En la recta final de este traumático 2020 las grandes potencias hacen un esfuerzo por evitar la caída de su economía. Las proyecciones finales advierten que las maniobras resultarán insuficientes para Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, cuyos saldos se prevén negativos. Solo China, de donde surgió el virus, saldrá airosa con un aumento del 2,2% del PIB. Una inesperada paradoja en este particular combate mundial.
Del mercado de Wuhan, ahora mundialmente conocido, surgió el nuevo coronavirus que devino en pandemia. A la fecha ha cobrado la vida de casi 1,1 millón de personas y ha infectado a 37,9 millones en todo el mundo. China pasó de generador de la infección a solucionar rápidamente la crisis sanitaria. Hoy presenta cerca de 91.252 casos positivos, para una población de 1.395 millones de habitantes en 2018.
En el transcurso del año la emergencia sanitaria ha afectado poco a China. El Fondo Monetario Internacional ya avizoraba, en julio, el desequilibrio de cargas. Previó que la economía china crecería en 1,2%, y la de Estados Unidos caería en 6,6%. Mientras, anticipó una contracción del PIB en -5,2% para Japón, con un repunte a 3% en 2021.
Asimismo, la Comisión Europea indicó que la economía de la zona del euro se reduciría en un porcentaje histórico del 8,7% en 2020, para crecer 6,1% el próximo año.
El Instituto Financiero Internacional (IIF, por sus siglas en inglés) en sus expectativas para 2020 otorgó a China un crecimiento del 2,2%. Más fuerte del esperado a mediados de año, entre otras razones, debido a varias variables que favorecen a Pekín, como el flujo de capitales, los bajos precios de las materias primas, en particular, el petróleo.
La economía de China, la única sobreviviente
El IIF cuenta con cerca de 500 miembros de 70 países. En el balance de fin de año calcula que el PIB mundial caerá 4,1%, muy lejos del 0,4% que retrocedió durante la Gran Recesión. En ese contexto, China lucirá en crecimiento, en contraste con lo que sucederá en las economías que compiten con China. El llamado G-3 (EE UU, la Unión Europea y Japón) verá cómo su PIB caerá 5,3%. Incluso, Asia retrocederá 0,4%, fundamentalmente a causa del desplome de la economía de la India, cuyo PIB se hundirá este año 11,3%. Será consecuencia de tanto su especialización productiva como de la débil demanda interna.
En China sucede lo contrario, influye un efecto arrastre. El PIB de China venía de crecer 6% en 2019. El informe presenta un escenario de recuperación fuerte en 2021 para la mayoría de los países. En China espera un crecimiento de 8,5%, un avance de 10,7 puntos porcentuales.
Contrariamente, el G-3 se mantendrá rezagado. Será en 2022 cuando su PIB recobre los niveles anteriores a la crisis. En el actual ejercicio, el producto interior bruto del grupo caerá 5,3%. Mientras que en el próximo año la recuperación será equivalente al 4,4%. En el caso de Europa, el retroceso será del 7,5% en 2020, con una fuerte recuperación del 5,7% en 2021
El informe indica un supuesto cambio de política económica del Gobierno chino. Más orientado a alentar la demanda interna que las infraestructuras. Una novedad en un país dedicado por décadas a la exportación.
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