi cualquier tienda de comestibles demuestra rápidamente que los alimentos altamente procesados están más disponibles. Y los compradores desprevenidos pueden optar por alimentos poco saludables sin siquiera darse cuenta.
Asimismo, conducir por casi cualquier vía en Estados Unidos se verán restaurantes de comida rápida a lo largo del camino. Estas opciones se han convertido en la “norma” para muchos. La facilidad de la conveniencia y, a menudo, los artículos a precios económicos se suman a la tentación de saltear la preparación de una comida saludable. Y obtener algo rápido desde una ventanilla de autoservicio.
“Si bien entendemos el deseo de una comida rápida cuando tiene hambre, también sabemos que no hay sustituto para los alimentos nutritivos y preparados adecuadamente. La nutrición se encuentra entre los riesgos de cáncer más importantes porque está completamente bajo nuestro control”, insiste la publicación. Sugiere entonces, si le resulta difícil cambiar sus hábitos alimenticios, comience poco a poco.
Recomendaciones para una alimentación sana
Otra recomendación es beber agua filtrada en lugar de bebidas carbonatadas. Un estudio reciente publicado en el British Medical Journal asoció las bebidas azucaradas (incluidos los jugos 100 % de frutas) con un mayor riesgo de cáncer en general y de cáncer de mama en particular.
El informe sugiere que se adquieran productos en el perímetro del supermercado, no en los pasillos. La mayoría de los alimentos altamente procesados, en caja, enlatados y envasados se encuentran en los pasillos interiores. Donde su empaque y la promesa de una comida rápida atraen a los hambrientos compradores. En cambio, en los bordes exteriores de la tienda se pueden encontrar productos frescos, carnes y mariscos.
Propone además saltar la tienda de delicatessen. Su riesgo de desarrollar cáncer de intestino aumenta 1,18 veces por cada 50 gramos de carne procesada que come por día (Cancer Council). La Organización Mundial de la Salud ha clasificado las carnes procesadas como el tocino, el salami, las salchichas frankfurt y el tocino como carcinógenos del Grupo 1.
Aconseja igualmente mirar a otro lado cuando se pase por delante de la panadería. Los alimentos ricos en azúcar como galletas, pasteles y otras golosinas en esta sección del supermercado o disponibles en su autoservicio local de comida rápida no deben estar en la lista de alimentos si tiene cáncer o quiere prevenirlo. Hay que decir adiós al azúcar y a la comida chatarra si se quiere vencer al cáncer.
“Cuando te des cuenta de lo bien que puedes sentirte al comer una dieta verdaderamente nutritiva, no querrás ningún sustituto”, agrega Templeton Wellness Foundation.