Las autoridades de China “van a pagar un alto precio por lo que le hicieron a Estados Unidos y al mundo”. Con estas palabras, el presidente Donald Trump volvió a arremeter contra el régimen del Partido Comunista chino y el gobierno, al que responsabiliza de falta de transparencia al manejar el brote inicial de COVID-19, lo que permitió que se propagara y alcanzara niveles de pandemia.
El mandatario hizo los señalamientos en un vídeo publicado en su cuenta de Twitter, en el cual habló de su disposición a lograr la autorización de emergencia del tratamiento con anticuerpos que él recibió en el hospital militar Walter Reed al resultar positivo al la prueba del coronavirus.
Recuperado gracias al Regeneron
Se refería al cóctel experimental de anticuerpos policlonales de la compañía farmacéutica Regeneron. El tratamiento aún se encuentra en en estadio de ensayos clínicos. Pero el mandatario indicó que luego de oír de su existencia, sugirió que se lo administraran.
“Me dieron otras cosas también (Remdesivir y dexametasona) pero creo que esta fue la clave. Fue increíble. Me sentí bien de inmediato. Hace tres días ya me sentía igual de bien que hoy”, expresa en un pasaje del vídeo.
KT McFarland, ex asesora adjunta de seguridad nacional de Donald Trump, dijo que cree que el presidente será un líder más poderoso después de haber experimentado el virus de primera mano. «Ha estado en la escuela del coronavirus», dijo a The Epoch Times en una entrevista reciente. «Le permitirá hablar con mucha más autoridad sobre lo que está pasando en el país. Se le ha informado sobre todos los tratamientos y protocolos experimentales, así como de las próximas vacunas».
Donald Trump contra China
Trump aseguró que buscará que el Estado se haga cargo del tratamiento, para beneficiar a los ciudadanos estadounidenses. “Vamos a trabajar para que lo obtengan gratis, especialmente los adultos mayores. Vamos a hacer que lleguen rápido. Hay cientos de miles de dosis que listas. No van a pagar por el tratamiento. No fue su culpa que esto pasara, fue culpa de China, que va a pagar un alto precio por lo que le hizo a Estados Unidos y al mundo”, declaró con firmeza.
Las críticas a la opacidad con que el Partido Comunista manejó el brote a finales de 2019 y principios de 2020 —negando su existencia y suprimiendo voces que la denunciaban mientras el virus se propagaba— se ha visto reflejada en las críticas de Donald Trump y de otros funcionarios en Estados Unidos y gran parte de opinión pública mundial contra China.
Giuliani se une a a las críticas
En la misma línea, Rudy Giuliani, abogado personal del presidente, dijo que el Partido Comunista Chino (PCCh) mantuvo sus fronteras abiertas intencionalmente para maximizar el daño al resto del mundo por el coronavirus.
El ex alcalde de la ciudad de Nueva York se refirió a la COVID-19 como el «virus del PCCh», través de un tuit. En una entrevista con The Epoch Times, explicó que tomó una decisión deliberada al usar ese nombre porque responsabiliza al régimen comunista de la pandemia. Calificó la conducta del gobierno de Xi Jinping como «un acto de guerra».
«China lo supo desde un mes o un mes y medio antes de que nos lo dijeran. Cerraron China, y durante meses después permitieron que miles y cientos de miles de chinos viajaran por toda Europa y por todos los Estados Unidos», aseguró Giuliani.
Manifestó que «es una lástima» que nombres como «virus de China» o «virus de Wuhan» no se usen en Estados Unidos. Culpó de este silencio a la influencia del Partido Comunista Chino en la medios de comunicación que se asumen progresistas.
Opinión pública sobre China
Las críticas de Donald Trump o Rudy Giuliani contra China reflejan una tendencia creciente en la opinión pública. Una encuesta publicada a finales de julio por el Pew Research Center, de investigación de opinión pública, mostró que la mayoría de los estadounidenses culpan a China por su papel en la propagación de la COVID-19.
De acuerdo con los resultados del sondeo, entre marzo y julio las opiniones negativas sobre China aumentaron 7 puntos. Existe una sensación generalizada de que China manejó mal el brote inicial y la propagación posterior de la COVID-19.
Un 64% de los estadounidenses dicen que China ha hecho un mal trabajo al lidiar con el brote de coronavirus. El 78% atribuye toda o buena parte de la culpa de la propagación global del coronavirus al manejo inicial del gobierno chino del brote de COVID-19 en Wuhan.
La fe en el presidente Xi Jinping para hacer lo correcto en los asuntos mundiales también se ha deteriorado. Para julio, el 77% tenía poca o ninguna confianza en él. Esta cifra supone un aumento de 6% desde marzo y de 27% respecto al año pasado.
El 50% de los estadounidenses piensan que la adminstración de Donald Trump debería responsabilizar a China por el papel que desempeñó en el brote del coronavirus. Un 38% cree que este hecho debería pasarse por alto para mantener fuertes lazos económicos bilaterales.
La responsabilidad de China sobre la mesa
Demás de los reiterados ataques de Donald Trump contra China, distintas voces se han alzado en el mundo para responsabilizar a las autoridades del gigante asiático por la crisis sanitaria, social y económica que la pandemia ha dejado a su paso.
Funcionarios de Estados Unidos han dado impulso a la idea de que el virus que causa la COVID-19, se filtró de un laboratorio o fue creado por China como una especie de arma contra la humanidad.
La Dra. Li-Meng Yan, una viróloga china que, según informes, ha estado escondida por temor a su seguridad, ha asegurado que posee evidencia científica para demostrar que el virus SARS-CoV-2 fue creado por humanos en un laboratorio en China.
Hace algunas semanas, un equipo internacional de científicos anunció el inicio de una investigación sobre la posibilidad de que el coronavirus se haya filtrado de un laboratorio al tiempo que averiguarán de dónde vino la pandemia.
Los investigadores publicaron en The Lancet los parámetros con los cuales profundizarán en todas las teorías sobre los orígenes del virus, incluyendo las afirmaciones de que escapó de un laboratorio en China.
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