POR CAMBIO16
13/11/2017
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Estados Unidos denunció este lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Venezuela es cada vez más un «narcoestado violento» que supone una amenaza para la región y para todo el mundo.
Así lo señaló la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en una reunión informal del Consejo sobre la crisis venezolana, solicitada por Washington.
Haley criticó que varios miembros del Consejo optasen por no participar en el encuentro e insistió en que la situación en Venezuela es «más que una tragedia humana» y «plantea una amenaza directa a la paz y seguridad internacional».
Según la diplomática, el hecho de que el régimen de Nicolás Maduro haya buscado limitar la participación en la cita es muestra de que es «culpable» de los problemas que se aprecian en el país.
#URGENTE Esta fue la declaración de @nikkihaley la representante de EEUU ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Esta es una de las situaciones más trágicas del mundo. Este Régimen de Maduro esta mostrando la opresión de su pueblo, una Dictadura criminal. pic.twitter.com/9krRiSZdgM
— Maihen (@MaihenH) 14 de noviembre de 2017
Venezuela es una «amenaza mundial»
Haley denunció que Venezuela vive una de las situaciones «más trágicas» del mundo, pero subrayó que la crisis es «más que una tragedia humana» y «plantea una amenaza directa a la paz y seguridad internacional».
La diplomática estadounidense acusó al régimen de usar la violencia, de una represión masiva y, en definitiva, de «mostrar su verdadera cara como una dictadura».
«Les estamos observando. No nos engañan», advirtió a las autoridades de Caracas, antes de dirigirse al pueblo venezolano para pedirle que no «pierdan la esperanza».
Según Haley, «el mundo está cada vez más unido en sus esfuerzos para restaurar los derechos humanos y las libertades fundamentales» en el país y «la justicia llegará a Venezuela».
La denuncia de EEUU se produce luego que este lunes los cancilleres de la UE se manifestaron a favor de sanciones contra Venezuela, entre las que se encuentran un embargo de armas, veto a material que pueda utilizarse para la «represión interna» y prohibición de viajes y congelación de bienes a altos funcionarios, tal como lo ha hecho Washington.