Un sistema de redes subterráneas de energía térmica para reducir las emisiones de carbono de los edificios está ganando interés en EE UU. A esta propuesta, que contribuye a adoptar fuentes de energía más limpias, se han sumado al menos trece estados en ese país. Según la ONU, en 2020 el sector produjo 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía. Esto, si se incluyen las emisiones de la industria de la construcción y las vinculadas a la operación de los edificios.
Cálculos de la Agencia Internacional de Energía (AIE) y, tomando en cuenta los compromisos por reducirlas, apuntan que para 2030 las emisiones directas de CO2 de los edificios deben disminuir entre 50% y 60% en el caso de las emisiones indirectas. Esto equivale a una caída de las emisiones de alrededor de 6% anual hasta 2030. Una proporción cercana al 7% de reducción de emisiones que experimentó el sector energético mundial a causa de la pandemia en 2020.
EE UU atraviesa por un boom de la construcción. Investigadores del MIT advierten que entre 2017 y 2050, se construirá el equivalente a 20 veces la ciudad de Nueva York. Sin embargo, para cumplir con los objetivos climáticos, la nación debe reducir significativamente las emisiones de estos gases de sus edificios, que equivalen al 27% de las emisiones totales.
Nuevos sistemas de energía en edificios de EE UU
El trabajo de mantener ambas variables en equilibrio y conforme a las expectativas será arduo. Este sistema de redes de energía térmica podrían ser la solución. Utilizan circuitos de tuberías que conectan varios edificios y proporcionan calefacción y refrigeración a través de bombas de calor de agua. En estas redes se utiliza habitualmente calor geotérmico, pero también es posible incorporar el calor residual de otros edificios a través del sistema de alcantarillado, indica MIT Technology Review.
Una vez instalados estos sistemas, las redes pueden proporcionar calefacción y refrigeración eficientes y sin combustibles fósiles a edificios comerciales y residenciales. En vista del respaldo legislativo y al apoyo generalizado de las empresas de servicios públicos y los sindicatos, es probable que se conviertan en una parte cada vez más importante de la futura combinación energética de Estados Unidos.
«El calor es la mayor fuente de energía residual y es un recurso sin explotar», señala Zeyneb Magavi, codirectora ejecutiva de la organización sin fines de lucro de energía limpia HEET (Home Energy Efficiency Team). «Una vez que tengamos una red de energía térmica, podremos aprovechar ese recurso moviéndolo a donde lo necesitemos».
Si bien los proyectos aún se encuentran en la etapa de planificación y reglamentación en la mayoría de los 13 estados de EE UU, la construcción de estas redes de energía en los edificios ya está en marcha en algunos. En Framingham, Massachusetts, se ha iniciado el trabajo en el primer proyecto piloto de red geotérmica del país. Eversource, la empresa de servicios públicos a cargo, informa que ha completado el 70% de la instalación de la tubería y está en camino de terminar el proyecto en noviembre.
Más estados se suman a la iniciativa
En 2022, Nueva York se convirtió en el primer estado en exigir que sus mayores empresas de servicios públicos diseñen proyectos de redes de energía térmica. En septiembre, la Comisión de Servicios Públicos del estado emitió una guía que exige que las empresas de servicios públicos presenten propuestas revisadas antes de fin de año. Si se aprueban, estos proyectos pasarán a los siguientes pasos de diseño de ingeniería y construcción, con el objetivo de estar operativos para 2025.
Se están realizando esfuerzos similares en Colorado, Illinois y Nueva Jersey. Colorado aprobó una ley en mayo que dio permiso a las empresas de gas para comenzar a desarrollar redes de energía térmica. Actualmente, Illinois está avanzando con un proyecto de ley comparable.
Edison, la empresa que suministra electricidad y gas a la ciudad de Nueva York y al condado de Westchester, ha propuesto tres proyectos piloto que están a la espera de aprobación. Uno de ellos conectará dos edificios de viviendas públicas con un centro de datos cercano en el barrio de Chelsea de Manhattan. El calor residual del centro de datos proporcionará el 100% de la calefacción, refrigeración y agua caliente de los edificios.
Las ventajas de las redes de energía térmica en los edificios de EE UU van más allá de la reducción de las emisiones de carbono. Ampliarlos desde unos pocos edificios a un nivel comunitario o de servicios públicos también puede ayudar a que la red sea más resiliente y eficiente.
Magavi afirma que cada vez que se añade a la red un “bucle” de red de energía térmica, su capacidad para predecir y gestionar el flujo de energía se vuelve más precisa. Esta interconexión ayuda al sistema a ser más resiliente en situaciones de alto estrés.
Trabajadores especializados y sus desempeños
A diferencia de la solar y la eólica, la energía geotérmica y el calor residual proporcionan una fuente de energía estable y constante, lo que mitiga la tensión en la red eléctrica, dice Aaron Miller, gerente regional oriental de SHARC Energy. Un constructor y desarrollador de tecnología de conversión de energía de aguas residuales.
No son sólo los defensores de la energía verde los que están entusiasmados con las redes de energía geotérmica: algunos sindicatos también lo están.Las redes de energía térmica dependen en gran medida de sistemas de tuberías subterráneas. Esta alternativa verde presenta una oportunidad para que los trabajadores con experiencia en el mantenimiento de tuberías de gas natural realicen una transición sin problemas a roles en ese tipo de proyectos.
John Murphy, representante internacional de un sindicato que representa a fontaneros e instaladores de tuberías en EE UU y Canadá, afirma que otros sectores de energía limpia, como la solar y la eólica, pueden desplazar puestos de trabajo para los trabajadores tradicionales del gas.
“Un instalador de tuberías de 55 años no puede convertirse en técnico en energía eólica marina. Eso no va a pasar”, sostiene. «Esto es lo más parecido a una verdadera transición o transición justa que hemos visto hasta ahora en la transformación energética».