Los efectos de los aranceles recientemente anunciados y los nuevos tributos previstos entre Estados Unidos y China se dejarán sentir en la economía global.
La imposición de estas tasas restará aproximadamente un tercio de un punto porcentual al PIB mundial a corto plazo. La mitad de esa cifra será atribuible a los efectos sobre la confianza en empresas y mercados.
Así se desprende de un análisis del Fondo Monetario Internacional, publicado en el portal web del organismo multilateral.
Peligra recuperación económica mundial
El documento destaca que las tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo han afectado negativamente a los consumidores y a muchos productores de ambos países.
La imposición de aranceles ha provocado una disminución del comercio entre Estados Unidos y China. Sin embargo, el déficit comercial bilateral se mantiene prácticamente sin variación.
De acuerdo al estudio, las repercusiones sobre el crecimiento mundial son relativamente escasas, al menos por el momento. No obstante, la reciente intensificación del conflicto podría minar la confianza en los mercados financieros. También sería capaz de perturbar las cadenas de suministro mundiales. Ello supondría poner en peligro la recuperación prevista del crecimiento mundial en 2019.
Efectos de los aranceles sobre el comercio
En 2018, Estados Unidos impuso sucesivamente aranceles a tres «listas» de productos procedentes de China. Ello afectó primero a importaciones anuales por valor de 34.000 millones de dólares, posteriormente a otros US$ 16.000 millones y, por último, a US$ 200.000 millones más.
Como consecuencia, se ha producido una caída bastante fuerte de las importaciones estadounidenses procedentes de China en los tres grupos de productos sujetos a aranceles.
En algunos casos, pasó un tiempo entre el anuncio y la aplicación de los aranceles, como el de las listas de 16.000 millones de dólares y las de 200.000 millones. En otros, preveían una introducción gradual del incremento arancelario, como en el de la lista de US$ 200.000 millones. Para ambos escenarios, se observa un aumento del crecimiento de las importaciones con anterioridad a la fecha de entrada en vigor. Ello indica que los importadores se abastecieron antes de la imposición de aranceles. De allí que la posterior caída de las importaciones fuese mayor.
Cuando China introdujo los aranceles de represalia, las exportaciones de Estados Unidos a China también disminuyeron. En general, el crecimiento de las exportaciones de la potencia norteamericana al gigante asiático ha sido más débil desde el inicio de las tensiones comerciales.
Consecuencias para los consumidores
Para muchos analistas, quienes salen perdiendo con las tensiones comerciales son los consumidores de Estados Unidos y China. La variación de los precios en la frontera (sin aranceles) de las importaciones procedentes de China fue mínima. Sin embargo, se registró una fuerte subida de los precios de importación post-aranceles, por un valor equivalente al del arancel.
Algunos de estos aranceles han repercutido en los consumidores estadounidenses. Mientras, otros han sido absorbidos por las empresas importadoras, que han visto reducidos sus márgenes de beneficios. Un nuevo aumento de los aranceles probablemente también se trasladaría al consumidor.
Los efectos directos sobre la inflación quizá sean débiles. No obstante, podrían tener consecuencias de carácter más general. Por ejemplo, a través del incremento de los precios de los competidores internos.
Ganadores y perdedores
En el caso de los productores, los efectos de los tributos son más variados. Allí hay algunos ganadores y muchos perdedores.
¿Quienes salen ganando? En esta categoría entran algunos productores estadounidenses y chinos de bienes que compiten en mercados internos afectados por los aranceles. También están los competidores exportadores de terceros países.
Los datos estadounidenses bilaterales agregados indican que aparentemente la disminución de las importaciones procedentes de China se ha compensado con un incremento de las provenientes de otros países.
Por ejemplo, tras la entrada en vigor de la lista de US$ 16.000 millones en agosto, hubo una fuerte caída de las importaciones procedentes de China, por valor de casi US$ 850 millones. En ese lapso, se experimentó un aumento de aproximadamente US$ 850 millones de las compras desde México. Ello dejó casi sin variación las importaciones totales de Estados Unidos.
En el caso de otros países se observan leves incrementos de las importaciones estadounidenses con respecto a los niveles de septiembre-noviembre de 2017. Tal es el caso de Japón, Corea y Canadá, por ejemplo
¿Quienes salen perdiendo? Los productores estadounidenses y chinos de bienes afectados por los aranceles. También los productores que utilizan dichos productos como insumos intermedios.
Las repercusiones se reflejaron en las valoraciones bursátiles. La evolución de los precios de las acciones de las empresas estadounidenses con grandes ventas a China fue inferior al aquellas expuestas a otros mercados internacionales. Esto, luego de la entrada en vigor de los aranceles vinculados a la lista de represalias de US$ 34.000 millones.
Otros efectos de los aranceles
La escalada de aranceles bilaterales entre Estados Unidos y China ha tenido efectos limitados sobre su saldo comercial bilateral. En 2018 el déficit comercial de Estados Unidos se incrementó conforme aumentaron las importaciones procedentes de China. Ello se debió en parte a la anticipación al aumento de aranceles.
Para marzo de 2019, se observa un leve descenso. Pero las exportaciones estadounidenses a China también disminuyen.
Los factores macroeconómicos influyen mucho más que los aranceles en los saldos comerciales bilaterales. Tal es el caso de la demanda y la oferta agregadas relativas en los países socios.
Asimismo, la no resolución de las diferencias comerciales y su intensificación en otros ámbitos, como el sector automotor, afectaría a varios países. Esta situación podría minar aún más la confianza de las empresas y de los mercados financieros.
Todo ello afectaría negativamente las monedas y los diferenciales de bonos de los mercados emergentes. Además debilitaría la inversión y el comercio.
A su vez, el aumento de las barreras comerciales podría perturbar las cadenas de suministro mundiales y frenar la expansión de nuevas tecnologías. Así, se terminaría por reducir la productividad y el bienestar mundiales.
Nuevas restricciones a la importación harían menos asequibles los bienes de consumo comerciables. Ello perjudicaría sobremanera a los hogares de bajos ingresos. Un escenario como éste es una de las razones por las que el Fondo Monetario Internacional se ha referido a 2019 como un año delicado para la economía mundial.
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