POR CAMBIO16
05/12/2017
.
El escritor Eduardo Mendoza desconoce el rumbo que tomará el «problema catalán».
Pero cree que «no se va a resolver apelando a la Constitución», y por ello pide «buscarle algún apaño».
El autor barcelonés desveló este lunes en el Instituto Cervantes de Nueva York el motivo que le llevó a publicar su última obra, «Qué está pasando en Cataluña» (Seix Barral).
Con este ensayo, Mendoza rompe con el discreto papel que mantenía en el debate catalán.
Mendoza, residente en Londres, vio con sorpresa cómo la prensa británica relacionaba constantemente lo sucedido en Cataluña con la represión franquista.
Así que, dijo, decidió aportar «nuevos elementos» para que el público extranjero e «imparcial» pudiese «formarse una opinión» más allá del «tópico».
«Franco murió hace muchos años, las cosas han cambiado y los que participan en la vida política ahora no tienen memoria del franquismo porque entonces eran solo unos niños», dijo Mendoza.
«El sacar a pasear ese santo (el franquismo) es como sacar a pasear al Cid Campeador: está muy bien, es una figura muy interesante, pero no tiene nada que hacer aquí, llévesela a un museo», declaró.
Eduardo Mendoza habla de «los chiflados»
El autor de La ciudad de los prodigios cree que ha calado el mito de que «España es un país opresor».
Y defendió que en realidad es «uno de los países con más manga ancha de Europa».
«En España se insulta al Rey o se quema una bandera cada dos días sin que pase prácticamente nada», dijo.
Mendoza afirmó que fuera de Cataluña existe la «visión» de que el proceso catalán es algo «organizado por unos chiflados».
Y aunque opina que «puede que haya algo de eso», cree que no hay que menospreciarlo, ya que tiene detrás «una masa muy numerosa y a la que no engañan cuatro gritos poco elocuentes».
«Los independentistas son muy poco elocuentes y casi nunca se explican bien», continuó el novelista.
«Pero hay varios convencidos (…) eso está ahí y hay que aceptarlo».
«Arrepentido»
Durante la charla, que se prolongó por casi dos horas, el autor confesó estar «arrepentido» por haberse metido en política.
Asimismo, recordó que en un principio se había prometido a sí mismo no hablar en público del ensayo.
«Todo lo que pueda decir va en contra de su propósito, que es dejar una reflexión más sosegada».
Personalmente, califica de su libro de «panfleto a medio camino entre la opinión y el libro».
El autor, distinguido con el Premio Cervantes, desveló el secreto para conseguir el aplauso de la crítica.
«Por comodidad o por desidia, nunca me meto con nadie y eso en España acaba dando buenos resultados».