POR CAMBIO16
03/11/2017
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Bombarderos estadounidenses acompañados de aviones japoneses y surcoreanos realizaron ejercicios militares en la península de Corea el jueves, pese a las tensiones regionales con Pyongyang, informó la Fuerza Aérea de EEUU a través de un comunicado.
El nuevo ejercicio se da a pocos días de que Donald Trump inicie una intensa gira por Asia este fin de semana, que comenzará precisamente en Japón y seguirá a Corea del Sur, y que también incluirá a China, Vietnam y Filipinas.
Dos aviones supersónicos B-1B despegaron desde la base Andersen en Guam, después volaron por el sur de Corea del Sur y el oeste de Japón, donde se unieron aviones de la fuerza aérea japonesa.
El comunicado señala además que el ejercicio formó parte de una misión que «incluye la presencia permanente de bombardeos» en el Pacífico y que ya estaban planificados de ante mano.
«No fueron en respuesta a ningún suceso» particular, aclara la declaración.
Por su parte, Corea del Norte afirmó que los ejercicios simularon ataques a objetivos importantes en el país, según informó la agencia de noticias norcoreana KCNA. Además, denunciaron que fueron «sorpresivos».
Mientras tanto, un funcionario de alto rango del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos mantiene discretamente un diálogo diplomático directo con Corea del Norte, a pesar de que el jueves trascendió que el presidente Donald Trump está evaluando volver a incluir a Corea del Norte entre los países considerados «patrocinadores del terrorismo».
Más que diplomacia
Joseph Yun, el negociador de Estados Unidos con Corea del Norte, ha utilizado el llamado «canal Nueva York» para comunicarse con diplomáticos de la misión de Pyongyang en Naciones Unidas, dijo el funcionario, en momentos en que la retórica bélica entre Trump y el dictador norcoreano, Kim Jong Un, ha generado temores de un conflicto militar.
Los comentarios del funcionario son la señal más clara de que Washington está discutiendo directamente temas que van más allá de la liberación de prisioneros estadounidenses, luego de que el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo el 17 de octubre que continuaría con los «esfuerzos diplomáticos (…) hasta que caiga la primera bomba».
No hay indicios, sin embargo, de que las comunicaciones tras bastidores hayan mejorado una relación tensada por las pruebas de misiles y ensayos nucleares de Corea del Norte, la muerte del estudiante universitario Otto Warmbier días después de que Pyongyang lo liberó en junio y la detención de otros tres estadounidenses.