La singular geografía de Asturias, montañosa y costera, está circundada por un creciente parque eólico. Las autoridades anuncian la instalación de 23 molinos, dentro del proyecto Pumarin, con la idea de expandir esa fuente de energía. Pero los ecologistas salen al paso para cuestionarlo. En el principado es frecuente ver en las calles protestas ciudadanas por diversos motivos, especialmente ambientales. Por los altos niveles de contaminación, en parte vinculados a la siderúrgica de ArcelorMittal.
Por el corte del servicio eléctrico ante la falta de pago de los suscriptores, en época de pandemia. También por la generación térmica, producida por el carbón, y que es otro componente más a la polución de algunas regiones de la comunidad. Las renovables están por debajo de los objetivos que fija la Unión Europea. Y solo 33,2% de la producción de electricidad asturiana provino de fuentes verdes en 2019.
Sin embargo, el anuncio de construir un nuevo parque eólico en Asturias ha creado molestias y críticas. La Coordinadora Ecologista presentó alegaciones ante el proyecto Pumarin para instalar molinos. Considera que afecta a los municipios de Cangas del Narcea, Allande y Tineo.
El proyecto consiste en la construcción de un parque de 23 generadores con una potencia total de 115 megavatios (Mw) que comparte instalaciones con otros 2 planteles eólicos más, de 28 molinos. Este parque eólico que va a estar dentro de la zona de exclusión eólica, afecta a los espacios naturales y afecta a la zona de especial protección comunitaria.
Asturias crece en parques eólicos
La Coordinadora Ecologista considera extremadamente peligroso este auge de parques eólicos en Asturias, sin las debidas normas. “Nos preocupa este salto de Industria. Al permitir instalaciones con elevado impacto en zonas protegidas y excluidas de acuerdo al Decreto 43/2008, de 15 de mayo. Y su consecuente impacto en el principado”, sostiene.
Señala además que “no deja de ser sorprende que este parque eólico se tramite en Madrid y no en Asturias como es lo habitual. Quizás sea para saltarse las pegas que pueda poner a los impactos que va a llevar consigo. Se pretende construir en una zona de Urogallo, una de las pocas especies que tenemos y que está protegida en estado crítico. También en una zona osera (especie protegida).
En Asturias están en funcionamiento 22 parques eólicos con una potencia instalada de 610 Mw, el primero funcionando desde el año 2001. Hay en construcción 7 con una capacidad de 181 megavatios.
La Coordinadora advierte que el desarrollo de los parques eólicos en Asturias, ha estado lleno de irregularidades, algunas sin resolver. Refiere que este conjunto de plantas debería someterse a una Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) de acuerdo a la Directiva 2001/41/CE. Y en sintonía con la Ley 9/2006, de 28 de abril, sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el medio ambiente.
Los ecologistas argumentan que todavía están esperando que “todas las denuncias en estos años, las ambientales, urbanísticas, al patrimonio histórico, queden solventadas. Mientras tanto siguen las eólicas campando a sus anchas por toda la geografía asturiana”.
Hidrógeno verde en el principado
Enagás y Naturgy estudian producir hidrógeno verde desde un parque eólico marino flotante de 250 MW y otro terrestre de 100 MW en Asturias, para consumo de la industria de esa comunidad. El plan figura como candidato a proyecto de interés común europeo (IPCEI) y permite la generación de ese hidrógeno verde aprovechando recursos energéticos autóctonos para obtener más valor añadido.
En concreto, el proyecto contempla el desarrollo de una planta de electrólisis y energía renovable, informaron las compañías. Para ello se plantea la construcción tanto de una planta eólica on-shore como de una planta eólica offshore en la costa asturiana. Esta última será construida con tecnología flotante desarrollada por la UTE Navantia-Windar, con hasta 24 plataformas que harán posible la generación de energía renovable.
Indican que la iniciativa permitirá avanzar en la transición energética, al favorecer la descarbonización de sectores como el acero y de astilleros. Extendiéndose también a otros sectores, gracias a la inyección de hidrógeno renovable en la red gasista.
Este proyecto podrá generar más de 1.500 empleos en total en las fases de construcción y operación. Se prevé con la producción eléctrica renovable estimada, un ahorro inicial de emisiones de más de 200.000 toneladas de CO2 al año.
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