Una investigación del Gobierno de Estados Unidos reveló que militares de Myanmar planificaron masacres, al emprender una campaña coordinada de asesinatos en masa, violaciones colectivas y otras atrocidades contra la minoría musulmana Rohinyá del país del sudeste asiático.
El informe del Departamento de Estado, revisado por Reuters antes de su publicación el lunes, podría ser usado para justificar más sanciones de Estados Unidos u otras medidas punitivas contra las autoridades de Myanmar.
Sin embargo, según funcionarios en Washington, no se llegó a describir la represión como genocidio o crímenes de lesa humanidad. Este fue un tema que, de acuerdo a otros funcionarios estadounidenses, generó un feroz debate interno que demoró la divulgación del reporte por casi un mes.
Los hallazgos fueron el resultado de más de 1.000 entrevistas a hombres y mujeres Rohinyá en campos de refugiados en el vecina país de Bangladesh, a donde huyeron casi 700.000 Rohinyás tras una campaña militar el año pasado en el estado de Rakhine de Myanmar.
«El sondeo revela que la reciente violencia en el norte del estado de Rakhine fue extrema, a gran escala, generalizada y aparentemente orientada tanto a aterrorizar a la población como a expulsar a los residentes Rohinyá».
Operaciones militares coordinadas
Sostiene el informe de 20 páginas, que los militares de Myanmar planificaron masacres. El alcance y la escala de las operaciones militares indican muy buena coordinación.
Los supervivientes describieron con detalles desgarradores lo que habían presenciado, incluyendo a soldados que mataban a bebés y niños pequeños, disparos contra hombres desarmados y víctimas enterradas vivas o arrojadas a fosas comunes. También sostuvieron que las violaciones a mujeres Rohinyás a menudo se llevaban a cabo en público.
Un testigo contó sobre el secuestro y violación de cuatro niñas Rohinyá durante tres días. Luego las abandonaron sangrando y «medio muertas», agregó, de acuerdo al informe.
Grupos de derechos humanos y activistas Rohinyás han sumado miles de muertos por la represión, provocada por los ataques de los insurgentes musulmanes Rohinyá contra las fuerzas de seguridad en el estado de Rakhine en agosto de 2017.
El informe estadounidense se da a conocer casi un mes después de una investigación de la ONU. En ese escrito se acusa a los militares de Myanmar de actuar con «intención genocida«. También se pide que se procesen al comandante en jefe del país y cinco generales por orquestar los crímenes más graves según el derecho internacional.
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