La administración Trump incautó el cargamento de cuatro petroleros a los que acusa de transportar combustible iraní a Venezuela. Mientras, Washington intensifica su campaña de máxima presión contra los regímenes de Caracas y Teherán.
El mes pasado, fiscales federales de Estados Unidos presentaron una demanda para incautar los buques cisterna de combustible que el régimen iraní envía a Venezuela. Este es el más reciente movimiento en el esfuerzo de la actual Administración para sofocar los flujos de bienes y dinero que ayudan a mantener a dos de sus principales enemigos en el poder.
En ese momento no estaba claro si las autoridades estadounidenses podrían tomar el control de los tanqueros. Un esfuerzo similar para incautar gasolina iraní, a través de un caso de decomiso de Estados Unidos, no tuvo éxito el año pasado.
Incautación exitosa
En un comunicado, el Departamento Estado anunció «la incautación exitosa de más de un millón de barriles de combustible iraní destinados al régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela. Las ganancias de estos envíos supuestamente habrían beneficiado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, una organización terrorista extranjera«.
«Nuestra diplomacia, dirigida por el Representante Especial para Irán Brian Hook, pudo detener estos envíos y ayudar a los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional a ejecutar una orden de incautación de Estados Unidos para el cargamento de gasolina, emitida el 2 de julio de 2020″, destaca el texto.
Una amenaza efectiva
Los cuatro barcos – Luna, Pandi, Bering y Bella- fueron interceptados en el mar en los últimos días. Ahora se encuentran en ruta a Houston, dijeron las autoridades. Se espera que altos funcionarios de la Administración se reúnan con los petroleros en los próximos días, para coordinar el atraque.
No se utilizó fuerza militar en las incautaciones y no hubo confiscación física de los barcos. Más bien, las autoridades estadounidenses amenazaron a los propietarios de barcos, aseguradoras y capitanes con sanciones. Así, les obligaron a entregar su carga. Esta ahora se convierte en propiedad estadounidense, dijo un funcionario del gobierno de Washington, citado por la agencia de noticias Associated Press.
El mes pasado, los fiscales federales presentaron una denuncia de decomiso civil. Alegaron que la venta fue organizada por un empresario, Mahmoud Madanipour, con vínculos con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán. Este grupo ha sido calificado por Estados Unidos como una organización terrorista extranjera.
En ese momento, los expertos en sanciones pensaron que sería imposible hacer cumplir la orden judicial de los Estados Unidos en aguas internacionales.
Barcos desaparecidos
Los fiscales alegaron que los cuatro barcos transportaban a Venezuela 1,1 millones de barriles de gasolina. Pero los petroleros nunca llegaron al país sudamericano y luego desaparecieron. Dos de los barcos reaparecieron más tarde cerca de Cabo Verde, dijo un segundo funcionario estadounidense.
No está claro dónde se encuentran actualmente las embarcaciones. Hace semanas, los capitanes de los barcos apagaron sus dispositivos de rastreo para ocultar sus ubicaciones, dijo Russ Dallen, socio de la corredora Caracas Capital Markets, con sede en Miami, que sigue los movimientos de los barcos.
El Bering se apagó el 11 de mayo en el Mediterráneo cerca de Grecia y no ha encendido su transpondedor desde entonces. Mientras, el Bella hizo lo mismo el 2 de julio en Filipinas. El Luna y el Pandi fueron vistos por última vez cuando estaban juntos en el Golfo de Omán el 10 de julio. Fue entonces cuando llegó la orden de incautación de Estados Unidos, , dijo Dallen.
Respuesta iraní
El embajador de Irán en Venezuela, Hojad Soltani, desestimó esta acción. Dijo el jueves en Twitter que ni los barcos ni sus propietarios eran iraníes.
«Esta es otra mentira y acto de guerra psicológica perpetrado por la maquinaria de propaganda de Estados Unidos», dijo Soltani. «El terrorista #Trump no puede compensar su humillación y derrota por parte de Irán utilizando propaganda falsa».
Según el Departamento de Justicia, después de la incautación, «la marina de Irán abordó por la fuerza un barco no relacionado en un aparente intento de recuperar el petróleo incautado, pero no tuvo éxito».
Las imágenes publicadas en su cuenta de Twitter por el Comando Central, el grupo del ejército estadounidense que supervisa las guerras en Irak, Siria y Afganistán, muestran la fallida operación iraní.
«Vemos que cada vez más flotas de transporte marítimo mundial evitan el comercio entre Irán y Venezuela debido a la implementación de nuestras sanciones y los esfuerzos de cumplimiento», escribió la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, en un comunicado. «Estados Unidos sigue comprometido con nuestras campañas de máxima presión contra los regímenes de Irán y Maduro», agregó.
Cerco contra Nicolás Maduro
A medida que los comerciantes internacionales evitan cada vez más a Venezuela, el régimen socialista de Nicolás Maduro se ha vuelto más cercano a Irán.
En mayo, el dictador celebró la llegada de cinco petroleros que entregan el combustible iraní que tanto necesita para aliviar la escasez que ha provocado colas de varios días en las gasolineras, incluso en la capital de Venezuela, Caracas, que normalmente se salva de esas dificultades.
A pesar de estar sobre las reservas de crudo más grandes del mundo, Venezuela no produce suficiente gasolina refinada. El el país ha visto caer su producción general de crudo al nivel más bajo en más de siete décadas. Esta crisis se produjo luego de su industria petrolera colapsara, como consecuencia de 20 años de politización y corrupción.
La administración Trump ha estado aumentando la presión sobre los propietarios de barcos para que cumplan con las sanciones contra adversarios estadounidenses como Irán, Venezuela y Corea del Norte.
En mayo, emitió un aviso instando a la industria marítima mundial a estar atenta a las tácticas para evadir sanciones. Un ejemplo son las transferencias de barco a barco y el apagado de dispositivos de rastreo obligatorios. Irán y Venezuela han utilizado ambas técnicas en sus recientes entregas de petróleo y gasolina.
Una salida pacífica a la crisis
Cortar el suministro de combustible iraní a Venezuela es una de las diversas acciones de la comunidad internacional para forzar una salida del poder de Nicolás Maduro. Se le acusa de llegar a la presidencia de manera ilegal e inconstitucional, de cometer violaciones sistemáticas a los derechos humanos y de impedir una salida pacífica y democrática a la grave crisis económica, política y social por la que atraviesa el país.
En un nuevo intento por destrabar la situación, un grupo de 28 países, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea y varios miembros del Grupo de Lima, emitieron este viernes una declaración conjunta pidiendo apoyo a la transición democrática en Venezuela.
El texto destaca la necesidad de apoyar un proceso para establecer un gobierno de transición inclusivo «que lleve al país a unas elecciones presidenciales libres y justas, lo más pronto posible».
Dice que ese proceso debe permitir que la Asamblea Nacional (Parlamento) cumpla «plenamente» sus funciones. También pide restablecer «la independencia» del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral.
Reitera la disposición de los países que mantienen sanciones económicas para presionar por un cambio en Venezuela, a discutir el levantamiento de esas medidas.
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