POR CAMBIO16
04/12/2017
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En Alaska existe un lugar que han calificado como «una de las obras de arte del planeta Tierra».
Se trata del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR, en inglés), un grupo de áreas protegidas en Alaska.
El refugio es una de las áreas más primitivas de EEUU
Y es el hogar de osos polares, caribúes, aves migratorias y otros animales salvajes.
Pero, para el Senado de EEUU, la zona es conocida como «área 1002».
Bajo ella, se albergan grandes cantidades de crudo pesado, según estudios del USGS.
Desde 1977 se ha intentado explotar los recursos de esta zona.
Pero la presión pública lo había impedido, hasta este fin de semana.
Ahora, el proyecto de Reforma Fiscal republicano aprobado en el Senado este sábado ha dado la autorización para perforar ese petróleo.
Antes de que comience la perforación, aquí hay un vídeo dedicado al 50 aniversario del refugio, donde podrá conocer su esplendor.
Alaska, ¿el principio del fin?
Detrás de esta decisión está la senadora republicana de Alaska, Lisa Murkowski.
La política ha tratado desde hace años industrializar la zona.
Sin reconocer la ironía, Murkowski dijo fin de semana, a través de un comunicado publicado en su sitio web:
«Hemos logrado un hito en nuestros esfuerzos por asegurar el futuro de Alaska». Habla de la cantidad de trabajos que creará el proyecto.
Pero a largo plazo, ya comienzan las preguntas:
Una de ellas, es qué pasará cuando la demanda de petróleo se agote a medida que las renovables se vuelvan más económicas.
Y la otra, la más alarmante, es qué pasará con la «obra de arte del planeta Tierra».
El área 1002 ha sido durante años un codiciado símbolo de oportunidad económica para las corporaciones petroleras y los políticos centrados en el dinero lugar de la belleza del estado que atrajo a sus familias a mudarse allí en primer lugar.
Jamie Williams, presidente de The Wilderness Society, que hace campaña por su conservación, considera que «sacrificar el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico no tiene cabida en un proyecto de ley de impuestos».
«Es indignante que el lobby del petróleo y sus aliados en el Congreso estén tratando de destruir la joya de la corona de Estados Unidos después de casi cuatro décadas de apoyo bipartidista para protegerlo», lamenta.