El documento elaborado por la misión de la Organización Mundial de la Salud, tras su visita a China, conduce al punto inicial de la crisis sanitaria. Los 17 expertos que se trasladaron al país originario del coronavirus, portaban valijas cargadas de interrogantes y regresaron vacías de respuestas. Al exponer los resultados de sus indagaciones, un remolino de críticas se ha desatado. Estados Unidos y 13 países mostraron su inconformidad con el informe de la OMS sobre el virus.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS dijo que «este informe es un comienzo muy importante. Pero no es el final».
Al mismo tiempo, adelantó que «aún no hemos encontrado la fuente del virus. En lo que respecta a la OMS, todas las hipótesis siguen sobre la mesa». Desde cómo surgió el coronavirus y cómo llegó a los humanos.
Estados Unidos parece unido al cuestionar el documento de la OMS. Por un lado, Mike Pompeo, exjefe de la diplomacia de Donald Trump y por el otro, la Casa Blanca al frente de Joe Biden.
Pompeo consideró que el texto es «una farsa» que continúa la «campaña de desinformación» del Partido Comunista de China y la OMS. Señaló en Twitter que Tedros Adhanom, «colaboró» con el presidente Xi Jinping «para ocultar la transmisión de persona a persona en una coyuntura crítica».
En su momento, el diplomático encabezó, del lado de Estados Unidos, la ofensiva para acusar a China de ser responsable de permitir que la pandemia.
Mientras tanto, el gobierno de Biden anunció que expertos de ese país revisarán el documento con el fin de garantizar que la investigación sea independiente y sólida.
“Hemos sido claros en que nos enfocamos en una investigación independiente y técnicamente sólida. Y una vez que esto sea revisado, tendremos una evaluación sobre los pasos a seguir”, indicó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Falta de independencia en informe de la OMS sobre el virus
Washington reitera que las conclusiones sobre el origen del virus siguen incompletas y que China, en todo este tiempo, ha obstaculizado los esfuerzos para averiguar la verdad.
A esta posición se adhirieron 13 países que mostraron “preocupación” por el informe de la OMS sobre el virus. Y pidieron “mayor transparencia” para abordar este tema tan fundamental que asola a la humanidad. A la fecha, la COVID-19 ha acabado con la vida de más de 2,7 millones de personas en el mundo y ha contagiado a más de 127 millones.
El comunicado conjunto fue distribuido en Washington por el Departamento de Estado. Además de Estados Unidos, lo firman por Canadá, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Israel, Japón, Estonia, Letonia, Lituania, Noruega, Corea del Sur, Eslovenia, y el Reino Unido.
Los catorce países afirmaron que la misión internacional de científicos fue «retrasada significativamente» y «no tuvo acceso a datos y muestras del virus «originales y completas». Algunas versiones apuntan que solo se proporcionó a los investigadores los informes que elaborado por funcionarios chinos. Por tanto, la misión de la OMS no pudo revisar los datos originales sobre los que se basaron esos informes. Algo que les habría permitido llegar a sus propias conclusiones sobre el origen y la forma en que se extendió el virus.
«Misiones científicas como estas deberían poder realizar su trabajo en condiciones que produzcan recomendaciones y hallazgos independientes y objetivos», apuntaron los países.
Por otra parte, Raina MacIntyre, del Instituto Kirby de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney, Australia, dijo que el informe parecía descartar la idea de una fuga en el laboratorio “sin pruebas sólidas”.
En su opinión “un accidente de laboratorio es sin duda una posibilidad”.
El jefe del equipo de expertos de China que investigó el origen del virus en forma conjunta con una misión de la OMS, Liang Wannian, aseguró que su país compartió la información disponible vinculada al brote de la Covid-19.
Un viaje tardío con muchas preguntas y pocas respuestas
El objetivo de la visita, por demás tardía, al país originario del virus que asola a la humanidad deja una amplia estela de preguntas sin respuestas.
Algunos miembros del equipo expresaron su preocupación por la negativa de China a compartir los datos en bruto sobre los primeros casos de COVID-19. Tedros Adhanom Ghebreyesus reconoció esas preocupaciones al hablar del informe. Comentó que esperaba que los futuros estudios incluyeran “un intercambio de datos más oportuno y completo”.
“Encontrar el origen de un virus lleva tiempo. Le debemos al mundo encontrar la fuente para que podamos tomar medidas colectivas para reducir el riesgo de que esto vuelva a suceder. Ningún viaje de investigación puede proporcionar todas las respuestas», comentó.
El grupo científico maneja la hipótesis de que hubo un salto indirecto del virus, es decir a través de una especie intermediaria. Pero, aún no hay pistas suficientemente fuertes que apunten a una especie en particular. A pesar de que los murciélagos y los pangolines han sido sobre los que más se ha sospechado.
Aseguran que los datos genómicos recolectados entre los animales indican que los coronavirus más emparentados, que pueden causar la COVID-19, se han encontrado en esos dos animales. Lo que indica que estos mamíferos pueden actuar como reservorios naturales.
Pero, en el informe “ninguno de los virus que se han identificado en estas especies es suficientemente similar al actual coronavirus como para que sean sus progenitores directos”. Además, destacan que no se pueden excluir otros animales que hayan servido de puente para la infección.
De esta manera, la investigación amplía el círculo de los animales que pueden haber servido de intermediarios para el virus y transmisores al ser humano a partir del contacto.
De lo que sí deja claro es que la pandemia tuviera su origen en un laboratorio. La misión científica consideró esto como poco probable. Por cuanto no hay registros de algún laboratorio que haya trabajado antes de diciembre de 2019 con un virus cercano al SARS-CoV-2 . O, estudiando genomas que, combinados, podrían darle origen.
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