La apuesta de los mercados internacionales por los activos sostenibles, pese a las turbulencias derivadas de la polarización política y la ideologización de la crisis climática, certifican la correlación virtuosa de los criterios ESG en sus tres ámbitos de actuación: ambiental, y su incidencia en el cambio climático, la economía circular, las ciudades y la naturaleza; social, a través del impacto en las comunidades, la salud, el futuro del trabajo y el voluntariado desde las empresas; y de buen gobierno, con sus repercusiones en la transparencia y buen gobierno, la sostenibilidad y la RSE en las empresas públicas y el sistema de gestión ética y socialmente responsable.
Forética, la organización referente en sostenibilidad y responsabilidad social empresarial en España, ha identificado cinco tendencias globales que determinan las claves de la agenda empresarial de sostenibilidad durante 2024. Se trata de la consolidación del respaldo por parte de los mercados a los activos sostenibles, un posible enfriamiento regulatorio en materia ESG con el nuevo ciclo político que se abrirá en Europa y Estados Unidos, el uso responsable de la inteligencia artificial, la integración de la sostenibilidad en los organigramas corporativos y la importancia de impulsar las medidas de adaptación frente al cambio climático.
Consecuencias cruciales para la economía
Los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y los criterios ESG tienen unas consecuencias cruciales, no solo para el conjunto de la sociedad, sino a nivel empresarial y productivo. La inmensa mayoría de las empresas están obligadas a publicar sus informes de sostenibilidad a partir de este año, un deber que se traducirá en un auténtico cambio de cultura corporativa que acelerará la transición hacia un modelo de economía circular y garantizará la competitividad de las organizaciones.
Las empresas que no cumplan con el reporte de información no financiera, equiparada ya a la información financiera con la denominada doble materialidad, es decir, las informaciones que tengan un impacto tanto financiero (de fuera hacia dentro) como para las personas y el medioambiente (de dentro hacia fuera), se verán muy pronto fuera del mercado. Según el editor de Cambio16, Jorge Neri Bonilla, la meta de un mundo sostenible es contar con abundancia permanente para todos los seres humanos y para la naturaleza. Un objetivo que alcanzaremos, señala, con más humanismo, más justicia social y la regeneración de la naturaleza y la biodiversidad.